La Fiscalía recurre el archivo de la causa contra Fridman relativa a la quiebra de Zed

La Fiscalía Anticorrupción ha recurrido ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional la resolución del juez Manuel García-Castellón por la que acordaba el sobreseimiento provisional de la investigación sobre la quiebra de la empresa española Zed WorldWide con respecto al multimillonario ruso Mikhail Fridman.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 en un auto dictado en diciembre sostenía que en la instrucción practicada no se había podido demostrar «la participación ni directa ni indirecta en cuestiones relativas al Grupo Zed por parte de Mikhail Fridman».

Cabe recordar que se acordó su imputación en agosto de 2019 a petición de la Fiscalía Anticorrupción al entender que era la persona que controló toda una serie de «maniobras» para llevar a la «asfixia económica» a la tecnológica española y poder adquirirla por 20 millones de euros, un precio muy por debajo al de mercado.

Ahora, el Ministerio Público muestra su disconformidad con la decisión del archivo y rebate en su recurso de apelación, las razones que dio para ello el magistrado. Destaca en relación a la tesis del juez de que no se ha podido demostrar que el magnate ruso fuera el administrador de la mercantil ‘Vimpelcom’, que en realidad no es necesario acreditar eso porque esta empresa era socia de ‘Alfa Group’, que sí era controlada por Mikhail Fridman, a través de ‘LetterOne’.

Vimpelcom (socia en el Grupo Zed) fue la compañía que solicitó una investigación sobre la gestión de una de las sociedades de la tecnológica Zed ante el riesgo de apropiación indebida de activos, lo que conllevó una auditoría de PWC al Grupo Zed. El fiscal, a la luz de toda la información conseguida a lo largo de esta instrucción, considera que el inversor ruso lideró «una práctica que se conoce en el entorno criminal ruso como ‘raider’ (asalto o ataque) o absorción ilegal de empresas».

Añade a esto que la base de la imputación del magnate no se sustenta solo en la relación formal con Vimpelcom, sino en el conocimiento que Fridman tenía de las operaciones que llevaron a la insolvencia de ‘ZED World Wide’ y la participación del mismo en las decisiones que llevaron a tal insolvencia.

Y suma que la instrucción no está agotada en este momento ya que existe una comisión rogatoria en curso con Paises Bajos y al menos dos diligencia referidas a la auditora de PWC y a la declaración del que fuera el responsable de desarrollo de negocio de Vimpelcom, Philip Yalovega.

Sobre el argumento del magistrado de que el testigo Edwin Harland (auditor de PWC) en su declaración manifestó que «no encontró evidencia alguna que relacionara a Mikhail Fridman con las sociedades investigadas, ni le atribuyó ningún tipo de responsabilidad», el Ministerio Público recalca que, desde su punto de vista, en esa comparecencia se manifestó precisamente lo contrario, porque dijo que vio un mensaje de correo electrónico de febrero de 2013 de Fridman a Anton Kudryashov, CEO de la rama rusa de Vimpelcom.

En ese correo, dice el fiscal, se incluía un memorando con relación al riesgo de apropiación indebida de activos en determinadas filiales relacionadas con Zed. Por eso, resalta que de esa declaración de Harland se concluye no solo que Kudryashov le rindiera cuentas a Fridman, sino que el propio Fridman las pidió.

Además, el fiscal aporta en su escrito una batería pruebas que demostrarían que los socios rusos con participación en Zed buscaban asfixiar a la tecnológica. Por ejemplo detalla al juez comunicaciones de mensajería instantánea en los que el propio consejero delegado de la multinacional española, Javier Pérez Dolset, habla con directivos rusos de Vimpelcom sobre el poder de Fridman.

POSICIÓN DE PRIVILEGIO

Ya en 2019, el representante del Ministerio Público describía toda la operativa llevada a cabo y destacaba que el empresario ruso alcanzó una «posición de privilegio frente a cualquier tipo de decisión» del Grupo Zed cuando se convirtió en uno de los principales acreedores de la compañía en 2013.

Según se señala entonces, la entidad crediticia Amsterdam Trade Bank, una de las que prestó dinero a la tecnológica para sacar adelante el ‘Proyecto Zeus’, con el que se planeó su salida a Bolsa en el mercado estadounidense Nasdaq, pertenecía a un grupo cuyo propietario es Fridman.

A todo ello se sumó a una acción de «presión y ahogo económico» para Zed WorlWide que desarrollaron otros de los socios rusos de Fridman, con los que se planificó una «estrategia ilegal de interrupción de pagos de dividendos de las filiales rusas que dio lugar a una falta total de liquidez», indicaba el fiscal.

Por otro lado, Vimpelcom aprovechó la situación de «descontrol e irregularidad» en la que se encontraba ya el Grupo Zed para «reducir o eliminar» los contratos suscritos con el grupo chipriota Temafon, del que la tecnológica de Pérez Dolset había adquirido el 50,10 por ciento de su capital en 2009, sin que conste que se hubiera producido un incumplimiento del objetivo, ni siquiera una prestación defectuosa de las obligaciones pactadas.

«ASFIXIA ECONÓMICA»

El fiscal mantiene su tesis de que el objetivo era lograr la «asfixia económica» de Zed con la «pérdida de capitales en presuntas comisiones ilegales». En este sentido, destacaba que Fridman era conocedor de las obligaciones crediticias que el grupo español tenía contraídas, así como su «imposibilidad de hacer frente a dicho préstamo si se producía una reducción sensible de los ingreso procedentes del mercado ruso».

La situación de paralización societaria, la falta de liquidez y el bloqueo de inversores externos llevó a la compañía española a la insolvencia, que dio lugar a que el 30 de junio de 2016 se presentara una solicitud de declaración de concurso de acreedores de Zed WorlWide. Cuatro meses después, los inversores rusos presentaron una oferta de compra por un importe de 20 millones de euros, muy por debajo del que era su valor cuando dieron comienzo las «maniobras» de Mikhail Fridman.