Las asociaciones vecinales de Madrid han lanzado una nueva advertencia sobre la situación de la sanidad pública en la región, centrando su preocupación en el déficit de radiólogos y el aumento de los tiempos de espera para pruebas diagnósticas. En una nota informativa difundida a este medio, el colectivo Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid para la Defensa de la Sanidad Pública (VVByP) denuncia un deterioro progresivo en los servicios de diagnóstico por imagen, que consideran esencial para la detección precoz de enfermedades graves como el cáncer.
"Enviamos todo nuestro apoyo y solidaridad a las mujeres andaluzas que han sido puestas en riesgo por la desastrosa gestión sanitaria llevada a cabo por el Gobierno de Andalucía. Lo que ocurre en Andalucía es muy probable que sea la punta del iceberg de lo que puede estar pasando en el conjunto de las comunidades autónomas", aseguran, haciendo referencia a los fallos en el sistema de avisos de cáncer de mama en el territorio andaluz.
Según los últimos datos publicados por la Comunidad de Madrid, actualizados al 10 de octubre de 2025, la red hospitalaria madrileña presenta importantes desequilibrios entre las necesidades y los efectivos actuales de radiólogos. En el Hospital General Gregorio Marañón, por ejemplo, se necesitan 66 radiólogos, pero solo hay 61 en plantilla, un déficit de cinco especialistas. En el Hospital Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares, el desequilibrio es de cuatro radiólogos (22 necesarios frente a 18 efectivos), y en el Hospital de Móstoles la diferencia también es de cuatro (20 frente a 16).

Las cifras muestran que la escasez de personal especializado es generalizada, aunque en algunos centros la situación es más grave que en otros. El Hospital Clínico San Carlos tiene 56 radiólogos reconocidos como necesarios y cuenta con 53 efectivos, mientras el 12 de Octubre presenta una diferencia de dos (73 necesarios y 71 en plantilla). En el extremo contrario se sitúan los hospitales Ramón y Cajal y La Paz, que superan las plantillas recomendadas con siete y diez radiólogos más respectivamente.
El impacto de este desequilibrio se refleja directamente en las demoras para realizar pruebas diagnósticas. Las mamografías, esenciales para la detección precoz del cáncer de mama, acumulan esperas medias que varían drásticamente entre hospitales.
En Móstoles, las pacientes deben esperar una media de 138 días para someterse a la prueba, el registro más elevado de toda la red madrileña. Le siguen el Hospital Príncipe de Asturias, con 66 días, y el de La Paz, donde la demora alcanza los 90 días. En contraste, hospitales como el Clínico San Carlos presentan esperas mucho menores, de apenas cinco días.
En Móstoles, las pacientes deben esperar una media de 138 días para someterse a la prueba, el registro más elevado de toda la red madrileña
Las resonancias magnéticas y las tomografías computarizadas (TC) muestran patrones similares. En el Hospital Severo Ochoa, la espera media para una resonancia asciende a 126,7 días, y en Getafe a 122,8. Para una tomografía, las demoras más largas se registran en el Hospital Infanta Cristina, con 107,5 días, y en el del Sureste, con 114,5 días.

Estos tiempos contrastan con los de centros como el Hospital Niño Jesús, donde las pacientes esperan una media de solo 2,6 días para un TC.
Preocupa la reducción de pruebas realizadas en Madrid
La preocupación de las asociaciones vecinales no se limita al número de radiólogos. VVByP alerta de una "alarma social creciente" por la reducción del número de pruebas realizadas. Según datos oficiales de la propia Comunidad de Madrid, las mamografías efectuadas para la detección del cáncer de mama se redujeron un 15 % en los últimos dos años, al pasar de 232.789 en 2022 a 198.672 en 2024. A ello se suma una espera media de dos meses para acceder a este tipo de estudios.
El colectivo vecinal advierte de que la saturación del sistema y la falta de coordinación entre la Atención Primaria y los hospitales dificultan el diagnóstico precoz. En concreto, relatan el caso de una vecina del Este de Madrid adscrita al Hospital Príncipe de Asturias a quien su médico de familia prescribió una mamografía urgente. La cita, según señalan, le fue asignada para marzo de 2026, es decir, con una espera de más de un año.
Las asociaciones también vinculan el problema con la política de externalización de servicios sanitarios y denuncian que la gestión de los programas de cribado de cáncer en algunas comunidades, como Andalucía, refleja un modelo que podría estar reproduciéndose en Madrid. "La negativa de los gobiernos autonómicos a poner en común los datos de cribados es un claro indicio de ocultación de un problema generalizado", señalan en su comunicado. Añaden que los datos de los cribados "no son de las administraciones, sino propiedad de las pacientes".
Vecinas y Vecinos de los Barrios y Pueblos de Madrid incide en que los cribados son fundamentales para detectar la enfermedad en fases tempranas, mejorar el pronóstico y reducir la agresividad de los tratamientos, pero que su eficacia depende de una buena coordinación entre Atención Primaria y Hospitalaria. Si bien la Comunidad de Madrid ha anunciado un refuerzo en la Atención Primaria para 2026, el tiempo de espera medio en Madrid multiplica por tres el tiempo que los expertos establecen (72 horas).
El tiempo de espera medio en Madrid para una cita en Atención Primaria multiplica por tres el tiempo que los expertos establecen
Las asociaciones vecinales denuncian que "las listas de espera en Madrid están desbocadas", con 744.000 pacientes aguardando una media de 77 días para ser atendidos por un especialista, 185.000 esperando 72 días para una prueba diagnóstica y 81.000 pendientes de una intervención quirúrgica. En total, más de un millón de madrileños esperan más de dos meses para recibir atención médica.
El déficit de radiólogos, añaden, tiene consecuencias directas sobre estos tiempos de espera. En hospitales con plantillas ajustadas o deficitarias, la sobrecarga de trabajo y la dificultad para cubrir turnos o bajas prolongan las demoras, especialmente en servicios que dependen de pruebas de imagen para confirmar diagnósticos o seguir tratamientos.

Las asociaciones de vecinos también expresan su preocupación por las contrataciones públicas recientes en el ámbito sanitario. No olvidan que la Comunidad de Madrid ha adjudicado un contrato a una empresa estadounidense para la compra de test de detección de cáncer de cuello uterino "siendo el producto más barato y con peor calidad de los licitados". Comparan esta operación con la polémica gestión de la compra de mascarillas durante la pandemia, y denuncian "falta de transparencia" en los procedimientos.
Además, critican que la Consejería de Sanidad no haya respondido a una solicitud formal de reunión para abordar la situación de los cribados de cáncer de mama y otros problemas vinculados a la gestión sanitaria. También reclaman que se hagan públicos los contratos con las empresas que realizan estos cribados y que se comparta la información con el Ministerio de Sanidad.
En este contexto, las asociaciones han solicitado la intervención de la Fiscalía para investigar si en la Comunidad de Madrid existen fallos en el programa de cribado del cáncer de mama, y piden al Ministerio que active la Alta Inspección Sanitaria para supervisar la gestión autonómica.
Exigen explicaciones y medidas urgentes e insisten en que los retrasos en las pruebas diagnósticas no son un mero inconveniente burocrático, sino un riesgo para la salud de miles de madrileños que esperan una mamografía, una resonancia o un TAC que puede ser determinante para su futuro tratamiento.







