La Fórmula 1. Donde todo se mide al límite y hasta la última oportunidad. De ahí que cada equipo que conforma la parrilla cuente con pilotos en sus filas que tengan la capacidad de traspasar ese límite que una persona ‘normal’ no sería capaz de sobrellevar. Los Hamilton, Alonso, Vettel, Senna, Schumacher… y es que llevar coches por encima de sus posibilidades no está al alcance de todos, por esto muchos destacan sobre el resto más allá de más o menos títulos mundiales.
Porque a lo largo de la historia de la Fórmula 1, han sido muchos los pilotos que probaron suerte en esto de las carreras de coches y que intentaron ser el más rápido de la pista. Sin embargo, sólo lo consiguieron unos pocos. Así, desde que Giuseppe Farina se alzara con el primer título mundial de Fórmula 1 en en 1950, 32 pilotos más han seguido sus pasos hasta hoy, incluido Fernando Alonso. Repasamos los más grandes del deporte.
La Fórmula 1 siempre está anclada a factores externos más allá del piloto o la máquina
El factor humano que aportan los pilotos es el que le otorga al automovilismo algo que lo convierte en especial para millones de aficionados, dotando a las carreras de épica, pasión, determinación o tragedia. Y la Fórmula 1, de eso, ha vivido muchos momentos.
Aún así, la categoría -sumida en el eterno debate de si es mejor que antaño-, vive en la eterna búsqueda de encontrar al mejor piloto sin tener en cuenta el coche. Porque nunca es fácil escoger al hombre sin que detrás venga la máquina… o viceversa. Por eso la labor de escoger los mejores pilotos siempre está anclada a factores externos de esta magnitud. Un modelo que lo indica la Fórmula más allá de los favoritos.
