Netflix estrena hoy la cuarta temporada de The Witcher, una de sus series más ambiciosas y, paradójicamente, una de las más problemáticas en estos momentos. Lo que hace unos años era uno de los pilares de su catálogo de fantasía se ha convertido en una apuesta incierta.
El regreso de la ficción protagonizada por Geralt de Rivia llega marcado por un cambio crucial de protagonista, un presupuesto desorbitado y la desconfianza creciente de los fans. La plataforma de streaming se enfrenta así a un dilema: cómo mantener viva una de sus sagas insignia cuando ha perdido a su mayor activo.
Durante tres temporadas, The Witcher giró en torno a la interpretación de Henry Cavill, cuya presencia carismática y respeto hacia el material original habían sido determinantes para conectar con los seguidores de los libros de Andrzej Sapkowski y los videojuegos de CD Projekt Red. Cavill no solo interpretó al brujo con convicción, sino que se convirtió en embajador del universo Witcher. Sin embargo, su marcha al término de la tercera temporada dejó una herida profunda en la serie y en su fandom.
La showrunner Lauren Schmidt Hissrich confirmó que la salida de Cavill fue una decisión personal que se había gestado durante meses. Oficialmente, el actor abandonó la producción por incompatibilidades de agenda, pero distintas informaciones apuntan a diferencias creativas sobre la fidelidad del guion respecto a los libros. Cavill, gran conocedor del universo de Sapkowski, habría expresado su deseo de mantener la esencia literaria, mientras que los guionistas optaban por tomar mayores licencias. Fuera cual fuera el motivo exacto, su despedida ha sido sentida por el elenco.
Anya Chalotra, que da vida a Yennefer, confesó recientemente en la prensa americana que la noticia le "dolió profundamente". Freya Allan, la joven actriz que interpreta a Ciri, reconoció que entendía la frustración de los seguidores, pero también destacó el entusiasmo de Liam Hemsworth, el encargado de tomar el relevo como Geralt de Rivia. Según Allan, Hemsworth "ha trabajado con enorme respeto hacia el personaje" y el equipo "confía en su versión del brujo".

El cambio de protagonista, sin embargo, no es el único ajuste que la producción ha experimentado. La cuarta temporada, ya en fase avanzada de rodaje, incorporará a nuevos intérpretes en papeles clave. Kim Bodnia, quien encarnó a Vesemir, ha sido sustituido por Peter Mullan, y algunos personajes secundarios también verán caras distintas.
Todo ello apunta a una renovación casi total del tono y la energía del reparto, un riesgo considerable para una serie cuya identidad dependía en gran medida de la química entre sus tres figuras principales.
The Witcher es una de las series más caras de Netflix
A este terremoto interno se suma otro factor que agrava el problema: el dinero. The Witcher es una de las producciones más caras de Netflix. Las dos primeras temporadas costaron 268 millones de dólares; la tercera ascendió a 175 millones; y la cuarta alcanzará los 221 millones.
En total, la serie supera los 664 millones de inversión, cifra que asciende a 715 millones si se incluye el spin-off The Witcher: Blood Origin. Estas cantidades sitúan a la franquicia como una de las más costosas del catálogo de la plataforma, solo por detrás de Stranger Things y The Crown.
The Witcher supera los 664 millones de inversión de Netflix, la más costosa tras Stranger Things y The Crown
El problema es que el rendimiento de la serie no ha acompañado a ese gasto. Tras un debut prometedor en 2019, la segunda temporada sufrió un descenso notable en popularidad y la tercera terminó con cifras más discretas de lo esperado. El entusiasmo inicial se diluyó entre tramas dispersas, decisiones cuestionables y una recepción crítica cada vez más tibia. Netflix confía en que la llegada de Hemsworth revitalice el interés, pero el reto es monumental.
La reacción del público al anuncio del nuevo protagonista fue, en el mejor de los casos, muy escéptica. Las redes sociales se llenaron de comparaciones y mensajes de decepción. Algunos fans incluso anunciaron que no seguirían viendo la serie sin Cavill, al que consideran el verdadero alma del proyecto. El tráiler de la cuarta temporada ha recibido millones de visualizaciones, pero los comentarios reflejan división y fuertes críticas. Mientras unos pocos piden darle una oportunidad a Hemsworth, la mayoría que la magia se esfumó con la marcha del actor británico.
La explicación de la serie al cambio de rostro de Geralt
Netflix es consciente de esta fractura y ha optado por un discurso de continuidad. Lauren Schmidt ha insistido en que la historia mantendrá su esencia y que la transición entre actores se abordará con cuidado. No habrá un cambio brusco de rostro sin explicación narrativa, sino una integración en el arco argumental de Geralt, que en esta etapa se encuentra en un momento de transformación física y emocional. El guion pretende aprovechar ese contexto para justificar la diferencia de apariencia y ofrecer una lectura simbólica del cambio.

La cuarta temporada será, además, la penúltima. Netflix confirmó que la serie concluirá con una quinta entrega, que se rodará de forma consecutiva para asegurar la coherencia entre ambas. Esto sitúa a The Witcher ante su recta final, con una oportunidad de oro para redimirse o un riesgo igual de grande de hundirse definitivamente. Si la respuesta del público no es positiva, la plataforma podría enfrentarse a una de las cancelaciones más costosas de su historia.
Más allá de las cifras, lo que está en juego es la reputación de Netflix como casa de las grandes producciones de fantasía. Tras los altibajos de The Sandman y el rendimiento irregular de One Piece, la compañía necesita demostrar que puede sostener universos complejos sin perder a sus audiencias más exigentes. The Witcher nació como su respuesta a Juego de Tronos, pero el proyecto se ha ido complicando con el paso del tiempo. Hoy, la saga del brujo que caza monstruos es, paradójicamente, uno de los mayores monstruos internos de la propia plataforma.
Netflix tiene ante sí un reto mayúsculo. De su capacidad para manejar la transición entre actores, de la calidad de los nuevos guiones y de la respuesta emocional de los fans dependerá que The Witcher cierre su historia por todo lo alto o se quede en una nota amarga dentro del catálogo. La magia, como el propio Geralt sabe bien, no siempre basta para salvar el día. Y esta vez, ni siquiera un conjuro podría ayudar a Netflix a escapar de su problemón.








