Coincidiendo con el encendido de las luces de Navidad del pasado sábado 22 de noviembre, el Ayuntamiento de Madrid aprovechó para estrenar la nueva iluminación del río Manzanares, una idea que lleva más de un año en preparación y que ha pasado por diferentes dificultades y procesos debido a la oposición vecinal y ecologista.
Según la información del consistorio madrileño, el encendido se llevará a cabo todos los viernes, sábados y domingos del año, variando el horario en función de la luz solar. Eso significa que las luces estarán encendidas no solo durante la época navideña, sino también durante los fines de semana del resto del año. El horario es de 18:30 a 22:00 horas hasta el 29 de enero.
A partir del 30 de enero, pasa a ser de 19:30 a 23:00 horas; desde el 29 de marzo, el encendido se retrasará a las 21:00 horas y a partir del 29 de mayo, a las 22:00 horas. El 28 de agosto, el encendido volverá a adelantarse a las 21:30 horas.
El sistema de iluminación cuenta con 61 proyectores led, que en su primer fin de semana proyectaron luz azul sobre el cauce. Se trata únicamente de la activación de las luces de uno de los tramos de Madrid Río, en concreto uno que comprende 560 metros en los distritos de Arganzuela y Latina. Está ubicado en la zona de la presa 6, entre el puente Oblicuo y la pasarela de Andorra.
Una sorpresa desagradable para vecinos y ecologistas
Y, pese a los esfuerzos, la acción del Ayuntamiento de Madrid no ha gustado a buena parte de los vecinos de la zona, que consideran que han activado la iluminación "a traición" y de manera inesperada para que no pudieran organizar protestas como las que se han vivido en el pasado. En este sentido, también temen que la medida se extienda por todo el río.

"Es un crimen ambiental", dicen desde la Asociación Vecinal Retiro Norte. "Que haya fauna en el resto del río no es motivo para dañarla en el tramo urbano que tanto costó recuperar. Un río es un corredor ecológico, e interrumpirlo es dañino para la fauna".
La Asociación Vecinal Pasillo Verde-Imperial, formada por multitud de vecinos de la zona, considera que las luces son contaminación lumínica que vulnera el plan especial del río Manzanares.
"La ciudad espectáculo frente a la ciudad funcional, ecológica y socialmente. El río Manzanares es un río natural en estado de recuperación medioambiental, no es una horterada turística", se quejan los vecinos, que sienten que la medida es perjudicial tanto a nivel ecológico como para ellos mismos.
De hecho, algunos vecinos de los alrededores del Manzanares le recuerdan al diario Qué! una preocupación extra con relación a Madrid Río: el "destrozo" en el Parque de Arganzuela debido a los trabajos para levantar la nueva parada de la línea 11, junto al puente de Praga.
Tras anunciar la medida en mayo de 2024, un total de 80 científicos firmaron un manifiesto pidiendo responsabilidad a Medio Ambiente por considerar que el plan de iluminación supondría una intromisión en la vida de las aves, que son muy sensibles a la iluminación nocturna, lo que podría provocar problemas de reproducción e incluso el abandono de la zona en búsqueda de tranquilidad.
Una recogida de firmas con más de 52.000 participantes organizada por la periodista medioambiental Rosa M. Tristán en la plataforma Change.org sirvió como método de presión para el Gobierno municipal. También el recurso contencioso-administrativo que la Asociación Vecinal Pasillo Verde-Imperial (que se moviliza este viernes) y Ecologistas en Acción presentaron ante los Juzgados, así como cuatro informes periciales.
"Los vecinos y vecinas de Madrid logramos acabar con la pretensión de que fuera un canal sucio, en lugar de un río vivo. Ahora quieren convertirlo en un espectáculo de luces de colores nocturno", declararon.
El proceso paralizó los planes iniciales, razón por la que no vimos que se llevara a cabo la iluminación durante las Navidades de 2024. Sin embargo, la jueza denegó el recurso en verano de 2025, dejando vía libre para iluminar el río.
El Ayuntamiento de Madrid defiende que la iluminación es una actuación sostenible y respetuosa con el medio ambiente
El propio Ayuntamiento de Madrid se defiende de las acusaciones afirmando que "la iluminación del Manzanares es una actuación sostenible y respetuosa con el medio ambiente". Explican también que su instalación se ha desarrollado mediante "soluciones que minimizan la contaminación lumínica", con los focos situados en un cajetero del río y "limitando las emisiones luminosas hacia el cielo".
Es un proyecto piloto responsabilidad del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad y, además de marcarse el objetivo de embellecer el lugar, justifican la decisión en dotar al río de mayor seguridad. "No hay problemas de inseguridad", dicen los vecinos. "Si los hubiera, lo lógico sería iluminar las calles, no el cauce del río".
Casi una década de renaturalización del río Manzanares
Sea como fuere, la medida sin duda sorprende al comprobar que el proceso de renaturalización del río Manzanares está en marcha desde 2016. Fue en ese año cuando el Ayuntamiento de Madrid, debido a la propuesta y apoyo de (precisamente) Ecologistas en Acción, decide cambiar radicalmente la filosofía del río con la intención de recuperar su cauce natural.

La primera medida se produjo en mayo de ese mismo año y consistió en la apertura de todas las presas en los 7,5 kilómetros de su recorrido urbano, de cara a la recuperación de su función como corredor ecológico. De esa manera se comenzaron a formar barras de arena y pequeñas islas que actualmente suponen zonas de conexión para las especies entre los tramos superiores e inferiores.
El regreso del estado natural del río ha supuesto el desarrollo de la fauna, con los peces (gobios, carpas, pez gato, barbos...) volviendo a criar y mayor número y diversidad de aves. Según fuentes del consistorio, se han detectado más de 50 especies, algunas incluso exóticas como el ganso del Nilo.
Asimismo, el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) liberó 15 ejemplares de galápago leproso, y también existe la presencia nuevas especies destacables como el chorlitejo chico y el andarríos chico. La población más abundante en invierno es la de gaviotas reidora y sombría, que prácticamente desaparecen en verano, cuando aparecen las colonias de avión común y golondrina común, que nidifican bajo los puentes del río.







