Con un mal trabajo, estás con una pierna en la tumba

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A día de hoy, obtener el trabajo de nuestros sueños no es una tarea sencilla. Debido a ello, son muchas las personas que se conforman con empleos con los que no se sienten realizados ni cómodos. Aunque el hecho de tener un trabajo es de vital importancia, hay que tener en cuenta la salud de cada uno.

Puede que con ese puesto consigas vivir y pagar todo lo necesario pero, ¿qué pasa con tu felicidad? La frase «el dinero no da la felicidad«, no viene a decir que por tener mucho serás feliz. En realidad, lo que sucede es que si ganas ese dinero con un trabajo que no te entusiasma y que acaba con tus energías, no serás feliz. Según un estudio, se ha descubierto que las personas que tienen un buen trabajo mejoran su salud mental. En cambio, quienes tienen un empleo estresante, inestable o con malos pagos, mostraron peores indicadores. Estas son las consecuencias de tener un mal trabajo.

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Una de las peores consecuencias, la ansiedad

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Este es el problema más claro para nuestra salud cuando hablamos de sufrir por culpa de un mal trabajo. Este es un sentimiento que nos produce malestar y alerta. Y no solo eso, esto nos impide ser capaces de afrontar cada reto que se nos pueda presentar en nuestra vida.

Debido a la ansiedad, sentirás que siempre estás activado, pero al mismo tiempo, tendrás miedo de pensar en todas las responsabilidades que tienes. A causa de esto, no dejarás de aplazar tus obligación, y la procrastinación solo ayudará a que sigas acumulando tareas que hacer. Un círculo vicioso del que no es fácil salir si no haces ningún cambio.