Marta Sánchez es un icono de la música española. Su gran voz hizo que millones de personas corearan sus canciones, pero no solo está revestida de talento, su belleza y sensualidad la hicieron un producto artístico digno de ser desfilado por las pantallas de España. De niña siempre soñó con ser grande, con ser cantante y su aparición a los 12 años en Sabadabadá confirmó lo que ya venía latiendo en sus interior, ser una voz que representara al país Europeo.
Qué maravilla que sus anhelos resultaron ser mejores que los que ella misma esperaba. Pues brincó el charco y se dio a conocer en Latinoamérica, Centroamérica y otras latitudes. Cuando se piensa en Marta Sánchez, inevitablemente vienen atributos dobles: sensualidad y una potente voz. Como pocas caras, se ha mantenido vigente, además que es muy polémica en muchos de sus comentarios.
En este artículo, se recorrerá parte de su evolución como cantante que despegó cuando la agrupación en la que participaba Cristal Oskuro quedara de tercer lugar en un concurso organizado por la comunidad de Madrid en una conocida discoteca.
Tenías 19 años para aquel entonces y había llegado la oportunidad de oro al ser vista por Tino Azores, técnico de sonido.
3Pero Olé Olé se le quedó pequeño…
Olé Olé fue una gran escuela para la cantante. Con el pasar de los años se daba cuenta que sus sueños de infancia iban orientados más a una carrera como solista y no dentro de una agrupación. La artista se vio influenciada por su familia desde muy chiquita: su padre fue Antonio Sánchez Camporro, bajista en el mundo de la ópera y su padrino el tenor y profesor de canto Alfredo Kraus. No había forma de que la pequeña no ansiara ser artista.
La agrupación la hizo ocupar un lugar importante en hispanoamérica. Olé Olé fue invitada a participar en el gran evento en Chile, El Festival de Viña del Mar y por otro lado la banda se presentó ante las tropas españolas destacada en la guerra del Golfo Pérsico.
