Un hombre tuvo la idea de colgar una bolsa de boxeo en un árbol de un bosque y grabar durante 24 horas con una cámara oculta lo que allí sucedía.
Lo que capturó le dejó fascinado. A las pocas horas, dos ovejas se acercaron extrañadas al singular objeto y estuvieron dándole golpes durante casi un día.
Al la mañana siguiente, el puching estaba casi destrozado por completo debido a los innumerables golpes propinados por los ovinos, que llegaron a perfeccionar sus ‘puñetazos’, llegando incluso a asestarlos utilizando una única pata.