España se prepara para el apagón del motor de combustión y el adiós a los coches de gasolina y diésel

España pisa el acelerador hacia el futuro eléctrico. En 2035 se dejarán de vender coches de gasolina y diésel, marcando el inicio del fin para los motores de combustión y una nueva era para la movilidad en Europa.

Los rumores dejan de serlo cuando se hacen realidad y eso es justamente lo que está pasando con los rumores en España sobre la salida del mercado de los coches de gasolina y de diésel. ¿Y si dentro de diez años ya no pudieras comprarte un coche de gasolina? No es ciencia ficción, la cuenta atrás ya empezó. Bruselas tiene marcado en rojo el año 2035 para decir adiós definitivo a los coches de combustión, y España, como el resto de Europa, acelera para no quedarse atrás.

El plan está en marcha, más impuestos al diésel, incentivos al coche eléctrico y una transición que no será precisamente barata. Lo que hace unos años sonaba a utopía verde hoy se ha convertido en un calendario con fechas, leyes y multas para quien se resista a cambiar de rumbo.

La pregunta ahora no es si ocurrirá, sino cómo lo viviremos. Porque este “apagón del motor de combustión” no solo transformará la industria del automóvil, también cambiará la forma en la que nos movemos, viajamos y hasta pensamos en tener coche propio.

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2027: el primer examen de Bruselas

2027: el primer examen de Bruselas
Bruselas evaluará si el plan hacia el coche eléctrico va por buen camino. Fuente: Agencias

El año 2027 será el primer gran test, la primera prueba de fuego para todos los países que conforman la UE. Bruselas evaluará si el plan hacia el coche eléctrico va por buen camino, si hay suficientes puntos de carga, si los precios son razonables y si la industria europea puede competir sin colapsar. Todo apunta a que, si los números no cuadran, la Unión apretará aún más las tuercas a los fabricantes, vamos que por los vientos que soplan y por la proximidad de la fecha, los resultados de esta primera gran prueba no serían tan prometedores como Bruselas espera, por lo menos países como España, según los expertos.

A partir de ese año también entrará en vigor el sistema ETS II, que hará que las petroleras paguen por cada litro de combustible que vendan. En la práctica, eso significa gasolina y diésel más caros. Nadie te va a prohibir usar tu coche, pero cada repostaje dolerá más. Es la forma que tiene Bruselas de empujarnos, poco a poco, hacia el enchufe.

2035: el fin de las ventas de coches de combustión

2035: el fin de las ventas de coches de combustión
Las marcas que no cumplan se enfrentarán a sanciones millonarias. Fuente: Agencias

2035 será el punto de no retorno, la gran prueba final a la que muchos países temen enfrentarse. A partir de esa fecha, en los concesionarios solo podrán venderse coches eléctricos o que sean neutros en emisiones, así de simple. Nada de gasolina, nada de diésel. Las marcas que no cumplan se enfrentarán a sanciones millonarias, y los gobiernos tendrán que garantizar que la transición no se traduzca en un caos económico o laboral, vamos que la presión no sólo está en los gobiernos por el control que deben ejercer en el parque automotor, sino que los fabricantes y concesionarios estarán desde 2027 sometidos a una gran presión.

España y Francia ya han dejado claro que no piensan dar marcha atrás. Mientras Alemania e Italia piden más tiempo y margen para los combustibles sintéticos, Madrid y París insisten: el futuro será eléctrico, y cuanto antes se asuma, mejor. La decisión está tomada, y la cuenta atrás no tiene botón de pausa.

2050: el adiós definitivo al motor de combustión

2050: el adiós definitivo al motor de combustión
Todo girará en torno al coche eléctrico. Fuente: Agencias

El último capítulo de esta historia llegará en 2050, cuando Bruselas prohibirá que circulen coches de combustión en toda Europa. Los que se vendan hasta 2034 podrán seguir en la carretera durante unos 15 años más (detalle importante para todos aquellos conductores y propietarios de coches de gasolina y diésel), que es la vida media del parque automovilístico europeo. Pero ese será su límite.

A partir de ahí, todo girará en torno al coche eléctrico, los híbridos con combustibles renovables y, quién sabe, quizá nuevas tecnologías aún por inventar. Las carreteras cambiarán, las gasolineras también, y hasta el sonido del tráfico será distinto. Será el fin de una era: el del rugido del motor tal y como lo conocemos.

El futuro del automóvil ya está escrito, y España se prepara para conducirlo. Lo que hoy parece un reto imposible pronto será lo normal. El diésel y la gasolina se apagan poco a poco, y lo eléctrico se enciende con fuerza. Puede que nos cueste adaptarnos, pero si algo ha demostrado esta transición es que no hay marcha atrás en el camino hacia una movilidad más limpia. Y quizás, dentro de unos años, miremos atrás con cierta nostalgia… pero sin olor a combustible.

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