Aunque pudiéramos pensar que los peores homicidios se dan tan solo en Estados Unidos y en las películas de Hollywood, España también ha tenido sus crímenes más sangrientos. Y es que a veces las causas de las muertes no están claras. Tampoco la motivación de los asesinos. Pero la matanza se produce. Vamos a ver algunos de los casos más escalofriantes sucedidos en nuestro territorio.
Desde José Bretón, pasando por el Asesino de la Katana hasta el crimen del Pequeño Gabriel. Son casos esclarecidos en donde se ha detenido al autor o autores y ha sido juzgado. Sin embargo, quedan algunos crímenes que todavía no han sido resueltos, como el famoso caso de Marta del Castillo y del que esperamos que algún día, el autor, confiese la verdad.
Asesinos: Andrés Rabadán
Andrés Rabadán nació en Murcia en el año 83. Era conocido aficionado a los juegos de rol, a las armas bancas y a las artes marciales. De hecho, su imagen era similar a la de uno de los protagonistas de Final Fantasy.
Un año antes del asesinato, Rabadán quiso huir de casa, pero su padre le convenció de que se quedara en casa. Rabadán era descrito como un chico reservado y educado por todo el que le conocía. Nadie podía esperar lo que sucedió.
A las 6 de la mañana del primero de abril del año 2000 el asesino entró en la habitación de su padre y le asestó varios cortes mortales con una katana. Tras eso, hirió a su madre y a su hermana, a las que terminó con un machete. Cumplió condena y está rehabilitado y en libertad. Pero sigue siendo recordad como uno de los asesinos a sangre fría peores de nuestro país.
Asesinos: José Bretón
El caso de Ruth y José fue uno de los más mediáticos de la última década. Sus padres, José Bretón y Ruth Ortiz se había separado. El padre había anunciado su intención de acabar con los pequeños como venganza.
El 7 de octubre de 2011, Bretón recogió a sus hijos en Córdoba y los trasladó a la finca familiar. Allí había ideado una coartada para decir que sus hijos habían desaparecido. Los había perdido mientras estaban en el parque.
En realidad, durante todo ese tiempo, había asesinado a los pequeños, a los que había dormido con tranquilizantes. Posteriormente los quemó en una pira para deshacerse de sus restos. Bretón cumple 40 años de prisión como uno de los asesinos más odiados.
El Celador de Olot
Joan Vila era celador en un geriátrico de Girona. Allí había trabajado entre los años 2009 y 2010. Durante esta época le dio tiempo a acabar con la vida de 11 ancianos de la residencia. Su modus operandi era con insulina, barbitúricos y productos cáusticos.
Según él, sufría un trastorno obsesivo compulsivo para el que estaba siendo tratado. Sin embargo, los psiquiatras del caso determinaron que su motivación era la satisfacción de controlar el paso de la vida a la muerte. En todo momento era consciente de lo que hacía.
El celador de Olot fue condenado a 127 años tras probarse los 11 crímenes. Joan buscaba matar y actuó contra ancianos indefensos. Además, en varios casos hubo ensañamiento al aumentar el sufrimiento de las víctimas. No tenía problemas psicológicos este maestro de asesinos.
El asesino de la baraja
2003 fue el año en el que Alfredo Galán se hizo famoso. Este es uno de los casos que perfectamente podrían haber pasado por cinematográficos. Este asesino fue militar entre los años 2000 y 2004. También sufría crisis de ansiedad.
Con sus conocimientos militares, asesinaba a las víctimas con una pistola de gran calibre. Este arma lo consiguió en su paso por la guerra de Bosnia. Con ella, asesinaba a las víctimas dejando un naipe al lado de su cadáver. Esta era su firma.
En total cometió 6 asesinatos. Se acercaba a la víctima y le pedía, por favor, que se arrodillase. Acabó entregándose en una comisaría declarando que era el asesino de la baraja. Actualmente está cumpliendo condena en prisión.
El crimen del Rol
Javier Rosado y Félix Martínez eran dos estudiantes muy aficionados al rol. De hecho, jugaban a un juego muy tétrico que se llamaba Razas ideado por rosado. En un diario personal iba detallando todo lo que sucedió la madrugada del asesinato.
Las instrucciones eran matar a una víctima. Debía ser una mujer. Quería matar sin conocer previamente a la víctima. Así lo establecían las reglas de su juego. En su caza de víctimas se cruzó Carlos Moreno.
Este empleado de limpieza de 52 años volvía a su casa tras su jornada de trabajo. Ambos chicos lo abordaron por la calle y le asestaron 20 puñaladas. Reconoció en el juicio que no había motivo real para la muerte de Carlos y que ellos buscaban adolescentes.
El crimen de Asunta
El caso de la niña Asunta Basterra saltó a los medios en el año 2013. Esta menor, cuyo nombre original era Fang Yong había sido adoptada por sus padres. Llegó a España con un año de edad para unirse a la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra.
En la noche del 24 de septiembre de 2013 el matrimonio alertó de la desaparición de la niña. A la mañana siguiente el cadáver fue descubierto en un bosque. El cuerpo estaba a tan solo 5 kilómetros de la finca que el matrimonio tenía en Montouto.
Ambos padres fueron rápidamente detenidos como sospechosos. Tras el juicio, ambos progenitores fueron declarados culpables por un jurado popular. Habían sedado a la niña durante meses y murió por asfixia.
Asesinos: Ana Julia Quezada
Este es el último de los casos que más ha golpeado a la sociedad española en los últimos años. Gabriel Cruz era un niño de 8 años. Sus padres habían denunciado su desaparición en febrero de 2018 durante el trayecto entre casa de la abuela materna y otros familiares.
Rápidamente se organizó una búsqueda para hallar al pequeño Gabriel. Sus padres, separados y la nueva pareja de su padre, Ana Julia Quezada, lideraban esta acción. La esperanza y la sospecha surgió cuando Ana Julia halló una camiseta blanca del niño en medio del bosque.
La policía halló el cuerpo del niño en el maletero de Ana Julia Quezada, novia de su padre, mientras estaba trasladando el cadáver. La mujer pasó a disposición judicial y confesó como autora material del crimen. De hecho, las investigaciones sugieren que no fue su primer asesinato, ya que había tenido más relación con muertes accidentales de niños.
