En esto se parecen tu cerebro y tu PC

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Cada época histórica tiene sus metáforas predilectas con las que explicarse el comportamiento humano y el funcionamiento del cerebro. En general, dichas metáforas o referencias están estrechamente relacionadas con las tecnologías en boga en ese momento. Por ejemplo, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, en los años de la revolución industrial y de la máquina de vapor, se puso de moda entre médicos y psiquiatras una concepción dinámica de la psicología humana, representada sobre todo por el psicoanálisis de Sigmund Freud. Como no puede ser de otra manera, esta época nuestra de digitalización masiva, la metáfora por excelencia para comprender la psicología humana es el famoso algoritmo de tu PC.

En los últimos años de revolución digital nuestra vida ha cambiado a un ritmo vertiginoso. Todo ha cambiado para adaptarse al formato digital, y es previsible que en los próximos años esa tendencia se agudice aún más. Han cambiado nuestras relaciones sociales, nuestras costumbres, nuestra forma de acceder a la información y de comprenderla, nuestra forma de trabajar…Aunque no sea agradable de asumir, lo cierto es que avanzamos a marchas forzadas hacia una sociedad muy semejante a la que hemos visto en series como Black Mirror o Years and Years. A fundirnos con la máquina al fin y al cabo. Y es que, como sostienen los científicos cognitivos, nuestros cerebros y los ordenadores funcionan de forma muy semejante.

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Mismas normas, diferentes mecanismos

cerebro

Los científicos usaron el algoritmo de “incremento adicional, disminución multiplicativa”, así como otros seis algoritmos de control del tráfico. A partir de un análisis exhaustivo de todos ellos, trataron de determinar cuál de todos se aproximaba más a la actividad neuronal detectada en veinte estudios experimentales distintos. Al final, llegaron a la conclusión de que era precisamente el algoritmo de “incremento adicional, disminución multiplicativa” el más eficiente para dar cuenta del tránsito y procesamiento de información en un cerebro humano. 

“Es cierto que Internet y el cerebro humano usando mecanismos muy diferentes”, concede Suen, “pero lo cierto es que ambos utilizan las mismas normas para darle una estabilidad global al sistema. En un principio, me quedé sorprendido al comprobar que las redes neuronales utilizan los mismos algoritmos que una máquina. No obstante, a medida que aprendíamos e investigábamos más sobre la eficiencia, robustez y simplicidad vimos lo mucho que tenían en común ambos mecanismos”. Navlakha concluye que “descubrir que Internet utiliza un algoritmo muy similar al del cerebro podría no ser una simple coincidencia”. 

 

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