La Junta y la Delegación del Gobierno en Castilla y León confían en dejar estabilizado en las próximas horas el grave incendio desatada este sábado en el término abulense de Navalacruz, aún en nivel 2 del Plan Infoacal y que hasta el momento ha arrasado, según las primeras estimaciones, una superficie compuesta por no menos de 12.000 hectáreas.
Esa es la esperanza que el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el máximo representante de la Administración central en la Comunidad, Javier Izquierdo, han trasladado este mediodía a los medios de comunicación durante su comparecencia realizada en la localidad abulense de Tornadizos.
El primero de ellos ha precisado que las tareas de extinción del fuego en Navalacruz, originado este sábado como consecuencia del incendio de un turismo que se extendió más tarde al medio natural, se han visto ayudas esta noche por la disminución del viento reinante en la zona, hasta el punto de que se ha logrado parar el frente del mismo en la N-403, con lo que la actual situación es de «cierto control y estabilización», a excepción de un tramo del flanco norte, en el pico de Navalmoral, y dos del flanco sur, en la zona del Alberche.
Es precisamente en esta última zona, tal y como ha explicado el consejero, donde se concentran «el punto de mira» de los operativos, tanto de medios aéreos como cuadrillas, en la confianza de que «si no hay cambios en el viento se pueda alcanzar la estabilización, es decir, cuando no hay llama y el incendio queda perimetrado», y todo ello a expensas también de posibles reactivaciones.
Suárez-Quiñones ha incidido en que el principal objetivo es la defensa de las poblaciones próximas a las llamas, en este caso de la zona del Alberche, para evitar la destrucción de bienes y, sobre todo, desgracias personales, sin que ello, ha añadido, haya podido evitar hasta ahora la destrucción de no menos de 12.000 hectáreas fruto de un fuego con un perímetro de unos 80 kilómetros.
Hasta el momento han sido desalojados ocho núcelos de población de tres muncipios, parte de cuyos vecinos, entre 50 y 100 vecinos, han pasado noche en el polideportivo de Ávila–no se ha procedido aún a su realojo-, al tiempo que se ha habilitado otro alojamiento en Burgohondo por si fuera necesario proceder a más desalojos de localidades del sur en caso de que el fuego siga su avance.
En su comparecencia ante los medios, el consejero ha recordado que el fuego en Navalacruz se produjo el sábado, día en que se llegaron a contabilizar un total de 21 activos en Castilla y León, cinco de ellos en Ávila, de los cuales dos pasaron al nivel 2 por su peligrosidad, y todo ello fruto de las graves condiciones meteorológicas que ya llevaron a la Junta a decretar el viernes, 13, una alarma al confluir tres factores como rachas de viento superiores a 30 kilómetros hora–han llegado a los 60 km/h–, temperaturas extremas de más de 30 grados–se han alcanzado los 38–y una humedad inferior al 30 por ciento, que en este caso se vio rebajada al 4 por ciento.
El fuego de Navalacruz se expandió de forma muy rápida por estos tres factores cuya confluencia no tiene precedentes en cuanto a su intensidad, ha lamentado el consejero, quien insiste en que las poblaciones en el flanco sur del fuego, concretamente las del Alberche, son las que en estos momentos centran los esfuerzos de los medios terrestres y aéreos, si bien ha pedido calma a sus vecinos porque por el momento no hay previstos más desalojos que se efectuarían en caso de riesgo.
COLABORACIÓN ENTRE ADMINISTRACIONES
Suárez-Quiñones, al igual que el delegado del Gobierno, ha subrayado el ejemplo de colaboración entre administraciones realizado en las últimas horas en la lucha conjunta contra las llamas con «mil combatientes» en la zona, junto con 400 efectivos de la Administración central, así como el apoyo de otras comunidades limítrofes como Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia.
En este sentido, Javier Izquierdo ha enfatizado que el Gobierno de España, en todos sus niveles y del que es máximo exponente en Castilla y León, ha seguido con inquietud y ha estado informado permanentemente de la evolución de los incendios.
También ha destacado ha destacado que el Centro Nacional de Emergencias, activo 24 horas al día los 365 días del año, realiza un seguimiento de este tipo de fenómenos adversos y de situaciones de emergencia, y coordina sus medios con los de las comunidades autónomas para que sean eficaces.
Fruto de esta coordinación, y según las necesidades del incendio, el Gobierno movilizó 400 efectivos y difentes medios tanto aéreos como terrestres.
Especial trabajo han realizado las cuatro BRIF movilizadas para la ocasión: Tabuyo, El Pico, Iglesuela y Pinotranqueado, medios solidarios que, aunque localizadas en un territorio, trabajan allí donde se les demande para hacer frente a las llamas.
A los helicopteros de estas BRIF hay que añadir un avión anfibio de Labacolla (A Coruña), otro de Talavera la Real (Badajoz), uno más de Matacán (Salamanca) y un cuarto de la Base de Torrejó; una Unidad de Mando, Análisis y Planificación (UMAP) de Cáceres y otra de Guadalajara y un avión de coordinación de León. Estos aviones están pilotados por integrantes del Ala 43 de Ejército del Aire.
A ello ha sumado el despliegue realizado por la Unidad Militar de Emergencias, 303 militares y 103 medios que continúan trabajando con unidades operativas del BIEM I y del BIEM V, 19 autobombas, tres nodrizas y dos dozer D7, drones del equipo RPAS del BTUME y un helicoptero HU26 del BHELEME.
El delegado del Gobierno en Castilla y León ha finalizado agradeciendo su trabajo a todos los servidores públicos que ponen en riesgo sus vidas para salvar el patrimonio natural, a las FCSE por su permanente compromiso con el territorio y sus habitantes y, muy especialmente, «a todos los alcaldes afectados y el conjunto de la ciudadanía, por la madurez y solidaridad que están demostrando en una situación tan compleja y tan adversa como la que están atravesando en estos momentos».
Izquierdo ha aprovechado igualmente para incidir en que lo ocurrido en Ávila, donde otro incendio como el surgido en El Raso, en el término de Candeleda, se encuentra ya en el nivel 1, es un ejemplo más del «cambio climático, una prueba más de que todas las políticas para combatirlo son imprescindibles».
Izquierdo, quien ha recordado que una posible declaración de zona catastrófica entra dentro del marco de ayudas habilitado al efecto, ha ensalzado la lucha de todo el operativo desplegado en la zona y que «se está batiendo el cobre, poniendo en riesgo sus vidas, y también la colaboración y solidaridad de los alcaldes y los vecinos de los municipios afectados.