La isla de las tentaciones 3: los trapos sucios de las parejas de la nueva temporada

La isla de las tentaciones no es nada sin trapos sucios. Los reality shows, en general, tienen que partir siempre de un conflicto latente. Ha de haber un asunto por resolver, una cicatriz del pasado que aún no se ha cerrado o un reproche reprimido que en cualquir momento puede salir a la luz. De lo contrario, ¿cuál sería su interés para los millones de espectadores ávidos de morbo que se cuelgan día sí y día también de la pantalla de la televisión? En Telecinco ya andan preparando una tercera entrega de La isla de las tentaciones y las parejas, por supuesto, no han sido seleccionadas al azar.

Y es que este programa ha sido uno de los grandes aciertos de Mediaset en los últimos años. Desde su primera entrega ha suscitado un gran interés del público y unos datos de audiencia más que considerables. Lo que toca en estos casos es exprimir a la gallina de los huevos de oro hasta dejarla seca. Más aún cuando formatos como Gran Hermano o Mujeres y Hombres y Viceversa empiezan a dar claros signos de agotamiento. La isla de las tentaciones funciona a las mil maravillas a base de flirteos, escándalo, peleas y mucho drama. Estas son las parejas de la tecera edición de La isla de las tentaciones y los trapos sucios que esconden en la trastienda.

Celos de Lucía, infidelidades de Manuel

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Estos dos gaditanos de Puerto Real llevan ya tres años de relación, aunque con altibajos bastante considerables. Manuel ha sido siempre un casanova y un conquistador de mujeres, el típico hombre al que le gusta acumular trofeos de ligón irredento. No obstante, asegura él, todo cambió cuando conoció a Lucía, “el amor de mi vida”, y dejó de lado su vida disoluta y de promiscuidad para entablar con ella una relación seria y estable. Y, como sucede con mucha frecuencia en estos casos, la cosa no salió del todo bien. 

Y es que, pese a que asegura que está profundamente enamorado de Lucía, le fue infiel en al menos una ocasión. Lucía acabó por perdonar a Manuel y darle una segunda oportunidad. Ha pasado un año desde entonces, pero los celos son una constante que sigue viciando y envenenando su relación. Lucía, con toda la razón del mundo, no quiere ser “la cornuda de Puerto Real”. La isla de las tentaciones es la última oportunidad de Manuel para demostrar su valía.