Netflix enfoca su fuerte apuesta por series de género local para consolidar su catálogo español

Netflix redobla su compromiso con la producción nacional al apostar decididamente por las series de género local, una estrategia que busca reforzar su presencia en el competitivo mercado español y conectar de forma más profunda con las audiencias del país.

Si tenemos claro a estas alturas del partido es que Netflix está apostando fuerte por el talento español, más específicamente por las series españolas, pero no cualquier serie, se interesa cada vez más por las series que muestran los rincones más curiosos del país, dándole incluso participación a sus pobladores. ¿Te has dado cuenta de que cada vez que entras a Netflix hay una serie española entre las más vistas? No es casualidad. La plataforma lleva años afinando una estrategia clara, apostar por historias locales, rodadas aquí y con talento de aquí, pero con ambición global. Y lo cierto es que le está saliendo muy bien.

Mientras otros gigantes se replantean modelos, Netflix parece tenerlo claro, si la gente quiere verse reflejada, toca contar relatos pegados a su cultura, a sus ciudades y a su acento. Y España se ha convertido en uno de sus grandes laboratorios narrativos.

Solo hay que echar un vistazo al catálogo reciente, thrillers, dramas, true crime o comedias costumbristas que viajan por el mundo como si hubieran nacido para ello. Desde Animal a El refugio atómico, pasando por fenómenos como Ángela o El caso Asunta, las ficciones españolas están encontrando una segunda vida más allá de nuestras fronteras. Y lo mejor es que esta tendencia no parece tener freno.

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El cuco de cristal”: el thriller que confirma que las series españolas ya juegan en la liga global de Netflix

“El cuco de cristal”: el thriller que confirma que las series españolas ya juegan en la liga global de Netflix
“El cuco de cristal” es un buen ejemplo de cómo nuestras historias pueden competir en un mercado saturado. Fuente: Netflix

“El cuco de cristal”, basada en la novela de Javier Castillo, se ha convertido en uno de esos fenómenos que demuestran hasta qué punto las series españolas han dejado de ser producto local para aspirar a lo global. Su mezcla de thriller psicológico, giros constantes y ese ritmo que no te deja soltar el mando ha conseguido colarse en los rankings internacionales de Netflix, algo que hace unos años parecía reservado solo para producciones estadounidenses o coreanas. La audiencia fuera de España ya no descubre nuestras series por casualidad, las busca, las comenta y las recomienda.

Este éxito también confirma un cambio profundo en el audiovisual español. Cada vez hay más proyectos con ambición internacional, presupuestos más sólidos y un enfoque narrativo que conecta con públicos muy distintos. “El cuco de cristal” es un buen ejemplo de cómo nuestras historias pueden competir en un mercado saturado sin perder identidad. Y lo más interesante es que no parece un caso aislado, es una señal de que el talento español está viviendo uno de sus mejores momentos.

Historias muy locales que conquistan a medio mundo

Historias muy locales que conquistan a medio mundo
Lo que antes era “una serie española más”, ahora es contenido premium. Fuente: Agencias

Netflix entendió pronto que las producciones rodadas a miles de kilómetros pueden conectar igual (o más) que cualquier superproducción estadounidense. Pero para que eso ocurra, el relato tiene que respirar autenticidad. De ahí que la plataforma haya pisado fuerte en todas las comunidades autónomas, trabajando con productoras locales y equipos de la zona para que cada serie huela a su tierra. Ese aterrizaje ha permitido que ciudades como Bilbao, Mallorca, Sevilla o Cáceres se conviertan en escenarios reconocibles para millones de suscriptores globales.

Esa mirada local también ha impulsado carreras y ha abierto puertas a nuevos creadores, actores y directoras que quizá no habrían tenido un escaparate tan amplio. El público internacional está descubriendo historias que nacen aquí sin artificio, sin el filtro de las grandes majors, y eso se nota en la conversación digital. Lo que antes era “una serie española más”, ahora es contenido premium capaz de competir en la portada global del algoritmo.

Una avalancha de éxitos españoles que ya compite en el top mundial

Una avalancha de éxitos españoles que ya compite en el top mundial
A Netflix le funciona esta fórmula porque combina velocidad de estreno con variedad de géneros. Fuente: Netflix

Lo sorprendente es la frecuencia con la que estos títulos entran en el top global. Animal, esa comedia gallega pequeña y encantadora, ha sido número uno en España, Argentina y Uruguay. El refugio atómico, con su mezcla de paranoia, humor negro y multimillonarios encerrados en un búnker, acumula millones de visionados en apenas semanas. Y Ángela, un thriller sobre maltrato y supervivencia, se ha colado entre lo más visto de EE. UU., algo que hace pocos años parecía ciencia ficción para una serie española de Atresmedia.

A esta lista se suman fenómenos previos como Dos tumbas, Clanes o La chica de nieve, que han demostrado que el público internacional ya no distingue por origen, sino por intensidad narrativa. A Netflix le funciona esta fórmula porque combina velocidad de estreno con variedad de géneros. No se trata de repetir patrones, sino de probar, arriesgar y seguir detectando qué tipo de historias conectan con un espectador global cada vez más curioso.

La apuesta no afloja: menos ruido, más calidad y series que dejan huella

La apuesta no afloja: menos ruido, más calidad y series que dejan huella
El público ya no necesita una lluvia constante de estrenos, sino producciones que digan algo. Fuente: Netflix

Aunque Netflix ha reducido el número de estrenos respecto a los años de la pandemia, la estrategia hoy es más afinada. En lugar de lanzar 15 series al año, el foco está en menos títulos pero mejor seleccionados. El 2024 fue prueba de ello, solo ocho ficciones nuevas, pero con un nivel que ha generado conversación, memes, análisis y hasta debates sociales. Desde el true crime de El caso Asunta hasta el caos adrenalínico de Asalto al Banco Central, la plataforma está apostando por lo que se queda en la memoria.

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Y es que el público ya no necesita una lluvia constante de estrenos, sino producciones que digan algo. Historias que se sientan reales, que sorprendan, que se comenten en grupo. Netflix sabe que para eso necesita miradas diversas y relatos de proximidad, y España es ahora mismo un terreno fértil, géneros fuertes, talento de sobra y una capacidad increíble para convertir lo cotidiano en algo universal.

En resumen, la apuesta local de Netflix no es una moda pasajera, es parte de un modelo que ha descubierto que lo más cercano puede ser, curiosamente, lo más global. España está viviendo un momento dulce en la plataforma y todo apunta a que el fenómeno solo irá a más. Quizá por eso cada vez que abrimos Netflix nos encontramos una serie “made in Spain” brillando en el top 10. Y oye, qué maravilla. Si este impulso continúa, lo próximo no es preguntarnos si la ficción española está de moda… sino cuántas fronteras más va a cruzar.

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