En una entrevista concedida al programa francés Secrets d'Histoire, Juan Carlos I aborda los aspectos más controvertidos de su trayectoria, desde su relación con el dictador Francisco Franco hasta las circunstancias que rodearon su salida de España. La conversación, emitida por la cadena France 3, muestra a un monarca consciente de las críticas, pero firme en sus convicciones. Lejos de mostrarse arrepentido, el emérito prefiere centrarse en lo que considera sus logros al frente de la Jefatura del Estado durante casi cuatro décadas.
Durante su intervención en la televisión gala, Juan Carlos I fue preguntado sobre si lamentaba algunas decisiones de su pasado. Su respuesta fue muy genuina: "Intento no tener remordimientos, pero por supuesto tendría más cuidado si tuviera que hacer las cosas de nuevo". El programa, presentado por Stéphane Bern, se promocionó como una noche excepcional con las confidencias de "Un rey en desgracia". Aunque la audiencia final no fue la esperada por coincidir con un partido de la Champions League, el contenido de la entrevista ha tenido gran repercusión en España y a nivel global.
En ella, Juan Carlos I insiste en que publicar sus memorias fue una decisión meditada: "Pensé mucho tiempo en no hacerlo, porque mi padre me decía que los reyes no lo hacen, pero creo que con el tiempo y después de los años que han pasado era mejor dejar mi sentimiento personal".
La compleja relación entre Juan Carlos I y su hijo Felipe VI

Uno de los aspectos que más interés ha despertado es la actual relación entre el emérito y el rey Felipe VI. Según Juan Carlos I, los vínculos familiares se mantienen sólidos a pesar de las circunstancias y de lo que los medios dicen: "La relación puede ser una de una forma u otra, que es el carácter de las personas, pero es muy buena". Como padre y abuelo, reconoce que le gustaría poder verlos más, incluyendo a sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Sobre el desempeño de su hijo al frente de la Corona, el emérito no duda en mostrar su apoyo: "Felipe es un buen rey, pero está en un momento difícil y hay que apoyarlo". Revela además que su heredero fue inicialmente contrario a la abdicación: "Se lo dije a mi hijo, y me dijo: 'No, por favor, no lo hagas'. Y yo le dije: es mejor para ti, estás más preparado, tienes derecho a asumir esto".
Los recuerdos de la Transición y sus protagonistas
La entrevista sirve también para que Juan Carlos I comparta sus recuerdos sobre los años de la Transición española. Del presidente Adolfo Suárez destaca que "nos esforzamos por hacer las cosas bien, aunque no sabíamos cómo hacerlo". Sobre Santiago Carrillo, líder del Partido Comunista, asegura que era "un amigo de verdad, un verdadero colaborador".
Uno de los momentos más reveladores llega cuando recuerda las palabras de Torcuato Fernández Miranda, presidente de las Cortes: "De la ley a la ley y por la ley". Esta frase, según el emérito, guió todo el proceso de transformación política que vivió España en aquellos años decisivos.
La difícil convivencia entre Franco y su padre

Quizás una de las confesiones más personales sea la referida a su juventud, cuando se sentía atrapado entre dos figuras tan poderosas como contradictorias. Juan Carlos I reconoce que cuando era pequeño "a veces" tuvo "la impresión de ser como una pelota de ping pong" entre Franco y su padre, Juan de Borbón.
Sobre su relación con el dictador, explica que "es difícil hablar cuando hay otro régimen, como fui nombrado heredero para ser rey, y mi ideal era la democracia, yo tenía la impresión de que había que preparar el futuro y permanecer tranquilo esperando ese momento".
El balance de un reinado controvertido

Al ser preguntado por lo que considera lo peor de las críticas recibidas, Juan Carlos I responde: "Bueno, creo que en España el dinero es más importante... pero todo es malo". Sobre sus supuestos errores, prefiere no concretar: "Todos los hombres cometen errores, todo el mundo los comete".
El emérito sí quiere dejar claro que se siente "orgulloso por tener un plan establecido para la democracia" y por ser "el padre de la Constitución". Para él, su legado principal es haber servido a España y a los españoles, aunque reconoce que "a veces no presté suficiente atención a la familia".







