Patatas a la importancia: cómo se hace el manjar más deseado del mundo

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Una vez pasadas las Navidades muchos se ponen el reto de adelgazar, y la cuesta de enero es dietética además de económica. Unas semanas a base de ensaladas, frutas y comidas ligeras. Pero con este temporal de nieve y frío lo que apetece es un plato contundente, que nos caliente por dentro y por fuera y que esté bien rico. Para eso nada como unas buenas patatas a la importancia, un manjar que no tiene comparación y que en estos días invernales entra mucho mejor que cualquier otra cosa. 

Puedes tomarlas por sí mismas, como plato principal, o cocinarlas para usar como guarnición con carnes y pescados. Se trata de una receta accesible para cualquiera, sin grandes complicaciones, y que tampoco exige un gran esfuerzo. Todo el proceso de preparar estas patatas a la importancia te llevará más o menos una hora, según la potencia del horno y la agilidad que tengas pelando y cortando patatas. Vamos a empezar haciendo inventario de los ingredientes que hacen falta y luego iremos explicando paso a paso la receta. 

 

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Patatas a la sartén

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Una vez que estén bien enharinadas las patatas toca preparar y calentar el aceite. Necesitarás para ello una sartén profunda, en la cual pueda vertirse el aceite de tal modo que cubra las patatas. Pon una buena capa de aceite en la sartén y pon el fuego a tope. Espera a que el aceite está bien caliente y hierva, aunque sin pasarse de frenada. Ya lo tienes listo para poder freír las patatas, a una temperatura aproximada de 170 grados. Otra opción es echar una patata de prueba, a ver cómo hierve, y si lo hace bien podemos continuar con el proceso.

Antes de echar las patatas en el aceite debemos sumergirlas en el bol del huevo batido. Si tienes una pinza de cocina lo mejor será servirse de ella. Coges una rodaja de patata, la hundes en el huevo y, al sacarla, escúrrela un poco para que no vaya con una capa muy gorda de huevo. Vas echando las patatas una a una, sin que se amontonen, y les das la vuelta para que se doren por ambos lados. Cuando estén listas las vas colocando en un plato con papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite, y les echas un pellizco de sal por encima.