La casa de papel: errores descomunales que ‘revientan’ la serie

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La casa de papel es uno de los fenómenos no solo españoles de los últimos años. A nivel mundial, esta serie también ha pegado un pelotazo. Y eso que comenzó con poco éxito emitiéndose en Antena 3. A partir de que Netflix adquirió sus derechos, la serie comenzó a coger fama y a extenderse mundialmente. En el extranjero, La casa de papel se titula Money Heist. Esta producción se compone de dos temporadas divididas en 5 partes. Ya están publicadas la primera temporada, que se compone de 15 capítulos.

La segunda temporada lleva 16 episodios estrenados y en este 2021 se pondrán a disposición de todos los fanáticos los últimos 10 capítulos y con ello el final de la segunda temporada y de la serie. La serie trata de un atraco, pero no uno cualquiera, si no el mayor atraco de la historia. Los ladrones, dirigidos por “El profesor” y con nombres clave de ciudades asaltan la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, es decir, La casa de papel. En la segunda temporada van un paso más allá y entran al Banco de España. Esta serie ha ganado multitud de premios entre los que destaca un Emmy Internacional por mejor drama. Pero La casa de papel tiene algunos fallos de los que no nos dimos cuenta y que ahora te vamos a desvelar.

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La galleta cambiante

Otro fallo de racord de La casa de papel que viene en la visita que hace El profesor a la casa de la madre de la inspectora Raquel Murillo. El profesor, en la serie, busca encandilar a la inspectora y ser el topo de la banda, ya que ella dirige todo el dispositivo policial.

La madre, sufre de principio de Alzheimer y en la visita, no se entera de demasiadas cosas. Pero aparte de tener esa enfermedad, la madre no hace magia, aunque por lo que parecía en la serie, puede hacer cambiar las galletas de sabor.

Y es que la madre de la negociadora del CNI le sirve al bueno del Profesor una taza de café con una pastita. Esta pastita es de vainilla. Sin embargo, en un cambio de plano, la pastita cambia a galleta y además cambia de sabor y de textura. Todo un acto de magia del que se dieron cuenta los fanáticos.