Algo inesperado ocurrió este miércoles mientras el Papa celebraba la habitual audiencia semanal en el Vaticano.
Cuando el Pontífice se encontraba dirigiendo a los fieles, una niña se subió al escenario, le interrumpió y se puso a jugar. Los intentos de la madre por evitar que esto ocurriera no tuvieron éxito.
No obstante Francisco, pidió a los servicios de seguridad del Vaticano que no hicieran nada y que le dejaran estar allí. «Déjenla tranquila, Dios habla con los niños», aseguraba.