Las tradicionales yemas de Santa Teresa de la ciudad de Ávila, pertenecen al recetario de los dulces más tradicionales cuya elaboración comenzó en las cocinas de los conventos, en los que se dio origen a verdaderas exquisiteces con los más sencillos y humildes ingredientes.
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Las yemas de Santa Teresa, un dulce de tradición
En la ciudad de Ávila ya se degustaba este delicado dulce desde antes de 1860, momento en el cual comenzaron a producirse de manera comercial por Isabelo Sánchez, que de hecho fue el que les dio el nombre con el cual son conocidas en la actualidad.
Los más ricos y tradicionales postres han nacido en muchos conventos, lugares en los que aún se preparan a la antigua usanza; tal es el caso de las natillas, cremas dulces y confituras, las que se utilizan muy pocos ingredientes que terminan en grandes y gustosos resultados.
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De los conventos a los hogares, las yemas de Santa Teresa cada vez más presentes en la dulcería criolla
Así como ha sucedido con las natillas y otras preparaciones de los conventos, las yemas de Santa Teresa han trascendido sus recintos hasta llegar a los fogones de todas las cocinas. Muchos de los dulces que preparaban las abuelas han tenido su origen allí, y han pasado de generación en generación.
Los ingredientes necesarios para preparar este delicado dulce, son tan solo dos, los cuales generalmente se encuentran con suma facilidad en los hogares. Aun así, hay uno de ellos que si se usan de mayor calidad, el resultado final se notará mucho mejor.
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Los dos ingredientes que dan nacimiento a las más tradicionales yemas de Santa Teresa
Al degustar una yema de Santa Teresa cuesta pensar que para obtener tan delicado dulce solo hagan falta dos ingredientes. Para poder hacerlo de forma tradicional, solo se requieren yemas de huevo y azúcar; acompañados eso sí, de la técnica adecuada para prepararlas de manera perfecta.
Si bien el azúcar a utilizar se trata de la común, en el caso de los huevos es frecuente utilizar los corrientes; no obstante si se utilizan los de gallinas de campo, el resultado será mejor.
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Huevos de gallinas de campo, los más recomendados para hacer las yemas de Santa Teresa
Diversos estudios señalan que los huevos de las gallinas criadas en libertad son mucho más saludables y sabrosos para comer. Estos contienen menos colesterol y grasas saturadas mientras que en cambio aportan tres veces más vitamina E, siete veces más betacarotenos, el doble de Omega-3 y dos tercios más de vitamina A que los huevos convencionales.
Al ser criadas en libertad, las gallinas camperas se alimentan mucho mejor, dando como resultado los mejores huevos, de mayor tamaño y también más nutritivos.
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El sabor tradicional de las yemas de Santa Teresa
Las yemas de Santa Teresa tienen un dulce sabor muy suave y una textura delicada; tanto así, que de tan solo introducirla en la boca, esta se deshace por completo sin necesidad de morderlas. Esta característica las hace únicas y altamente apetecibles en la ciudad de Ávila y sus alrededores.
La buena noticia es que así como son divinas, también son muy fáciles de hacer. Siguiendo las técnicas correctas, puedes prepararlas en casa sin ningún contratiempo.
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Así se hacen las tradicionales yemas de Santa Teresa
Para hacer las más tradicionales yemas de Santa Teresa, necesitas 12 yemas de huevos de gallinas camperas, 100 ml de agua, 200 gramos de azúcar y azúcar pulverizada para decorar. Si deseas aromatizarlas, puedes añadir cáscara de limón o canela al almíbar. En caso de añadir la cáscara de limón, debes cuidar que no quede pegada parte blanca de la membrana, pues esta provocará un sabor amargo.
Comienza llevando una cacerola al fuego con el azúcar y el agua. En caso de aromatizar añade la cáscara o la canela. Lleva a ebullición hasta que se puedan formar hilos con el almíbar resultante.
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La cocción de las yemas
Coloca en un bol las 12 yemas y mézclalas un poco, luego pásalas por un colador para retirar cualquier partícula. En el momento que el almíbar alcance el punto de hilo viértelo poco a poco con la ayuda de un batidor de alambre. Debes integrarlo muy despacio para evitar que se cuajen las yemas.
Vierte la mezcla en una olla limpia y cuece sin parar de remover a temperatura baja por unos 30 minutos aproximadamente. Verás como se despega la crema de la olla. En ese punto estará lista.
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Enfría muy bien la mezcla antes de darle forma
Una vez que tengas lista la mezcla, déjala enfriar muy bien antes de dar forma a las yemas de Santa Teresa. De preferencia, espera que se enfríe a temperatura ambiente y luego llévala a la nevera tapada con un papel film.
Mientras más fría este la masa, más fácil será darle forma. Lo mejor es ayudarte con la nevera para lograr que estén a la temperatura correcta.
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Dale la forma a cada yema de Santa Teresa
Cuando la masa se encuentre perfectamente fría, toma pequeñas porciones del tamaño que desees. Como consejo, ten presente que las yemas de Santa Teresa lucen delicadas y del tamaño de un bombón de chocolate o de una pequeña trufa.
Evita prepararlas de un tamaño muy grande para que luzcan realmente exquisitas. Luego de darles forma pásalas por azúcar pulverizada y preséntalas en moldecitos de papel como los utilizados para las trufas.
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Consejos que debes tener en cuenta
Las yemas de Santa Teresa tradicionalmente no llevan ningún aromatizante o espesante; sin embargo, es posible que desees aromatizarlas. En ese caso, añade la cáscara de limón o la canela solo al momento de hacer el almíbar. Nunca añadas algún tipo de espesante, ya que terminarás haciendo otra cosa.
Todos los procesos de su elaboración debes llevarlos a cabo con calma, de lo contrario puedes terminar dañando todo el trabajo.
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