Las unidades caninas de la asociación Ayuda en Emergencias Anaga (AEA) no han detectado personas bajo los escombros en el desprendimiento ocurrido en la tarde de ayer en la playa de Argaga, por lo que se ha desactivado el dispositivo de seguridad y emergencias.
AEA activó ayer su grupo de perros de salvamento con dos guías y dos perros para colaborar en las labores de rastreo. Tras confirmar los técnicos que la zona era segura, AEA inició a primera hora de la mañana la búsqueda de posibles víctimas, sin que se haya detectado ninguna.
El presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo, ha vuelto a confirmar este extremo porque los habitantes de la zona no han echado en falta a ningún vecino y porque la caída previa de parte del acantilado hizo que las personas que estaban en el entorno del embarcadero se alejasen.
Casimiro Curbelo ha indicado que durante toda la mañana se ha sobrevolado la zona con helicópteros y drones para constatar la estabilidad del acantilado y anunció que se contratado a un equipo de técnicos -que llegarán esta tarde o mañana- para determinar cómo se lleva a cabo la limpieza de lo que sí está inestable.
Curbelo ha destacado que la casi confirmación de que no hay víctimas va a permitir trabajar con «más sosiego» en la limpieza del talud y en las labores de desescombro. Añadió, además, que el Cabildo, junto con los ayuntamientos de Valle Gran Rey y Vallehermoso, ya están trabajando para posibilitar la accesibilidad a Argaga y poder llevar víveres y prestar cualquier servicio a sus habitantes.
El alcalde de Vallehermoso, Emiliano Coello, agregó que en Argaga hay también algunos complejos hoteleros y en estos momentos se está intentando, de una manera negociada, qué hacer con las reservas que ya tenían comprometidas hasta tanto no se resuelva de manera definitiva el problema surgido tras el desprendimiento.
Por su parte, el alcalde de Valle Gran Rey, Ángel Piñero, avanzó que el Cabildo se va a poner en contacto con el Gobierno de Canarias para empezar a trabajar en el talud y sanearlo. También resaltó la buena noticia de que aparentemente no haya ninguna víctima, lo que «nos va a dejar trabajar con tranquilidad y cierta normalidad».