España se enfrenta a una crisis silenciosa en sus aulas. Según el Monitor de la Educación y la Formación 2025 de la Comisión Europea, más de un cuarto de los estudiantes de 15 años no alcanza el nivel básico en matemáticas y lectura. En concreto, el 27,3 % suspende mínimamente en matemáticas y un 24,4 % en comprensión lectora.
Este dato golpea la base del sistema educativo y plantea una amenaza directa al futuro profesional e intelectual de una generación. Y es que este bajón no solo afecta al rendimiento académico. Tiene consecuencias más amplias. El informe alerta de que unas competencias tan débiles comprometen la competitividad del país y reducen el número de jóvenes que pueden acceder a estudios científicos, tecnológicos e ingenierías (las famosas vocaciones STEM).
5 DE CADA 20 ADLESCENTES NO DOMINA LO ESENCIAL
Además, España tiene una tasa de abandono escolar prematuro del 13 %, muy por encima de la media de la UE (9,4 %), lo que agrava aún más el problema. Mirar esos números es mirar a los jóvenes españoles con cierta preocupación. Porque cinco de cada veinte no domina lo esencial para desenvolverse con seguridad en matemáticas, y casi uno de cada cuatro no domina la lectura al nivel mínimo esperado. Esa brecha no solo pesa en las pruebas: condiciona sus opciones en la universidad, en el trabajo y en la vida.
De hecho, solo un porcentaje muy reducido alcanza los niveles más altos de rendimiento. Alrededor del 6% en matemáticas (mientras la media europea es del 7,9%) y solo el 5,3% en lectura (frente al 6,5% de la UE). Esa falta de excelencia también limita la capacidad de generar talento para carreras exigentes, como las de ciencia, tecnología o ingeniería, que requieren una base sólida desde los estudios más tempranos.

EL 21,3% DE LOS JÓVENES DE 15 AÑOS NO ALCANZA EL NIVEL MÍNIMO EN CIENCIAS
Pero la crisis no se queda solo en las matemáticas y la lectura. El informe también señala que el 21,3% de los jóvenes de 15 años no alcanza el nivel mínimo en ciencias. Además, en competencias digitales (fundamentales en el mundo actual) los resultados tampoco son alentadores: muchas de las tareas que deberían dominar, como buscar información en internet o procesarla, se les resisten.
Este bajo rendimiento no es solo un problema pedagógico. Sino que abre una grieta estructural con consecuencias a largo plazo. Si un porcentaje elevado de jóvenes carece de competencias básicas, quien lo sufra será no solo el sistema educativo, sino también la economía. Según el informe, el déficit de jóvenes preparados para carreras STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas) puede poner en riesgo la innovación y la capacidad de competir globalmente.
LOS UNIVERSITARIOS APENAS ESTUDIAN CIENCIA, TECNOLOGÍA, INGENIERÍA O MATEMÁTICAS
Además, la escasez de talento en disciplinas tecnológicas ya se deja notar. Solo el 24,7% de los universitarios en España estudia asignaturas STEM, frente al 27% de media en la UE. Esto es especialmente preocupante en un momento en el que la demanda de especialistas se dispara y las empresas necesitan incorporar perfiles técnicos.

Los expertos de este informe recomiendan medidas urgentes: prolongar la escolarización obligatoria hasta los 18 años, reforzar la inversión educativa hasta alcanzar el 5,5 % del PIB, mejorar el acceso a becas y programas de apoyo, y formar mejor a los docentes en nuevas metodologías. Estas acciones son esenciales para reducir la desigualdad y garantizar que los estudiantes no queden atrapados en un ciclo de bajo rendimiento.
Como explican, si no se toman medidas ahora, las consecuencias serán profundas y duraderas. No se trata solo de estadísticas. Se trata del horizonte de toda una generación y de la capacidad de España para mantenerse competitiva en un mundo donde el conocimiento y las habilidades básicas marcan la diferencia. La responsabilidad recae sobre padres, docentes y las autoridades educativas, que tienen ante sí un reto inaplazable. El de garantizar que los adolescentes no solo aprueben, sino que realmente comprendan y manejen las competencias esenciales que definirán su futuro académico y profesional.







