Los coches eléctricos o los modelos híbridos que combinan el motor de combustión con uno eléctrico son cada vez más habituales en nuestras carreteras. Actualmente, todos los grandes fabricantes han dado el paso hacia este tipo de vehículos, a los que se suman nuevas marcas exclusivamente centradas en el coche eléctrico.
Este hecho nos ha llevado a una evolución en la forma de movernos, con la instalación de cada vez más puntos de recarga en las gasolineras y otros espacios públicos, así como estaciones dedicadas (electrolineras). Sin embargo, un nuevo avance lleva a que sea posible cargar el coche eléctrico en la autopista mientras se circula, aunque su coste es de más de 13 millones de euros por kilómetro.
LA PRIMERA AUTOPISTA CON CARGA INDUCTIVA DINÁMICA PARA TU COCHE ELÉCTRICO

El coche eléctrico avanza con fuerza en España mientras existe falta de formación y riesgos eléctricos que hacen que exista una cara oculta en estos automóviles. Sin embargo, es una realidad que la adopción no deja de crecer y cada vez están más presentes en nuestras carreteras.
Uno de los puntos que menos les gusta a los conductores de este tipo de automóviles es el hecho de tener que buscar estaciones o puntos de carga en los que pueden llegar a tener que estar detenidos durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, todo podría cambiar con un nuevo tipo de autopista.
En este sentido, la autopista A10, que se encuentra a uno 40 kilómetros del sureste de París, acapara una gran innovación que podría transformar la forma en la que se utiliza el coche eléctrico, con un modo de carga revolucionario.
En un tramo de casi 2 kilómetros de longitud, cerca de Angervilliers, ha sido inaugurado el que es el primer sistema de carga inductiva del mundo en una vía de alta velocidad. Esta tecnología permite que un coche eléctrico o cualquier otro vehículo alimentado de esta forma, recargue su batería mientras circula, es decir, sin necesidad de detenerse ni conectarse a un punto físico.
Esta tecnología va a estar presente en el próximo Porsche Cayenne Electric, lo que hará que se elimine la necesidad de cables, ofreciendo más comodidad al usuario. De esta forma, los propietarios de este coche solo tendrán que estacionar el mismo sobre una placa base emisora de corriente que esté instalada en el suelo de su garaje.
Una vez alineado, la tecnología inductiva se encarga de transferir la energía automáticamente a la batería, permitiendo que el coche se recargue sin que el conductor tenga que preocuparse de enchufar su coche eléctrico ni posteriormente de desconectarlo.
CÓMO FUNCIONA LA CARGA INDUCTIVA EN MOVIMIENTO EN EL COCHE ELÉCTRICO

Más allá del icing, una nueva traba para los vehículos eléctricos, los propietarios de este tipo de vehículos pueden encontrarse con dificultades para encontrar puntos de carga, si bien es cierto que cada vez hay una mayor cantidad de ellos distribuidos por todo el país.
En un futuro no muy lejano, sin embargo, podríamos encontrarnos con autopistas con carga inductiva en movimiento. Esta tecnología se basa en el principio de la inducción electromagnética, similar a la que usan los cargadores inalámbricos de los teléfonos móviles.
En este caso, bajo el asfalto se entierran 900 bobinas de cobre emisoras que se distribuyen a lo largo de todo el tramo experimental. Estas bobinas se encuentran alimentadas por cables eléctricos situados junto a la carretera, y que transmiten energía a los vehículos equipados con receptores especiales en la parte baja de los mismos.
Para las pruebas que se están realizando en Francia se están utilizando cuatro prototipos diferentes, que son un autobús, un utilitario, un camión DAF XF y un Toyota bZ4X. La potencia media transmitida a estos vehículos se sitúa en torno a los 200 kW, con picos de hasta 300 kW. De esta manera, en función del tipo de vehículo, se obtiene una autonomía de entre uno y tres kilómetros por cada kilómetro recorrido.
UNA ALTA INVERSIÓN PARA EL COCHE ELÉCTRICO

Esta innovación puede cambiar por completo el panorama del coche eléctrico y su carga. Sin embargo, nos encontramos con una innovación cuyo coste es, a día de hoy, el principal obstáculo para su implementación.
Electrificar cada kilómetro de autopista para que un coche eléctrico u otro tipo de automóvil con esta tecnología pueda cargarse mientras circula tiene un coste aproximado de 13 millones de euros por kilómetro construido. Estos cubren tanto la construcción del tramo como las campañas de medición y evaluación técnica.
Esta cifra supera ampliamente la inversión actual, pues el precio medio del kilómetro de autopista construido en España actualmente se sitúa en torno a los 8 millones de euros. Por lo tanto, este tramo de la A10 francesa se ha convertido en una de las autopistas más caras del mundo por kilómetro construido.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el sistema tiene una eficiencia energética del 85% aproximadamente, por lo que se produce una pérdida del 15% en la transferencia de energía. Pese a todo, los primeros resultados son prometedores y apuntan a que en un futuro los vehículos eléctricos podrían cargarse sin problemas mientras circulan por las carreteras.
NO SOLO SE BENEFICIARÁ EL PROPIETARIO DEL COCHE ELÉCTRICO

Detrás de este proyecto se encuentra un consorcio formado por Vinci Autoroutes, Electreon, Hutchinson y la Universidad Gustave Eiffel, quienes consideran que más allá del propietario del coche eléctrico particular, los realmente beneficiados por esta innovación es el transporte de mercancías.
Este es el principal campo de aplicación, puesto que permitirá que los camiones eléctricos puedan reducir sus emisiones de CO₂ y los costes operativos al prescindir de baterías de gran capacidad. También se reducirían las paradas y los tiempos de espera para las cargas, permitiendo un transporte más rápido y eficiente.
Una vez que la tecnología se vaya implementando por toda la red de autopistas europeas, el transporte de mercancías por carretera se convertirá en el gran beneficiado. Sin embargo, aún falta tiempo para ello, ya que se encuentra en fase experimental. Además, el alto precio por kilómetro puede dificultar su implantación.






