Cuando Isco Alarcón aterrizó en el Betis en 2023, muchos lo vieron como un veterano con nombre, pero también con interrogantes. Llegaba tras una etapa complicada, con lesiones y altibajos. Sin embargo, en 2025 el malagueño ha escrito una nueva página. Hoy se le ve como una figura vital, un líder que ha inculcado al equipo su talento y experiencia... y del que ahora renovará hasta 2028.
Este año ha sido clave para él y para el club. Pese a que en varios tramos estuvo fuera por lesión, los datos no mienten. Hasta su última lesión en agosto, Isco acumuló 11 goles, cifra que lo situó entre los centrocampistas más goleadores de Europa, a pesar de no estar siempre en pista... condicionado por sus dos bajas. La última, la que le mantiene alejado de los terrenos durante más de tres meses, está a punto de acabar.
Isco Alarcón renovará con el Betis hasta 2028
Esa eficacia le ha dado al Betis un valor diferencial. Y es que cuando Isco Alarcón aparece, el equipo también crece. Dentro del vestuario verdiblanco se ha visto un cambio. Isco ha aportado algo más que goles. Su actitud, su visión del juego y su implicación se han convertido en ejemplo.
Con 33 años, podría haber optado por bajar el ritmo y salir a probar aventuras con importantes ofertas económicas sobre la mesa, pero ha hecho todo lo contrario. Ha mostrado ambición, ha trabajado y ha reclamado su lugar en un conjunto verdiblanco que tiene con él una preciada brújula. Entrenadores y compañeros lo quieren, y también lo reconocen. Isco Alarcón ha encontrado en el Betis el lugar en el que es feliz y donde quiere marcar la diferencia.

Esa felicidad se traslada al campo. Su capacidad para encontrar espacios, para asociarse con los compañeros y para decidir partidos hace que el equipo lo considere una pieza sin la que cuesta imaginar ciertas victorias. Su rol ha crecido: ya no solo llega para aportar calidad, sino para liderar cuando el Betis se complica.
La confianza del Betis hace al Isco más feliz
Por supuesto, no todo ha sido sencillo. La lesión que sufrió en agosto de 2025 (una fractura de peroné que volvió a apartarlo de la competición) puso nuevamente a prueba su fortaleza mental. Pero su retorno y su contribución previa demostraron que, incluso en esos momentos complicados, Isco mantiene su valor.
La temporada pasada, la 2024/2025 ya había dejado pistas: 12 goles y 11 asistencias en todas las competiciones mostraron que Isco Alarcón volvía a plena forma. Pero en este año todo eso ha cambiado con su lesión. De todas formas, y aunque todavía sigue lesionado, todos saben que es una garantía absoluta para el Betis. Su renovación futura se habla en clave optimista: el club quiere que siga siendo parte de su historia.
De todas formas, el año de Isco va mejor encaminado. Después de varias temporadas difíciles, el malagueño ha recuperado la sonrisa y el nivel que lo hizo grande. En el Betis se ha sentido querido, importante y con confianza. Y eso se nota cada vez que toca el balón.
Isco está a punto de volver de su grave lesión
Ha pasado por lesiones, por momentos de dudas y por etapas en las que muchos pensaban que ya no volvería a rendir como antes. Pero Isco ha demostrado lo contrario. Ha trabajado en silencio y ha vuelto a ser decisivo.
Por eso, su presencia se ha vuelto clave. No solo por los goles o las asistencias, sino por lo que aporta en cada partido. Es uno de esos jugadores que mejoran todo lo que les rodea. Y ahora, con el cariño del vestuario y el respaldo de la afición, ha encontrado la estabilidad que buscaba.
Isco sabe que está en un buen momento y que todavía puede dar mucho más. En Heliópolis creen lo mismo. Si Isco regresa (en pocas semanas) manteniendo este nivel cuando vuelva de su lesión, puede ser una de las piezas más importantes para el Betis en los próximos años.
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