El SEPE repara una década de desigualdad laboral para miles de empleadas del hogar

Durante años, miles de empleadas del hogar trabajaron sin que su esfuerzo contara plenamente en el sistema de protección social. Ahora, el SEPE da un paso decisivo y reconoce como cotizados los periodos previos a 2022, corrigiendo por fin una injusticia que había quedado demasiado tiempo sin respuesta.

El momento de las empleadas del hogar ha llegado, ya hay un pronunciamiento claro del SEPE sobre las prestaciones y el paro de este sector. ¿Te imaginas trabajar durante años, cumplir con todo lo que exige la ley y aun así no tener derecho a paro? Eso es exactamente lo que ha pasado con miles de empleadas del hogar en España. Durante décadas, sus trabajos han sostenido familias enteras, pero sus derechos se quedaban siempre a medio camino. Hasta ahora.

El SEPE acaba de dar un giro histórico. Tras múltiples sentencias y presión social, ha decidido reconocer como cotizados los años trabajados antes de 2022, cuando este colectivo no tenía derecho a cotizar por desempleo. Una decisión que no solo rompe una barrera burocrática, sino que abre la puerta a prestaciones que antes parecían imposibles.

Es un paso que llega tarde, sin lugar a dudas, pero llega fuerte. Porque marca un antes y un después en la vida de miles de mujeres (en su mayoría extranjeras) que, por fin, ven que su esfuerzo cuenta exactamente igual que el de cualquier otra persona trabajadora.

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Un cambio que corrige una injusticia histórica

Un cambio que corrige una injusticia histórica
El Gobierno reaccionó, reconoció su derecho a paro, pero no lo hizo con carácter retroactivo. Fuente: Agencias

Todo empezó cuando España fue condenada en 2022 por discriminar a las empleadas del hogar al no permitirles cotizar por desempleo. Ese mismo año el Gobierno reaccionó, reconoció su derecho a paro, pero no lo hizo con carácter retroactivo. Eso dejaba fuera a quienes llevaban años dadas de alta en el sistema, pero sin posibilidad de cotizar. En la práctica, era una rectificación a medias.

Ahora el SEPE ha dado el paso que faltaba. Gracias a una instrucción interna recién emitida, contará como cotizado cualquier periodo trabajado en los seis años previos a una solicitud de desempleo, aunque fuera antes de 2022 y sin cotización específica. Esto significa que, por fin, esos años servirán para acceder a la prestación o al subsidio, incluyendo el de mayores de 52 años. Un reconocimiento que para muchas no es un trámite, sino la diferencia entre tener apoyo económico o quedarse sin nada.

Una decisión que cambiará vidas… y ya empieza a aplicarse

Una decisión que cambiará vidas… y ya empieza a aplicarse
El SEPE ha comunicado que todas las direcciones provinciales deberán aplicarlo. Fuente: Agencias

El nuevo criterio no se queda en una declaración simbólica. El SEPE ha comunicado que todas las direcciones provinciales deberán aplicarlo de inmediato en nuevas solicitudes y en reclamaciones previas que estén pendientes. Incluso revisará de oficio las resoluciones que fueron denegadas y que hoy están recurridas en los juzgados. Una señal de que esta rectificación no es un gesto superficial, sino un cambio real en la práctica administrativa.

Los sindicatos llevan años peleándolo. CC.OO. lo celebró como “un reconocimiento íntegro del trabajo del hogar”, pero también insiste en que este avance debe consolidarse por ley para que no dependa de interpretaciones internas. Aunque queda camino por recorrer, este es el primer movimiento que de verdad coloca a las empleadas del hogar en el mapa de la protección social, en igualdad de condiciones con el resto de trabajadores. Y eso ya es un cambio profundo.

Más protección, más derechos y una mirada al futuro

Más protección, más derechos y una mirada al futuro
El SEPE lo deja claro, cuidar también merece derechos y protección económica. Fuente: Agencias

Este avance llega justo cuando otra normativa clave ha entrado en vigor, la que obliga a los hogares empleadores a aplicar medidas de prevención de riesgos laborales. La realidad es que el sector sigue siendo muy feminizado (más del 95 % son mujeres) y la vulnerabilidad ha sido siempre la norma. La nueva regulación pretende que, por primera vez, el espacio donde trabajan sea tratado con la misma seriedad que cualquier otro centro laboral.

Además, la ampliación también se extiende al subsidio de mayores de 52 años, una ayuda vital para mujeres que han dedicado media vida al empleo doméstico y que tenían difícil reincorporarse al mercado laboral. Ahora esos años trabajados (aunque no cotizados) sí cuentan. El SEPE lo deja claro, cuidar también merece derechos y protección económica cuando hace falta.

En resumen, durante demasiado tiempo, las empleadas del hogar han sostenido el país desde la invisibilidad. Lo que acaba de hacer el SEPE no borra años de desigualdad, pero sí empieza a repararla. Este cambio no solo reconoce su trabajo, reconoce su dignidad. Ojalá este giro sirva para abrir más debates y para que, de una vez, todo el trabajo de cuidados tenga el lugar que merece.

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