Los riesgos que nadie ve de no comer carne

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En los últimos, y muy especialmente entre las nuevas generaciones, ha aumentado de forma notable tanto la sensibilidad medioambiental y ecológica como el respeto a los animales. Ambos principios gozan de un gran prestigio cultural y han suscitado movilizaciones movilizaciones en todo el mundo en defensa del planeta Tierra. Uno de los pilares de este movimiento ético y social es la crítica al consumo de carne, tanto por su elevado coste ambiental como el sufrimiento que se inflinge a los animales para conseguirla. 

El vegetarianismo, y también el veganismo, van ganando posiciones como alternativas éticas de consumo, muy especialmente entre los más jóvenes. Y no hay duda de que lo son, pero es también necesario prestar atención a las repercusiones que ese tipo de dieta pueda tener en nuestra salud. Siempre se ha hablado del déficit de vitaminas en el organismo que tienen las personas que se alimentan sin carne. Ahora, nuevos estudios indican que podrían ser más las consecuencias negativas de eliminar la carne de nuestra dieta.

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Seguir investigando

carne

“Los resultados del estudio”, explica Lauri Wright, dietista de la Universidad de North Florida, “se enmarcan en una línea de investigación que viene relacionando la salud de los huesos con la ingesta de proteínas y calcio”. Y es que, según explica la especialista, el calcio y la proteína son los dos componentes principales de los huesos. Eso sí, Wright señala ciertas limitaciones en el estudio. Principalmente, que la inmensa mayoría de los encuestados eran europeos blancos y mujeres. 

“Esos resultados no pueden generalizarse a otro tipo de poblaciones, y por eso es necesario seguir investigando esta cuestión”, dice Katherine Tucker, profesora de la Universidad de Massachusetts. Asimismo, apunta que los autores no tenían datos de si los participantes tomaban suplementos de calcio y tampoco se entró a estudiar cuáles habían sido las causas de fracturas de los huesos. Otra debilidad importante del estudio es que los investigadores no comprobaron por sí mismos cómo era la dieta de los sujetos, sino que confiaron plenamente en lo que ellos decían.