Cada vez que devolvemos un paquete a Amazon, porque no nos convence, llegó dañado o simplemente cambiamos de idea, parece que todo termina ahí. Un clic para pedir la devolución, el repartidor que recoge el paquete y el reembolso en el banco.
Pero, ¿y el producto? ¿A dónde va? Una investigación revela que muchos de esos artículos no regresan al almacén digital como "nuevos": se abren rutas alternas, como mercados paralelos, tiendas de segunda mano, palés masivos, que sacan partido económico de lo que, en teoría, dejamos atrás.
LA VIDA OCULTA DE LAS DEVOLUCIONES DE AMAZON (Y OTROS)
La estadística es demoledora y se dispara año tras año. Se estima que, en España, la tasa de devoluciones en el sector textil roza el 30%, y en electrónica se mantiene en porcentajes que hacen temblar a cualquier negocio tradicional. La facilidad es la trampa. El cliente pide varios modelos, se prueba en casa y devuelve el resto. Un proceso inocuo para el consumidor, pero que genera un atasco logístico monstruoso para la empresa.
Para un gigante como Amazon, la prioridad es la velocidad y la satisfacción del cliente. Recuperar un producto, llevarlo a un almacén de devoluciones, revisarlo, clasificarlo, reempaquetarlo y volverlo a poner en venta implica una cadena de costes de personal, transporte y espacio que, en muchos casos, supera el valor de la propia mercancía.

El reloj no deja de girar. Y el espacio en los almacenes, vital para las nuevas ventas, es oro. Ante esta ecuación, la solución que han adoptado muchas veces es la más rápida, pero también la más obscena.
DEL ALMACÉN AL MERCADO PARALELO
Este flujo paralelo opera fuera del control directo de Amazon y se convierte en un engranaje económico de alto volumen. Esto se pudo ver, por ejemplo, en Equipo de Investigación, el programa de La Sexta. consiguieron acceder a testimonios que revelaron la verdad silenciada: la destrucción sistemática de productos en perfecto estado.
Activistas de Greenpeace han puesto nombre y número a este despilfarro inasumible. El dato es tan impactante que obliga a replantearse nuestro modelo de consumo. Y es que se calcula que el gigante de la venta online podría estar desechando o destruyendo, solo en Europa, cerca de 220.000 productos cada día.
Hablamos de miles de televisores, juguetes, patinetes eléctricos o gadgets tecnológicos que vuelven al almacén, pero que nunca regresan a la estantería virtual. ¿La razón? La logística de volver a ponerlos a la venta es más cara que deshacerse de ellos. Simplemente, son desviados a zonas específicas de los centros logísticos, conocidas internamente como las áreas de "muerte", y de ahí, directamente al camión que los lleva a un vertedero o una incineradora.
REACONDICIONADOS, REBAJADOS Y REVENDIDOS
El resultado es una huella de carbono incalculable, una tragedia medioambiental que se oculta bajo la etiqueta de "re-embalaje y reciclaje", un término que a menudo esconde la pura y dura destrucción. El sistema, diseñado para fomentar la compra impulsiva, ha creado un monstruo que devora los recursos del planeta.
Uno de los protagonistas de ese negocio fue un empresario catalán, dueño de un almacén de enormes dimensiones, con capacidad para miles de palés. Su centro servía como acopio de devoluciones, muchas de las cuales no llegaban a las estanterías digitales de Amazon.
El empresario explicaba cómo funcionaba el engranaje: él no compraba directamente a Amazon, sino a un intermediario que obtenía lotes de productos devueltos. Ese "intermediario" se hacía con un porcentaje del volumen de ventas originales y a su vez los revende.

Según sus cálculos, alrededor del 70% de lo recibido se podía aprovechar: productos en buen estado, devoluciones con embalaje intacto, artículos no usados realmente. El resto -lo defectuoso, lo abierto, lo antiguo- se reparaba en pequeños talleres propios para ser revendido.
En muchos casos, los productos se vendían por la mitad de su precio original, dando nueva vida a artículos que el consumidor pensaba que habían desaparecido del circuito comercial.
AMAZON DICE QUE RECILA DONA O REVENDE, PERO ES SIEMPRE ASÍ
Amazon asegura que la mayoría de los productos devueltos que cumplen con los estándares de calidad vuelven a sus estanterías digitales como nuevos.
Los que no superan la inspección, bien por estar abiertos, dañados, usados o con embalaje deteriorados, pueden tener distintos destinos. Esto es, ser revendidos como "usados" a través de programas de reacondicionado, vendidos a liquidadores, devueltos al proveedor original o incluso donados.
Como último recurso, cuando ninguna de esas opciones es viable, los productos se destinan al reciclaje o a la recuperación energética. El problema surge cuando ese circuito “oficial” convive con otro menos transparente: la venta de lotes de devoluciones a intermediarios externos, que opera con sus propias reglas.
Si la destrucción no es la opción elegida, hay otra vía por la que desaparecen los millones de productos que nadie quiere: el opaco mercado de la liquidación.
MUCHAS GRANDES EMPRESAS SE LUCRAN CON ESTAS "SOBRAS" DE AMAZON
Como se evidencia en el espacio de La Sexta, son muchas las grandes naves y polígonos industriales donde empresarios, a menudo al margen del gran foco mediático, se han lucrado con las sobras del sistema. Compran lo que en la jerga se conoce como "palets ciegos". Un palé que puede contener desde un móvil de alta gama hasta un paquete de pañales caducados. La incertidumbre es total.
Liquidadores y minoristas pagan una fracción del precio original, a veces apenas unos céntimos por kilo, por un cargamento donde el gigante online se deshace de su excedente. Allí, son las empresas las que se nutren de esta mercancía a granel. Los intermediarios no compran los artículos directamente a Amazon, sino a terceras compañías que gestionan estos excedentes masivos.
Los testimonios recogidos son claros. El beneficio es altísimo, pero el riesgo también. Los productos llegan sin garantía, a veces dañados, pero su venta al público a mitad de precio o menos genera un negocio en la sombra que mueve millones de euros al año. Un verdadero outlet de la devolución forzada, un ciclo donde lo que para uno es un problema logístico, para otro es una oportunidad de negocio voraz.
- Más información: Amazon cambia su política de devoluciones con una nueva tarifa a pagar y así te afecta.






