La ‘conexión española’ en la publicación de los falsos diarios de Hitler

‘El Confindencial’ publica este jueves un extenso artículo en el que detalla los pormenores de las negociaciones que culminaron con la publicación, a principios de la década de los ochenta, en distintos medios internacionales de prestigio de unos supuestos diarios de Adolf Hitler que resultaron ser falsos.

El periódico digital explica que las frases «Churchill es el único tío de verdad. Los demás ingleses son gallinas», atribuidas a Hitler, aparecían destacadas en un especial de 36 páginas publicado en ‘Tiempo’ el 9 de mayo de 1983, en cuya portada, junto a la foto de un «desafiante» führer, podía leerse: «Exclusiva para España. El diario secreto de Hitler».

Añade ‘El Confidencial’ que Julián Lago, director de la revista del Grupo Z, subrayaba la importancia histórica del hallazgo en un editorial señalando que «la publicación de estos documentos va a cambiar la interpretación de capítulos importantes de la historia reciente del mundo». ‘Tiempo’ anunció 29 entregas con extractos de los 60 volúmenes de los diarios secretos de Hitler ‘encontrados’ en Alemania por la revista ‘Stern’.

Sin embargo, una semana después, ‘Tiempo’ volvió a los quioscos con un titular en portada que decía ‘El diario falso de Hitler: Toda la verdad’. Además, en la portada del cuadernillo especial se leía: «El diario secreto de Hitler», con la palabra secreto tachada y sustituida por la palabra falso, relata el diario digital, que indica que tras conocer el fraude Julián Lago firmó otro editorial en el que describió el error reconociendo que se trataba del «más monumental sarcasmo de la historia periodística de este siglo… Un gigantesco fraude».

‘Tiempo’ había pagado 21 millones de pesetas (150.000 dólares) por los derechos españoles de la exclusiva, «récord en el mercado de la prensa española, tras una puja en la que el Grupo Zeta ganó la batalla a otros cuatro medios».

El contrato, añade la publicación digital, contenía una cláusula «en la que el conglomerado propietario de ‘Stern’ se lavaba las manos en caso de que los documentos resultaran ser falsos; no obstante, tras conocerse la falsificación, ‘Stern’ se ofreció a devolver las sumas recibidas por la magnitud del escándalo».

El artículo asevera que el origen del error hay que atribuirlo a ‘Stern’, propietario de las supuestas memorias del führer, que vendió los derechos a diversos medios internacionales (‘Newsweek’, ‘Paris Match’, ‘Panorama’, ‘Sunday Times’).

Detalla que lo que realmente sucedió es que un reportero de ‘Stern’ «fascinado por la memorabilia nazi (y por el nazismo en general) cayó en la trampa de un falsificador. Ambos serían condenados a penas de cárcel por fraude: los dueños de ‘Stern’ se gastaron cuatro millones de dólares en comprar los diarios, dinero que se repartió entre el falsificador y el periodista, convertido en comisionista por su cuenta y riesgo; en efecto, el timador había sido timado a su vez por el periodista».

El suceso revelo un fallo «estrepitosos» en los controles de veracidad de ‘Stern’, ya que «las pruebas para datar el material se hicieron mal. Pocos días después de la exclusiva, quedó certificado que era imposible que los diarios se hubieran escrito en los años cuarenta».

INTRAHISTORIA DEL ACUERDO

El relato de ‘El Confidencial’ recuerda que, según explicó Robert Harris en un libro sobre el caso, ‘Selling Hitler’, convertido luego en una serie de televisión inglesa, dicha negociación no solo es un ejemplo de compraventa de información, «sino un caso a estudiar por cualquier persona interesada en el arte del regateo o en vender su empresa al mejor postor».

Asegura que si bien ‘Stern’ «tenía la sartén por el mango, el gran ganador de la negociación fue Rupert Murdoch, ahora presidente de Fox News; entonces, un magnate australiano en plena expansión británica (dos años antes, había comprado ‘The Times’ y ‘The Sunday Times’; y ya era dueño de ‘The Sun’ y ‘News of the World’)». «En términos comerciales, que los diarios fueran o no genuinos era una cuestión menor para Murdoch».

Murdoch hizo una oferta de 2,5 millones de dólares por los derechos para EEUU y Canadá, y 750.000 dólares para el Reino Unido y la Commonwealth y fue aceptada por inicialmente por ‘Stern’, pero posteriormente los ejecutivos del diario alemán aceptaron una contraoferta de la estadounidense ‘Newsweek’, que ofreció tres millones de dólares por los derechos para EEUU y Canadá, por lo que reclamaron a Murdoch un total de 3,75 millones de dólares si quería quedarse con los derechos.

Murdoch no accedió en un primer momento pero cuando ‘Stern’ cerró el pacto con ‘Newskeek’ aceptó pagar 3,75 millones ante lo cual los negociadores de la publicación alemana llamaron a los dos ofertantes a sentarse en una mesa para negociar. Es entonces cuando «Murdoch tomó la iniciativa: llegó a un acuerdo secreto con ‘Newsweek’ para repartirse el pastel y pagar 3,75 millones entre los dos, ni un dolar más. ¿La respuesta alemana? Pedir 4,25 millones de dólares. Era la gota que colmaba el vaso (o más bien la excusa perfecta para levantarse de la mesa y negociar más tarde en posición de fuerza)».

«Murdoch y ‘Newsweek'», continúa el relato de ‘El Confindencial’, «se fueron de allí dando un portazo. No había trato. Adiós muy buenas. Los hombres de ‘Stern’ entraron en pánico las siguientes horas: no había plan B, no al menos con semejante músculo financiero, y quedaban menos de 10 días para publicar la exclusiva mundial. Comenzaron las llamadas a la desesperada a Murdoch y ‘Newsweek’, pero nadie se ponía al teléfono…. ‘Murdoch manejó los tiempos de la negociación con maestría’, escribió Harris. Los alemanes acabaron suplicándole que hiciera otra oferta. Y la hizo: 400.000 dólares por los derechos para el Reino Unido y la Commonwealth y 800.000 por los de EEUU y Canadá. De los 3,75 millones de dólares iniciales habíamos pasado a 1,2 millones».

Concluye diciendo que, según cuenta Harris, el escándalo sobre la veracidad de la bitácora de Hitler, que duró unas cuantas semanas, «no preocupó especialmente» a Murdoch. «En términos comerciales, que los diarios fueran o no genuinos era una cuestión menor para él. La semana anterior, ‘The Sunday Times’ había incrementado sus ventas 60.000 ejemplares [tras adelantar la exclusiva mundial de los diarios]. Mientras la controversia continuara, las ventas se mantendrían altas con toda probabilidad… Y en caso de que los diarios resultaran falsos, Murdoch recuperaría el dinero que había puesto, así que no sufrió en ningún momento».

(SERVIMEDIA)