ELA ha advertido que «la situación de las residencias de mayores y centros de discapacidad es insostenible» y ha asegurado que «la pandemia ha sacado a la luz todos los problemas estructurales de un sector diseñado para que las empresas ganen dinero, no para cuidar de forma digna a quienes los necesitan y mucho menos a sus trabajadoras».
«En la primera ola de la pandemia murieron 696 personas en las residencias y los centros de discapacidad en Navarra, y desde julio han muerto 60 más», ha destacado el sindicato, que ha aseverado que «no son brotes o casos aislados». Así, ha indicado que «1 de cada 5 personas usuarias se contagió en la primera ola de la pandemia, y ahora mismo son 150 las personas usuarias contagiadas» procedentes de «casi todos los centros». De la misma manera, ha indicado que «1 de cada 4 trabajadoras se contagió durante la primera ola de la pandemia, y ahora mismo hay 85 personas de baja por la Covid19».
Para ELA, estos datos «no son brotes aislados» sino que «es la consecuencia de un modelo de cuidados privatizado en manos de empresas que priorizan sus beneficios económicos por encima del cuidado de las personas. Todo ello, además, sustentado por dinero público». «Un modelo que permite que haya fondos buitre gestionando centros de discapacidad, que basa su negocio en la precariedad y la salud de las trabajadoras y en la ausencia de recursos y que tiene a muchas de las personas usuarias en condiciones de aislamiento desde marzo», ha reprochado.
Así, el sindicato ha destacado que la huelga convocada el próximo 17 de noviembre «debe impulsar un cambio histórico en este sector, para convertirlo en un modelo de cuidados público basado en la cercanía, el trato de calidad y el respeto a la autonomía de las personas». Para ello, «la dignificación de las condiciones laborales de las profesionales del sector de los cuidados es indispensable», ha concluido.
