Un guardia civil relata un intento de estrangulamiento a un agente el 1-O

El jefe de seguridad de la Guardia Civil que fue responsable del dispositivo que actuó en el centro de Sant Andreu de la Barca en el referéndum ilegal del 1-O relató este miércoles durante su declaración ante el tribunal que juzga el ‘procés’ un intento de estrangulamiento a un agente durante su intervención en el centro de votación de dicha localidad. “El detenido cae encima y le aplica una técnica de estrangulamiento en el suelo”, explicó.

Ante la sala del Tribunal Supremo que juzga a los líderes del independentismo por el 1-O, este jefe de seguridad de la Guardia Civil relató que en el centro de votación de esta localidad “aproximadamente podía haber 200 personas […] gritando votarem, fuera fuerzas de ocupación e insultos”.

A su llegada, a las 10.40 horas, no lograron entrar al centro, “había unas 20 personas detrás de la puerta impidiendo la entrada”. “No le puedo decir si estaban organizadas o no”, aseguró.

A la salida de la comitiva, “tuvimos que reforzar el perímetro con 20 guardias civiles porque la agresividad por parte de la gente aumentaba”, fue ahí “cuando recibimos agresiones, patadas y esputos”. A este centro regresaron sobre las 13.18 “porque antes no se habían localizado las urnas”. Asimismo, detalló que había gente grabando “todos nuestros movimientos” con los teléfonos móviles de manera “constante”.

Además, al visualizar los videos, observó cómo “una persona con una sudadera de color rojo en el descansillo agrede a un guardia, le tira al suelo, el detenido cae encima y le aplica una técnica de estrangulamiento en el suelo”.

De hecho, en el suelo el guardia gritó “que me asfixio”, fue entonces cuando otros guardias lo detuvieron, según recordó. La actitud en principio “era un nivel medio de agresividad que fue aumentando, la gente estaba sentada en el suelo y en absoluto silencio”, reconoció a preguntas de las defensas.

EL REGISTRO DEL 20-S

Posteriormente, intervino un agente de la unidad orgánica de la Guardia Civil de criminalística que participó en la inspección de los vehículos de la Guardia Civil dañados el 20-S durante el registro de la conselleria de Economía.

Explicó que los tres Nissan Patrol presentaban “adhesivos en relación a la república, a la democracia y al referéndum”. Además, continuó, “tenían las ruedas pinchadas, habían vertido la basura de las papeleras, habían hecho pintadas, ponían todo tipo de frases, insultando, habían arrancado los espejos retrovisores, las tres ventanillas del lado derecho estaban rotas, todas la chapa estaba abollada y las luces de los rotativos estaban rotas”.

En este sentido, explicó que los daños se podían haber producido por “objetos corto punzantes, armas blancas o similares”. En relación a tres vehículos no logotipados, el testigo detalló que uno de ellos tenía “las ruedas pinchadas y el retrovisor arrancado”, otro “abolladuras en la chapa” y un tercero, el que menos desperfectos presentaba, “alguna abolladura”.

Sobre la recogida de muestras biológicas en uno de los vehículos, el agente aclaró que vieron una “mancha rojiza”, por lo que recogieron muestras, ya que no sabían si se había producido alguna reyerta o era producto de un corte con los cristales de las ventanas. La analítica arrojaba el perfil genético de dos varones, “pero no dio positivo”, de modo que no fueron identificados.

El último agente citado a declarar este miércoles también realizó la inspección ocular de los vehículos. A preguntas del fiscal Fidel Cadena, el guardia civil explicó que los vehículos «estaban llenos de basura, completamente destrozados. Habían sustraído los extintores, los equipos de comunicación, habían rajado los asientos… El sistema de control también había desaparecido». Respondiendo a la Abogacía del Estado, el agentes confirmó que “cortaron los asientos en trozos, literalmente». Con esta declaración, finalizó la sesión de este miércoles y el presidente del tribunal Manuel Marchena anunció el juicio se reanudará este jueves a las 9.30 horas.