Juan Carlos I envía un punzante dardo a Felipe VI usando a sus nietas Leonor y Sofía como arma

El exrey Juan Carlos I no se muerde la lengua ni en francés. Antes de que sus memorias lleguen a España, ha preferido hablar a la cámara de France 3. Y entre temas de Estado y justificaciones de su reinado, ha colado un mensaje que parece de domingo por la tarde. 

¿Juan Carlos I envía un mensaje incómodo? Sí, el de un abuelo que echa de menos a sus nietas y que, sin decirlo abiertamente, señala a su propio hijo. Felipe VI podría, en su opinión, ver más a sus hijas. Leonor y Sofía son, otra vez, el centro de un reproche íntimo dentro de la familia.

Parece que el exmonarca Juan Carlos I tiene prisa por fijar su versión de la historia. Lo hace con un libro de memorias y, antes incluso de que se publique aquí, se sienta con un canal francés. France 3 fue el escenario elegido. Allí, con la naturalidad que da la distancia, se explayó. Habló de Franco, de su padre, de la política actual. Reconoció errores, sí. Pero no con arrepentimientos. Dijo la palabra clave: "errores". Acto seguido aclaró que no siente "remordimientos" por ellos. Eso sí, matizó. Si volviera atrás, sería más cauto.

Sobre los líos de dinero y sus polémicas, fue contundente. Para él, ese capítulo está cerrado. "Todo está resuelto", aseguró. Y por eso puede decir que se siente "tranquilo". Defiende su legado, sobre todo su influencia dentro de la monarquía y la Transición. Sabe que descuidó a los suyos por el cargo. Y espera, sinceramente, que los españoles lo entiendan y quizá hasta lo perdonemos.

Publicidad

El reproche de Juan Carlos I a Felipe VI 

"Intento no tener remordimientos": La controversial entrevista de Juan Carlos I donde revela situaciones inéditas de su pasado
"Intento no tener remordimientos": La controversial entrevista de Juan Carlos I donde revela situaciones inéditas de su pasado | Fuente: Agencias

De todo lo dicho, hay algo que va más allá de la política y toca la fibra de cualquier familia. Juan Carlos I confirmó que habla con su hijo, el rey Felipe. La comunicación existe. Pero entonces vino el “pero” con peso de abuelo. "Te lo diré como padre y como rey. Como padre me gustaría verlo más con sus pequeñas, sus hijas".

Ahí está. Esa es la frase. Un reproche suave, envuelto en paternalismo, pero reproche al fin y al cabo. No es solo "me gustaría ver más a mis nietas". Es "me gustaría que su padre las viera más". Es poner el foco en la agenda de Felipe VI. Le quita hierro al instante, eso sí. Rápidamente, lo llama "un buen rey". Aunque remata con que le toca vivir "un momento muy difícil, debe ser apoyado". ¿La causa? La política, aquí y en el resto de Europa.

Leonor, Sofía y la llamada que le emocionó

Los recuerdos de la Transición y sus protagonistas
Los recuerdos de la Transición y sus protagonistas | Fuente: Agencias

En sus memorias, su familia ocupa un lugar central. Se refiere a la reina Sofía con cariño, la llama "Sofi". Y de sus nietas, Leonor y Sofía, habla con una mezcla de orgullo y nostalgia. Él mismo admite que las ve poco. Muy poco. Recuerda con especial cariño una llamada tras su marcha a Abu Dabi. Fue de Leonor. "Me emocioné cuando me pasó por teléfono a (mi) nieta mayor, Leonor…", relata. La princesa le contó que tenía buenas notas y que se iba a Gales a estudiar. 

Ahora la cosa es distinta. La relación, según sus propias palabras, es "muy limitada". La comunicación directa es mínima y los encuentros, contados. Juan Carlos I quería "tejer lazos privilegiados" con sus dos nietas. Pero las circunstancias se complicaron. Su salida de España, los nuevos roles y, en su visión, la llegada de la reina Letizia a la familia, lo impidieron.

La grieta con Felipe y un sistema que se hereda

El libro no es solo anécdota. Es también ajuste de cuentas. O al menos, la exposición de un dolor profundo. Juan Carlos I escribe que su relación con Felipe "se rompió" en 2020, cuando él se fue. Lo vive como un abandono. "Mi hijo me dio la espalda por deber… entiendo que, como rey, debe mantener una postura pública firme, pero sufrí… por su insensibilidad".

Se nota la herida. Por un lado, el Rey Emérito entiende la postura institucional de su hijo. Por el otro, sufre como padre la "insensibilidad" que percibe. A pesar de todo, siempre creyó que Felipe era "el heredero más preparado de Europa". Tanto, que abdicó pronto para no hacerle "esperar demasiado".

Incluso hay un momento de advertencia en el texto. Tras quitarle la asignación económica, le soltó: "No olvides que heredas un sistema que yo he construido". Y aunque desea una relación "armoniosa", la sombra de Letizia es alargada. Juan Carlos asegura que su llegada "no ayudó con la armonía familiar". Para él, la relación con su hijo ahora es "silencio, incomprensión y dolor".

Publicidad

¿Y cómo está ahora? Pues, según dice, bien. Muy bien en Abu Dabi. Cuando le preguntan por un posible retorno a España, lo niega. "No sé si en unos meses o el año que viene, no sé", confiesa. Deja la puerta abierta, pero con muchas condiciones. Su vuelta parece depender de que su situación personal, fiscal y social en España se aclare o se calme. Desde allí, niega sentirse abandonado. Prefiere definir esa sensación como algo más "filosófico". Observa, opina y espera. Espera que a su hijo le vaya bien, que tenga "éxito". Y que España, al final, esté "bien administrada".

Publicidad