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Los objetos son los protagonistas. Bajo esta premisa, el periodista argentino Roberto Herrscher convocó a un grupo de cronistas a compartir historias que han quedado condensadas en ‘La voz de las cosas’, una antología coral recientemente editada por Ediciones Carena
Los objetos son los protagonistas. Bajo esta premisa, el periodista argentino Roberto Herrscher —autor del relato de memorias e investigación sobre la guerra de las Malvinas Los viajes del Penélope (Tusquets, 2007), Periodismo narrativo (publicado en seis países) y El arte de escuchar (Universitat de Barcelona, 2016)— convocó a un grupo de cronistas a compartir historias que han quedado condensadas en La voz de las cosas, una antología coral recientemente editada por Ediciones Carena.
La voz de las cosas es una colección de textos de periodismo narrativo (además de dos cómics y un fotorreportaje) en los que los objetos toman la palabra y adquieren relevancia para contar una gran variedad de historias reales.
Los autores, cronistas latinoamericanos destacados de varias generaciones y de 11 países, usan creativos recursos para adentrarse en las historias personales o de otros, siempre con un objeto como clave para permitir entender realidades y experiencias fascinantes. Los objetos están vivos: apelan, emocionan, traen recuerdos bellos o truculentos, cuentan historias. En algunos, los protagonistas son un meteorito, los huesos de un gigantesco dinosaurio, unas botas de goma en Venecia y los toscos instrumentos encontrados en una cárcel de Costa Rica. En otros, las baterías de un percusionista argentino, los tiradores de un poeta uruguayo y la Vespa veloz de una joven venezolana introducen en el mundo de sus dueños. Hay también objetos que recuerdan a padres o hijos desaparecidos; y otros que vuelven a la vida épocas, personajes, sentimientos sumergidos.
Esta es la primera colección de crónicas donde la descripción y las aventuras de las cosas gobiernan la narración; llamando a los lectores para que se reconozcan en el recuerdo de las cosas y que entiendan mejor el complejo mundo material y espiritual que puebla la vida actual.
Fuente Comunicae