La huella humana presiona sobre más de 17.500 especies terrestres

La huella de la humanidad afecta cada vez más a la vida silvestre del planeta porque más de 17.500 especies de vertebrados terrestres tienen al menos la mitad de sus áreas de distribución expuestas a intensas presiones humanas.

Así se recoge en un estudio realizado por investigadores de instituciones de Australia, Canadá, Estados Unidos, Italia y Países Bajos, y publicado en la revista ‘Global Ecology and Conservation’.

Los investigadores emplearon el conjunto de datos más completo sobre la huella humana en la superficie del planeta al examinar 20.529 especies de vertebrados terrestres.

De esa cifra, alrededor del 85% (concretamente, 17.517 especies) tienen la mitad de sus áreas de distribución sometidas a una intensa presión humana y un 16% (3.328) están totalmente expuestas a la huella humana.

Los vertebrados terrestres amenazados y las especies con rangos pequeños están expuestos de manera desproporcionada a una presión humana intensa. El análisis sugiere que hay 2.478 especies adicionales consideradas ‘menos preocupantes’ que tienen rangos considerables de su área de distribución superpuestas con estas presiones, lo que puede indicar su riesgo de disminución.

La huella humana analiza el impacto de la humanidad en el planeta por densidad de población, infraestructuras, usos de la tierra humana y suministros de energía eléctrica. Esas presiones humanas son bien conocidas por impulsar la actual crisis de extinción de especies.

«Nuestro trabajo muestra que una gran proporción de vertebrados terrestres no tiene dónde esconderse de las presiones humanas, que van desde la agricultura hasta los conglomerados urbanos extremos», apunta Christopher O’Bryan, de la Universidad de Queensland (Australia).

James Watson, de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Queensland, apunta que, «dada la creciente influencia humana en el planeta, el tiempo y el espacio se están agotando para la biodiversidad».

«Debemos priorizar las acciones contra estas intensas presiones humanas. Usando datos acumulativos de presión humana, podemos identificar áreas que están en mayor riesgo y donde la acción de conservación es necesaria de inmediato para asegurar que la vida silvestre tenga suficiente alcance para persistir», concluye.

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