La psicología ha estudiado este comportamiento y sus conclusiones van más allá de la simple timidez o la falta de interés. Desviar la mirada puede ser un mecanismo para gestionar la ansiedad, una forma de concentrarse mejor o incluso una señal de que la persona está accediendo a sus recuerdos. El contexto y la cultura son importantes para entender qué significa realmente este acto no verbal, ¿psicología o neurolingüística?
El lenguaje corporal dice mucho más de lo que creemos, aunque pocas veces préstamos atención. De hecho, en una comunicación cara a cara, el comportamiento no verbal representa un porcentaje superior de la información que transmitimos, comparado con las palabras.
Un gesto tan simple como desviar la mirada está cargado de significado e incluso, está diciendo más de lo que hablamos o escuchamos. Es algo que hacemos de forma inconsciente, pero que puede delatar nerviosismo, incomodidad o simplemente la necesidad de pensar con más claridad. No siempre es un signo negativo, aunque socialmente tendamos a verlo así.
¿Con qué se asocia desviar la mirada al hablar, según la psicología?

A pesar de lo que solemos creer, mantener el contacto visual constante durante una conversación no es natural. Lo habitual es que el contacto visual directo se mantenga entre un 40% y un 60% del tiempo total. El resto del tiempo, nuestra mirada se está moviendo. ¿La razón? Nuestro cerebro está procesando información. La neurolingüística especifica que, cuando miramos hacia otro lado, a menudo estamos recuperando datos, pensando qué decir o elaborando una respuesta.
Una investigación del Dartmouth College lo corrobora. Este estudio relaciona el acto de desviar la mirada con la necesidad de preservar recursos cognitivos. El contacto visual prolongado puede llegar a ser tan demandante que dificulta el razonamiento. Por eso, apartar la vista no siempre es sinónimo de timidez o vergüenza. En muchas ocasiones, es un recurso que usamos para pensar mejor. La psicóloga Lara Ferreiro lo explica para 20 minutos: "Algunos psicólogos señalan que mirar hacia un lado permite a las personas acceder a diferentes sistemas de memoria".
La ansiedad y la incomodidad social

Uno de los significados más comunes al desviar la mirada está ligado a la ansiedad. Muchas personas se sienten incómodas en interacciones sociales, sobre todo con desconocidos o en situaciones de alto estrés emocional. Para ellas, evitar el contacto visual es una estrategia para reducir esa sobrecarga. Lara Ferreiro añade que "este fenómeno se observa más en interacciones con desconocidos o en situaciones de alto estrés emocional". En estos casos, desviar la vista actúa como un escudo contra la presión social.
Un estudio publicado en el Journal of Behavioral Research and Therapy respalda esta teoría. Señala que el 85% de las personas que se sienten vulnerables al hablar de temas personales tienden a desviar la mirada. Es un gesto que amortigua la carga emocional en conversaciones difíciles. Paula Martínez, licenciada en Psicología, lo confirma en una entrevista para El Heraldo: evitar la mirada puede ser sinónimo de inseguridad o vergüenza. La persona se siente amenazada o expuesta, y su reacción instintiva es retirar el contacto visual.
Culpa y falta de sinceridad

Existe una creencia popular muy extendida sobre esquivar la mirada: quien miente no es capaz de mantener la mirada. La psicología no descarta esta asociación, pero matiza su interpretación. Desviar la vista sí puede ser un indicador de culpabilidad o falta de sinceridad, pero no es una prueba definitiva. Como apunta Ferreiro en 20 minutos, "dicen que los ojos son el espejo del alma, y muchas personas son capaces de detectar todo un mundo interior, en otras solo con observar su mirada".
Este comportamiento suele ocurrir cuando alguien habla de temas incómodos o intenta ocultar información. Apartar la mirada funciona entonces como un mecanismo de autoprotección emocional. Curiosamente, la lateralidad también importa. Algunos expertos señalan que, de manera inconsciente, miramos hacia un lado u otro según lo que esté haciendo nuestro cerebro. La neurolingüística explica que, mirar hacia la izquierda puede asociarse con recordar eventos pasados, mientras que mirar hacia la derecha se relaciona con la construcción de ideas nuevas.
El significado de desviar la mirada no es universal. Las normas culturales influyen mucho en cómo se interpreta este gesto. Por ejemplo, en la cultura asiática, sostener el contacto visual suele percibirse como irrespetuoso o incluso agresivo. En cambio, en muchas culturas occidentales, la falta de contacto visual se interpreta como inseguridad o desinterés.
Además de la mirada esquiva, existen otros tipos de mirada que transmiten mensajes puntuales. Una mirada intensa y prolongada suele demostrar interés y atención, aunque si es demasiado insistente puede ser indicativo de desafío. Ojos entrecerrados denotan que la persona está a la defensiva. Parpadear excesivamente es señal de nervios o inquietud. Y las pupilas dilatadas suelen aparecer cuando algo nos resulta interesante o atractivo.