Los terremotos pueden llegar a tener efectos devastadores sobre diferentes poblaciones y entornos, incluyendo daños estructurales, como colapsos de edificios, puentes e infraestructuras, pérdidas humanas y desastres secundarios como tsunamis, deslazamientos de tierra e incendios.
Dadas sus consecuencias, los seres humanos siempre han mostrado su preocupación por tratar de detectar este tipo de movimientos violentos del terreno antes de que sucedan. Desde hace mucho tiempo se dice que los animales detectan los terremotos antes que los humanos, y ahora la ciencia busca confirmar si es o no cierto.
¿PUEDEN LOS ANIMALES PREDECIR TERREMOTOS?

En febrero de este año, por ejemplo, tuvo lugar un terremoto de magnitud 4,1 con epicentro en Sevilla que se sintió en 200 municipios de Andalucía, y como en otros muchos casos, son fenómenos que siempre generan preocupación e incluso pueden llegar a tener resultados realmente devastadores.
Sobre este asunto, está muy extendida la idea de que los animales detectan los terremotos antes de que ocurran, aunque la investigación científica asegura que realmente no hay pruebas sólidas que indiquen que pueden predecirlos con antelación de horas o días.
Lo que sí contempla la ciencia es que es posible que algunos de ellos perciban señales físicas muy tempranas, como las ondas P, que llegan segundos antes de las más dañinas. Es por ello por lo que aseguran que es posible que los animales se alteren justo en los instantes previos al sacudón del terremoto.
Esta diferencia de unos segundos puede explicar los numerosos testimonios de propietarios de mascotas y ganado que aseguran que sus animales han tenido conductas extrañas antes de un seísmo. No obstante, a pesar de todo, en la práctica la única alerta útil en la actualidad es proporcionada por los sismógrafos.
LOS TERREMOTOS INQUIETAN A LOS ANIMALES

Los numerosos relatos de perros que ladran, vacas que están inquietas o aves que desaparecen se entienden de una mejor manera como un ejemplo de sesgo de confirmación. En zonas en las que hay terremotos siempre hay comportamientos extraños por diferentes motivos.
Cuando ocurre un temblor, la memoria automáticamente selecciona aquellos que consideran que mejor pueden encajar. Revisión tras revisión concluyen que, la mayor parte de estos informes son retrospectivos, breves y sin ningún control. Y es por ello por lo que, no se puede reconocer un patrón fiable.
Incluso en las encuestas a gran escala, como las que se llevaron a cabo tras el terremoto de 2011 en Japón, se han registrado algunas percepciones de gran interés, pero que son consideradas insuficientes por parte de los expertos para poder considerar que existe una predicción sistemática por parte de los animales.
A pesar de todo, la investigación continúa y, en algunos experimentos con sensores en granjas, han detectado que existe un aumento de actividad en grupos de animales antes de ciertos terremotos, ya sea por contagio social o por estímulos ambientales que aún no se han podido identificar.
En cualquier caso, se trata de unos resultados que, aunque son prometedores, son preliminares, y se asegura que no reemplazan a los sistemas de alerta temprana que se basan en la instrumentación, que hoy en día permiten salvar vidas al detectar ondas sísmicas y enviar avisos en cuestión de segundos.
SUS COMPORTAMIENTOS ANTE TERREMOTOS SON EFECTOS SECUNDARIOS

Mientras la IA alerta de un tsunami de gran magnitud que podría destruir una ciudad española, nos encontramos con investigaciones que hablan de los comportamientos de los animales cuando hay terremotos. Según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), muchos de los casos documentados podrían mostrar que los animales notan unos temblores llamados ocurrencia sismicidad premonitoria.
Estos son algunos pequeños temblores que tienen lugar muy ocasionalmente antes de algunos terremotos. Sin embargo, como decimos, estos pequeños temblores no se pueden usar para predecir seísmos, pues solo se pueden asociar con un terremoto más grande una vez que este ya ha pasado.
Es decir, en este tipo de casos, el comportamiento de los animales solo sería un efecto secundario, y no se podrían utilizar para la predicción de seísmos. En algunas de sus observaciones se ha encontrado con el que el comportamiento fuera de lo normal de los animales coincidía con los temblores producidos por la llamada onda P, apenas unos segundos antes de la onda S, que es la que es verdaderamente destructiva.
Estos eventos son captados también por los sismógrafos, por lo que realmente el hecho de que los animales pudiesen realmente predecir las tormentas, no serían demasiado útiles si tenemos en cuenta que ya existe información aportada por los instrumentos especializados actuales.
NO HAY MÉTODOS PARA PREDECIR TERREMOTOS

Después de que no se haya podido demostrar que los animales puedan predecir terremotos, seguimos sin que existan métodos que puedan predecir terremotos, por lo que aún tendrá que avanzar la ciencia y los métodos para dar lugar a algún posible invento que lo consiga, con lo importante que sería para prevenir desastres naturales, donde cada minuto cuenta.
Actualmente, se tienen modelos meteorológicos que se basan en miles de medidas tomadas durante muchos siglos, en gran parte porque hace mucho tiempo que existen los pluviómetros y termómetros, y hay suficientes registros como para hacer modelos. Sin embargo, se tienen aparatos para medir terremotos solo desde el siglo XX. Por lo tanto, no hay suficientes datos como para generar modelos para predecir terremotos.
Para la predicción del tiempo también se apoyan en datos directos de satélites, pero el problema es que el interior de la tierra no se puede ver, por lo que no es posible predecir los terremotos con precisión en cuanto a cuándo, dónde o de qué magnitud ocurrirán.
Aunque los científicos pueden usar sistemas de alerta temprana que anuncian la existencia del temblor segundos antes de que este se produzca, la predicción precisa aún es un gran desafío. Por el momento hay que conformarse con lo que sí se puede hacer, como la identificación de zonas de riesgo, mapeando las áreas geográficas con mayor probabilidad de sufrirlos, basándose en la actividad tectónica histórica.
Igualmente, los expertos pueden hacer pronósticos a largo plazo y utilizar sistemas de temprana, que, aunque no predicen el terremoto, detectan las ondas sísmicas iniciales y envían una alerta a las zonas afectadas.







