Obras maestras que al restaurarlas dan ganas de llorar

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Ecce Homo sin duda marcó un antes y un después en la historia del arte en España. Cecilia Giménez es la autora de uno de los mayores despropósitos artísticos que se recuerdan. La restauración de un fresco que se encuentra en la iglesia del pueblo zaragozano de Borja y que ella se prestó a rehabilitar y devolver a su anterior estado.

Con el consentimiento del ayuntamiento y sin tener absoluta idea de pintar, la buena de Cecilia se metió a repintar el mural. Unas semanas después, el resultado asombró al mundo, literalmente. La restauración del Cristo de Borja se había hecho famoso a nivel global. También su autora, que lamentablemente ya falleció. Pero la obra de Cecilia no ha sido la única restauración que ha dado ganas de llorar.

Aquí os traemos una lista de obras que te van a saltar más de una lágrima, y no por el síndrome de Stendhal.

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Las tallas coloridas

La ermita de Rañadoiro, en Asturias, ha sufrido un caso similar al de Borja. Unas tallas religiosas de entre los siglos XV y XVI necesitaban una restauración. Una de las vecinas del pueblo pidió al párroco del pueblo permiso para darles el brío de otrora. Tras un tiempo en el que esta vecina puso todo su esfuerzo y todas las acuarelas que tenía por casa, dio a conocer el resultado.

Yo no soy profesional, simplemente las figuras estaban horrorosas y las quise pintar para ponerlas mejor”. Esto es lo que dijo la vecina que se encargó de destrozar una obra artística que anteriormente había tenido gran valor pero que ahora, por ahorrarse a un restaurador de verdad, van a tener que involucrarse en una gran deuda para devolverlas a su estado.

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