A sus casi 88 años, el emérito, Juan Carlos I, no sabe cómo será su despedida final ni dónde reposarán sus restos. Esta incertidumbre se suma al deseo que más lo aqueja: poder volver a España y reconciliarse con su hijo, el Rey Felipe VI.
Las memorias de Juan Carlos I acaban de publicarse en Francia. Curiosamente, el mismo día que el texto llegaba a las librerías, el padre del Rey Felipe VI aterrizaba en Galicia. Una coincidencia que, por supuesto, la prensa y especialistas en Casa Real no han pasado desapercibido. El emérito cumple 88 años y es consciente de que el tiempo pasa y no en vano. Estos últimos cinco años los ha vivido en Abu Dabi, donde ha trabajado junto a Laurence Debray en su libro de memorias. Más de 500 páginas donde cuenta su historia en primera persona.
La vida entre dos países y la nostalgia constante de morir fuera de España

Juan Carlos I echa profundamente de menos España. Aunque visita con cierta regularidad nuestro país, todo indica que no podrá instalarse aquí de manera permanente. Mucho menos en la que fue su casa durante décadas, el Palacio de la Zarzuela.
En sus propias palabras, lo refleja en el libro: «No hay un solo día en que la nostalgia no me invada. Como si España se me hubiera quedado pegada a la piel. Allí dejé mis recuerdos más hermosos y mis mayores orgullos». Esta añoranza la palía en parte con objetos traídos directamente desde España, como unos olivos plantados en el jardín de su residencia en Abu Dabi, una escultura o un retrato.
Los aniversarios y las ausencias que le dolerían al emérito

En pocos días se conmemorará el 50 aniversario de la restauración de la monarquía en España. A pesar de que hay varios actos programados, no está prevista la presencia de Juan Carlos I. Lo que sí es cierto es que recibió una invitación para un almuerzo privado en el Palacio de El Pardo, pero según algunas fuentes, ha declinado asistir. Sus viajes a España tienen una misma estructura. Suele limitarse a Galicia o a Vitoria, principalmente para realizarse revisiones médicas. Las paradas en Madrid son escasas y la posibilidad de volver a dormir en Zarzuela es directamente nula.
En sus memorias, ‘Reconciliación', Juan Carlos I es transparente sobre lo que más anhela: «Lo que más deseo, mientras viva, es tener un retiro tranquilo, restablecer una relación armoniosa con mi hijo y, por encima de todo, regresar a España, a casa». Tres objetivos claros que, por ahora, parecen complicados de alcanzar. La reconciliación con Felipe VI y el regreso a España son asuntos que van de lo personal a lo institucional y parece que Felipe VI no está abierto a negociaciones.
La preocupación por su despedida final

Uno de los temas más delicados que aborda en el libro es el de su propia muerte. Durante sus años como jefe del Estado, nunca tuvo dudas sobre cómo sería su despedida. Pero las circunstancias han cambiado en los últimos años. Sabe que el Panteón de Reyes de El Escorial ya no tiene sitio para nadie más. Sus padres, aunque nunca reinaron, recibieron sepultura como tales y los últimos sarcófagos libres están reservados para ellos. En la actualidad, sus restos permanecen en el pudridero esperando su traslado definitivo.
El Rey Juan Carlos plantea en sus memorias la pregunta que lo atormenta: «El Panteón de los Reyes en El Escorial está lleno. Hay espacio para construir otro. ¿. Es una cuestión de presupuesto y de voluntad».
Esta duda parece generar una preocupación constante en el emérito. Actualmente, no tiene certezas sobre cómo será su despedida final, ni tampoco sabe dónde descansarán sus restos. Mientras tanto, el tiempo sigue avanzando y Felipe VI parece estar desligado del tema, por lo menos abiertamente.
Las memorias de Juan Carlos I muestran a un hombre en la etapa final de su vida, preocupado por su legado y su despedida. La nostalgia por España y el deseo de reconciliación con su hijo conviven con la incertidumbre sobre dónde reposarán sus restos. A casi 88 años, el emérito se enfrenta a preguntas que solo Felipe VI parece tener las respuestas.







