Los cambios en el precio del jamón, el lomo o el beicon por el brote de peste porcina en Barcelona

El brote de peste porcina en Barcelona ha puesto en jaque al mercado cárnico: jamón, lomo y beicon podrían variar de precio en los próximos meses. Compra, exportaciones bloqueadas y producción en vilo hacen que lo que se suba al plato deje de sentirse igual.

Nadie se esperaba que la Navidad empezara con un susto así, un brote de peste porcina africana en Barcelona que ha obligado a confinar granjas, cerrar exportaciones y poner en alerta a medio sector cárnico. Y claro, la pregunta que muchos nos hacemos es la misma: ¿van a subir los precios del jamón, el lomo o el beicon? Esa inquietud, casi doméstica, ha pasado de los pasillos del súper a las conversaciones de sobremesa.

El virus no afecta a las personas, pero sí a la economía, y ahí está el problema. Porque cuando se bloquean exportaciones, cuando los movimientos se restringen y cuando un país como México decide cerrar sus puertas a la carne española, el mercado tiembla. Y cuando el mercado tiembla, los precios rara vez se quedan quietos.

Este brote, localizado en la sierra de Collserola, ha puesto en pausa a uno de los sectores más potentes del país. Y aunque el Gobierno insiste en que el suministro está garantizado, la realidad es que cualquier cambio en el flujo habitual de carne acaba notándose en algún punto de la cadena. La cuestión es dónde y cuánto.

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¿Subirá el precio del jamón? Lo que sabemos ahora mismo

¿Subirá el precio del jamón? Lo que sabemos ahora mismo
El impacto directo en los precios aún no ha estallado porque el brote afecta a granjas en una zona concreta de Barcelona, no a toda España. Fuente: Agencias

El jamón es el termómetro emocional del mercado, si el jamón se encarece, lo sentimos todos. De momento, el impacto directo en los precios aún no ha estallado porque el brote afecta a granjas en una zona concreta de Barcelona, no a toda España, y eso ha evitado un caos mayor. Pero los países que han bloqueado las importaciones (como México, Japón o Malasia) están generando un tapón comercial que puede alterar la oferta interna. Si sale menos carne fuera, hay más carne dentro y los precios podrían mantenerse… o no.

El problema está en que muchos productores de la provincia de Barcelona no pueden exportar y eso les obliga a redirigir producto al mercado nacional. Pero si las grandes industrias de la zona paran o ralentizan su actividad, el sector entero empieza a ajustarse. Y ahí es donde podrían producirse pequeñas subidas en productos que requieren largos tiempos de elaboración, como el jamón curado. No será inmediato, pero todo apunta a que el efecto se irá notando si la crisis se alarga.

Lomo y embutidos: el impacto que se cocina mientras no miramos

Lomo y embutidos: el impacto que se cocina mientras no miramos
Los embutidos cocidos son los primeros en reaccionar al movimiento del mercado. Fuente: Agencias

El lomo, el chorizo, el salchichón o los embutidos cocidos son los primeros en reaccionar al movimiento del mercado. Son productos más ágiles, con rotaciones rápidas, y cualquier restricción en exportaciones puede mover sus precios casi sin darnos cuenta. Si España exporta menos (y hablamos de más de 120 certificados bloqueados en 40 países) esos productos necesitarán colocarse en el mercado interno, lo que puede contener los precios o incluso bajarlos en algunos casos puntuales.

Pero el otro lado de la moneda es menos optimista, si las granjas afectadas no pueden mover animales, si hay restricciones en transporte o si algunas industrias frenan producción por precaución, puede generarse un ligero desabastecimiento a corto plazo. Nada dramático, pero sí suficiente como para que el precio del lomo suba unos céntimos en el lineal sin que casi nos demos cuenta. Dependerá del rumbo de las próximas semanas.

Calma, información y una pregunta final

Calma, información y una pregunta final
la peste porcina africana no afecta a la salud humana y el suministro de carne en España está garantizado. Fuente: Agencias

Es fácil dejarse llevar por el ruido, pero conviene poner las cosas en perspectiva, la peste porcina africana no afecta a la salud humana y el suministro de carne en España está garantizado. Aun así, el impacto económico existe y algunos precios podrían moverse en las próximas semanas. Lo importante será seguir la evolución sin alarmas y con la mirada puesta en cómo reacciona el mercado internacional.

El brote de Peste Porcina Africana en Collserola ha sacudido al sector, pero su efecto inmediato en los precios no es el que muchos imaginan. Aunque el ruido mediático hace pensar en escasez y subidas, lo cierto es que las restricciones a la exportación están generando el efecto contrario, más carne dentro del mercado español.

Con cerca de 40 países bloqueando temporalmente la entrada de producto porcino (México, Japón o Brasil entre ellos), una parte importante de lo que iba destinado al exterior deberá colocarse aquí. Ese exceso de oferta presiona los precios a la baja, especialmente en cortes y derivados de rotación rápida como el lomo o el beicon. Es una reacción casi automática del mercado, más producto disponible, menos margen para subir precios.

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Ahora bien, esta bajada o estabilización es un fenómeno de corto plazo. Lo que ocurra más adelante dependerá de cómo evolucione el brote y de la capacidad del sector para mantener su actividad sin interrupciones. Si el perímetro de 20 kilómetros sigue acotado y no aparecen casos en granjas, la producción podrá continuar sin grandes alteraciones.

Pero si la enfermedad saltara al ámbito doméstico, el escenario sería otro, sacrificios obligatorios, más restricciones y un recorte en la oferta que sí podría empujar los precios al alza. De momento ese no es el caso, pero el sector sabe que las próximas semanas son esenciales para evitar un giro brusco.

A la incertidumbre sanitaria se suma la tensión comercial. China, uno de los mayores clientes de España, ha aceptado de momento la regionalización, lo que permite que el resto del país siga exportando. Pero otros mercados mantienen el veto completo, y eso repercute directamente en los ingresos de las industrias afectadas.

Para el consumidor esto puede traducirse en precios más bajos, pero para los productores significa márgenes estrechos en un año ya complicado por los costes. El equilibrio es frágil, si la situación se controla rápido, los precios se mantendrán moderados; si se prolonga, la industria podría reajustar producción y el efecto sería el contrario. Por ahora, la tendencia apunta a estabilidad con ligeros descensos, pero la foto puede cambiar con un solo anuncio sanitario.

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