Rajoy: Puigdemont era «plenamente consciente» de que «la soberanía nacional no se negocia»

El que fuera presidente del Gobierno de España en el momento en que se celebró el 1-O, Mariano Rajoy, aseguró este miércoles en su declaración como testigo en el juicio que se celebra en el Supremo por el proceso independentista en Cataluña que desde el primer momento el Ejecutivo de la Generalitat era “plenamente consciente” de que nunca autorizaría la celebración de un referéndum porque va en contra de la Constitución y violenta el principio de que “España es lo que quieran los españoles y no una parte de ellos”.

El expresidente ha sido el primero de los testigos en ser llamado a declarar esta tarde, pasando por delante del que fuera titular de Hacienda Cristóbal Montoro, que era el citado a continuación de Soraya Sáenz de Santamaría. En sus primeras respuestas al abogado de Vox, Rajoy quiso dejar muy claro que los líderes independentistas “eran plenamente conscientes, desde el primer día que me reuní con Mas, que no iba a convocar un referéndum para saltarme la ley. No ha habido ningún acuerdo y ni siquiera conversaciones para llegar a un acuerdo para celebrar un referéndum».

El expresidente explicó que en sus contactos recordó a Mas que, si quería hacer un referéndum, lo que tenía que hacer era dirigirse al Congreso de los Diputados y conseguir allí una reforma de la Constitución que, no obstante, no es suficientes para aprobar un referéndum independentista porque «es el pueblo español el que decide lo que es España, y no los representantes de una comunidad autónoma».

Rajoy reconoció que «siempre ha habido conversaciones» entre el Gobierno y la Generalitat, “el problema es a que se llega en esas conversaciones. Y sobre el referéndum nunca hubo nada de qué hablar. Dejé claro que nunca el presidente de España iba a saltarse la Constitución y a liquidar la soberanía nacional».

Aseguró que tuvo “seis conversaciones con el señor Mas y dos con Puigdemont” que eran “plenamente conscientes de mi posición». Además, detalló Rajoy, “invitamos a Puigdemont a venir a las Cortes a defender su posición», una opción que el expresidente de la Generalitat rechazó.

El expresidente insistió en que ante la aprobación, el 6 de septiembre de 2017, de las conocidas como leyes de desconexión, que incluían la Ley del Referéndum y la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República, “ningún presidente del Gobierno puede mirar para otro lado”.

Preguntado por el letrado de la acusación popular Javier Ortega Smith, Rajoy indicó que “ningún presidente del Gobierno en una democracia puede aceptar que alguien quiera liquidar la democracia” y lo sucedido en el Parlament esos días de septiembre “liquidó la legalidad vigente en la Constitución y el Estatut y la sustituyó por la ley de transitoriedad”.

CARTAS ENTRE RAJOY Y PUIGDEMONT

El ministerio fiscal, representado por Fidel Cadena, preguntó a Rajoy por la importancia y eficacia jurídica que dio a la declaración unilateral de independencia. “Recuerdo que hubo un requerimiento el 11 de octubre, después de un pleno en el Parlament de Cataluña, al amparo de lo que decía el artículo 155, después de una declaración de independencia deliberadamente confusa se le requirió al presidente de la Generalitat para que aclarara si había declarado la independencia o no”.

En esa misiva se advertía a Carles Puigdemont de que si había declarado la independencia “tenía un plazo de tres días para revertirla”. Rajoy volvió a escribir a Puigdemont recordándole el plazo para rectificar y entonces el president “mandó una carta en la que no contestaba nada y tuve que seguir con el procedimiento del 155 y pedir autorización al Senado» y fue entonces cuando prosiguió con la tramitación del 155.

Sobre la aprobación de la aplicación del 155, dijo, “hubo un sinfín de teorías. Hay quien dice que había que aplicarlo antes. Otros que el 6 y 7 de septiembre. Otros que había que esperar un poco más. Otros que no había que aplicarlo nunca. Otros cambiaron de criterio…».

En medio de esa situación, dijo Mariano Rajoy, la decisión final fue suya y para tomarla tuvo que valorar varios muchos elementos como «el respeto a la soberanía nacional y el cumplimiento de la ley». En su opinión, «fuimos muy prudentes e hicimos el esfuerzo para lograr el apoyo de todos, aunque teníamos mayoría absoluta en el Senado».

En el turno de las defensas, Jordi Pina, preguntó a Rajoy sobre las situaciones de violencia y acoso a alcaldes que ha denunciado durante su declaración. «¿Quiénes son y de qué poblaciones?», preguntó. «Muchos del PSC como hemos podido leer en este tiempo”, dijo Rajoy en un tono defensivo. “Decir que no hubo acoso, crítica o manfiestación contra alcaldes es, con perdón, estar ciego. Todo el mundo que quiso pudo verlo en los medios de comunicación», afirmó.

URKULLU

Como ya ocurrió esta mañana con la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, el interrogatorio de Pina ha sido el más tenso. Uno de los momentos de mayor enfrentamiento se produjo cuando el letrado que representa a Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sànchez, le ha preguntado a Rajoy si el lehendakari Iñigo Urkullu actuó como mediador en el conflicto y si le llegó a recibir personalmente. El expresidente no fue claro y acabó diciendo que hubo varios ofrecimientos de mediación, «a algunos los vi personalmente y con otros hablé por teléfono».

Más delante volvió a este asunto para explicitar que “en aquella época, como he dejado caer, había muchas personas que quisieron hablar conmigo, y hablaron. Pero a todos les dejé absolutamente claro lo que he reiterado hasta la saciedad: yo no negocio ni el cumplimiento de la ley ni la soberanía nacional”.

Rajoy confesó en un momento de su declaración que estuvo seriamente “preocupado” por la “liquidación de la Constitución” que el Gobierno de la Generalitat pretendía. Explicó que siempre dijo a Puigdemont que todo se podía arreglar “menos la liquidación de la ley y la Constitución”. De persistir en sus intenciones, aseguró, “la situación se veía venir, los acontecimientos se veían venir. No había que ser muy avispado para darse cuenta de eso”.

El interrogatorio del letrado Francesc Homs deparó otro de los momentos tensos de la sesión. Rajoy llegó a pedirle que le dejara contestar. Llegó casi a haber confrontación de argumentos ente el abogado y el testigo, momento en que el presidente de la sala, Manuel Marchena intervino para avisar de que “la generosidad tiene un límite en este tribunal» y le recomendó a Homs de que «no intente convencer al testigo, intente convencernos a nosotros (los siete magistrados que forman el tribunal)”.

Homs también pidió a Rajoy que identificara qué propuestas de diálogo hizo al Gobierno catalán hasta 2017. «La propuesta más importante que hice es que se dejara de vulnerar la Constitución», aseguró en tono irónico.

Más allá del chascarrillo, Rajoy acabó asegurando que le gusta dialogar. «Me vi en seis ocasiones, aparte de llamadas telefónicas, con el señor Mas, y un par de veces con el señor Puigdemont. Pero yo puse un límite al diálogo que siento reiterarlo, y es que son los españoles los que deciden lo que es España, el cumplimiento de la ley y la Constitucion”. “Me gusta dialogar, me gusta pactar pero me gustan las reglas del juego, que son fundamentales para la estabilidad, la buena convivencia y para que la gente sepa a qué atenerse», acabó Rajoy.

(SERVIMEDIA)