¿Quién elige el uniforme en tu sitio de trabajo?

En algunos casos, los jefes se valen del reglamento de las empresas, específicamente en lo referente a la vestimenta, para violar los derechos de los trabajadores. Sin embargo, esta situación no ocurre siempre. Usar uniforme también es beneficioso.

A muchos empleados no se les exige cumplir una norma sobre la indumentaria que deben utilizar para asistir a su sitio de trabajo. Incluso, tienen la libertad de escoger el tipo de ropa que quieran usar, de acuerdo a la labor que realizan. Por esta razón, algunos acuden a la tienda de ropa de trabajo que más se ajuste a sus necesidades y con la que puedan desempeñar su labor con total comodidad. Otros quizá prefieran contratar a una costurera que confeccione sus uniformes.

Sin embargo, este no es el caso de todos los empleados. Una sentencia reciente de la Audiencia Nacional de España declaró que la elección de la ropa de trabajo considerada como equipo de protección es una facultad del empresario, por tanto, éste no está visto en la obligación de hacer negociaciones con el Comité Intercentros de Seguridad y Salud Laboral.

Esto no quiere decir que el ordenamiento jurídico del país regule la forma de vestir de los trabajadores. Sin embargo, los dueños de las compañías tienen la potestad de elegir la indumentaria que les parece pertinente para sus empleados y establecerlo en las políticas de la empresa, pues debería ser la propia empresa quien implemente las medidas de seguridad que crea convenientes.

Aun así, la justicia española se ha hecho cargo de aquellas compañías que se han aprovechado de este poder para vulnerar algunos derechos particulares que tiene por ley el empleado como ciudadano, entre ellos el derecho a la no discriminación por religión o sexo, al libre desarrollo de la personalidad y a la propia imagen.

Un caso particular de este tipo fue el despido de una joven que se opuso a asistir a su sitio laboral en tacones y maquillada. La empresa en sus políticas internas exigía que este fuera el tipo de vestimenta, por ello, al no cumplir con lo establecido en el reglamento, la mujer fue despedida.

El Tribunal Supremo de Justicia consideró improcedente este despido, pues se trataba de una discriminación de género que además atenta contra el derecho a su propia imagen.

Pese a las consideraciones realizadas por el tribunal, en aquella ocasión se concretó que, mientras se sustente con argumentos razonables y objetivos, las compañías pueden ordenar a sus empleados qué atuendo usar en horas laborales.

Otro caso similar sucedió en el mes de junio del año 2017. El tribunal madrileño condenó la política de indumentaria de una compañía encargada de la reparación de móviles. En el reglamento se establecía que los trabajadores debían usar calzado cerrado, así como evitar en la medida de lo posible utilizar pantalones cortos y ajustados.

Haciendo referencia al personal femenino, para ellas estaba terminantemente prohibido usar transparencias y escotes. De igual forma, las trabajadoras debían tomar precauciones con el largo de la falda, pues la misma no debía estar por encima del largo de la bata. Por si fuera poco, todos los trabajadores debían cumplir estas normas dentro y fuera de la empresa.

Ante esta política del código de vestimenta, el Tribunal declaró que la empresa excedió su potestad al enfatizar que sus normas debían cumplirse incluso fuera de la institución. Asimismo, consideró que la compañía de móviles abusaba al sugerir cuál ropa no debía ponerse el trabajador debajo de su uniforme.

Aun así, no siempre se presentan casos, ante el tribunal, de empresas que exceden de sus poderes al regular la vestimenta que debe ponerse cada uno de sus empleados.

En 2007 se consideró apropiado el despido de un trabajador que laboraba en un concesionario de vehículos, pues el joven decidió no usar la indumentaria sugerida por la compañía de coches. Y es que algunas actividades en el trabajo deben seguir las reglas establecidas por la sociedad. Por ello, es común vestir formal en un trabajo que lo requiera.

De igual forma, el órgano judicial declaró que, aunque esto significó cierta limitación en su forma de vestir, el hombre desobedeció las advertencias que hace días le había hecho su supervisor. Por tal motivo, se justifica la razón de despido.

Ventajas de usar uniforme

Pese a los casos mencionados anteriormente, usar un uniforme impuesto no es del todo negativo. Además de definir la imagen de la corporación, al utilizar la indumentaria de un negocio, el empleado puede establecer un sentido de pertenencia hacia la institución.  

Asimismo, esta estrategia evita que el empleado se estrese pensando en que ropa debe ponerse cada día de la semana, lo que significa que al menos ese tiempo no será perdido y podrá ser utilizado para cualquier actividad productiva. Incluso, algunos estudios indican que los empleados que utilizan uniforme son más eficientes.

De igual forma, otro beneficio de utilizar uniforme es que el trabajador no tendrá que ensuciar ni desgastar parte de su vestimenta de uso cotidiano para ejercer sus labores en la institución.

Por otra parte, para los dueños de las empresas es bastante importante ser distinguidos en el mercado. Por ello, consideran fundamental establecer un símbolo de identidad a través de los uniformes que usan regularmente sus empleados. Los elementos como el color, estilo, logo y tipo de tela son planeados para proyectar una imagen eficaz a sus proveedores, clientes y socios.

También implementar uniformes contribuye a la reputación de la compañía, pues suelen ser más fiables aquellos negocios que se identifican con un color y logotipo. Además, es una excelente forma de publicitar de forma gratuita a la empresa, pues quienes vean a empleados utilizar esta indumentaria pueden ser posibles clientes potenciales.

Asimismo, es una alternativa necesaria al momento de tratar con el público. En ocasiones, algún cliente puede querer preguntar o conversar con el encargado de la tienda o empresa.

Sin embargo, esta actividad puede dificultarse si el empleado no tiene un identificativo de que trabaja allí. Estas situaciones no se presentan cuando se utilizan uniformes.

No cabe duda de que elegir un uniforme en el sitio laboral es indispensable para el buen funcionamiento de un comercio, pues aumentará de forma considerable el concepto que tiene el cliente del negocio. Eso sí, siempre tomando en cuenta los derechos de los empleados.