Latinoamérica y póker, una relación que trasciende más allá del turismo

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No hay ningún tipo de duda de que el póker es el juego de azar y habilidad que más adeptos reúne alrededor del mundo. Desde que se popularizara como actividad preferida en los casinos de Estados Unidos, no ha hecho sino crecer a través de todos los continentes. Por el continente americano solo era cuestión de tiempo que de América del Norte llegara a Latinoamérica, y lo cierto es que la fiebre por las cartas ha alcanzado cotas inimaginadas. Desde la profesionalización del sector hasta su reconocimiento como deporte mental en Brasil, donde no hay duda de que existe una gran cuna de jugadores.

América Latina, con más de 600 millones de habitantes, cuenta con multitud de torneos y circuitos que reúnen cada año a miles de fanáticos. Si traspasamos incluso el póker al uso y nos vamos al juego tras las pantallas, observaremos que más de 15% de usuarios de póker en línea provienen del sur de América. Eso es responsabilidad del gran poder que ha ido ganando el sector del juego, del avance que han dado las regulaciones en los diferentes países y de la vinculación que se ha hecho del póker con el turismo. El turismo de póker y de casinos es toda una modalidad en pleno desarrollo.

También las salas de juego son cada vez más sofisticadas. Mejores servicios, una evolución que va camino del estilo resort vacacional y unas instalaciones a medida. La creación de las denominadas póker room en diferentes puntos de América Latina tiene sus raíces en la popularidad del juego en Estados Unidos, que sirve de influencia en muchos casos a estos países y también a la consolidación de varias sedes estratégicas de póker en España, en el que se han consagrado series de naipes en idioma español. Y de las que países como Argentina, Chile o Perú han tomado muy buena nota.

El país albiceleste es probablemente el que más póker room tiene activas en la actualidad. Y eso que es un país bastante ambiguo en cuanto a leyes sobre póker y que poco tiene que ver con sus vecinos. Cada provincia establece sus propias leyes, si bien el juego en línea es todo un enigma. Los proyectos para tratar de encontrar una regulación específica son cada vez más frecuentes, caso similar al de México y Venezuela. El Circuito Argentino de Póker visita cada año sedes como Casino Buenos Aires, City Center Rosario o Casino Victoria.

Colombia es la siguiente en este ranking y eso es porque es el país más avanzado en normativa y todo un referente también en destino turístico relacionado con el juego, con sus sedes en Medellín o Barranquilla como principales reclamos. En Uruguay, por ejemplo, existe también un circuito nacional con el Casino Carrasco como sede albergadora, mientras que Paraguay tampoco va mal servida al ser junto al uruguayo un territorio con legislación algo más laxas. Perú y Chile son las que necesitan cambios de forma urgente, si bien en la temática de póker room físicas andan mejor ubicados. La sala del Ovalle Resort es para visitarla al igual que la del Enjoy Santiago.

Brasil es otro modelo fuerte en el que se ha llegado a dar al póker el valor de deporte, al destacar la habilidad por encima de la fortuna o azar, que son también necesarias para poder ganar. El circuito brasileño conecta a miles de jugadores de todo el continente y forma como nexo de unión para desarrollar torneos como la Latin American Championship o el Campeonato Nacional EPS Élite. Por suerte, el Latin American Poker Tour que tanta expectación creaba y que desapareció en 2016 ha sido relevado por las paradas del las World Series of Poker.

Y lo mejor para esta disciplina es que América Latina no solo expande el juego por todo su territorio, sino que también lo exporta al exterior. Las series europeas están plagadas de jugadores latinos que se han profesionalizado y que se mueven entre los que más dinero ganan con esta actividad de todo el mundo. Nombres como los de Farid Jattin, Humberto Brenes, José Ignacio Barbero, Juan Carlos Alvarado o Alexandre Gomes son una referencia para todos aquellos que comparten gustos por las fichas, las cartas y las apuestas.

El jugador latino se convierte en un jugador acérrimo. ¿Tanto como el estadounidense? Quizá sería exagerar. No muchos podrían encerrarse en un baño por el póker gracias a una apuesta, como ocurrió con un excéntrico personaje en 2019 en Las Vegas, pero no dejan de ser fieles seguidores que hasta en sus vacaciones optan por el póker. Las comodidades de los casinos son cada vez mayores, conscientes de que tienen que ofrecer al jugador todo un paquete de servicios con los que convencerlo de que les confíen sus momentos de entretenimiento.

Más allá de Europa y lo que podamos destacar de Norteamérica, como lugar de nacimiento del póker más primigenio y que conocemos actualmente, LATAM se encuentra cada vez más en confort con el juego. Se mantiene en sintonía con el turismo y se acerca un poco más al ocio más común.