El tema de las bajas médicas y el absentismo laboral pica y se extiende. ¿Sabías que España gasta 1.500 millones de euros al mes en bajas médicas? Y no solo eso, en la última década, las horas perdidas por incapacidad temporal se han duplicado. Con más de 9 millones de bajas en 2024 y un absentismo que afecta a más de 1,2 millones de personas cada día, la situación ha alcanzado cifras de récord.
Pero, ¿qué está pasando realmente? ¿Es todo por enfermedades reales o hay algo más detrás? Entre saturación del sistema, retrasos en pruebas médicas y un ligero aumento de fraudes, la Seguridad Social y las empresas están pagando el precio de un sistema desbordado y difícil de controlar. Lo cierto es que España enfrenta una bomba de absentismo que afecta a empresas y al Estado.
El coste que no vemos: ¿quién paga realmente las bajas?

El gasto de la Seguridad Social en incapacidad temporal ya representa el 9% de su presupuesto, y en 2025 se ha visto obligada a añadir más de 3.000 millones de euros al presupuesto inicial. Solo hasta agosto, el desembolso alcanzó 11.742 millones de euros, un 13% más que el año pasado.
El 91% de estas bajas corresponden a enfermedades comunes como resfriados, lumbalgias o dolores de garganta. Y aunque parezca poco, los primeros 15 días los paga la empresa, mientras que la Seguridad Social se hace cargo a partir de entonces. Esto significa que tanto trabajadores como empresarios sienten directamente el impacto del absentismo.
Si eres autónomo o empresa pequeña, por ejemplo, una forma de evitar estas pérdidas, podría ser revisando tus pólizas de mutua y considerando estrategias de prevención de bajas comunes. A veces un chequeo preventivo o campañas de salud laboral reducen costes mucho más que sanciones o revisiones.
El fraude y la “picardía”: ¿mito o realidad?

No todo es genuino. Expertos coinciden en que alrededor del 10% de las bajas podrían ser fraudulentas. Desde “microfraudes” (alargar una baja por depresión leve) hasta casos donde se realizan actividades incompatibles con la incapacidad, el debate está servido.
Con la pandemia, los controles se relajaron y muchos trabajadores jóvenes, recién contratados, descubrieron que prolongar una baja era más fácil de lo que imaginaban y esta práctica lejos de desaparecer, lo que ha hecho es perpetuarse. Esto ha dado lugar a la llamada cultura de “los getas”, que desincentiva la incorporación al trabajo real y aumenta la presión sobre los compañeros y las empresas.
Como trabajador, sé consciente de tus límites y derechos. Cumplir las bajas médicas no solo protege tu salud, sino que también ayuda a mantener la credibilidad del sistema para quienes realmente lo necesitan.
Salud mental y burocracia: el verdadero drama escondido

Pero el crecimiento de las bajas no es solo por gripes o lumbalgias y esta es tal vez la peor parte de la historia, porque estas patologías son fáciles de tratar. Las patologías psicológicas han explotado, en 2024 se registraron 643.681 procesos por ansiedad, estrés o depresión, un 72% más que el año anterior. Su duración media supera los 100 días, lo que refleja un problema de salud pública que el sistema no está preparado para abordar.
Y el cuello de botella no termina ahí, médicos de cabecera, mutuas, inspecciones, revisiones y tribunales crean un laberinto burocrático que muchas veces alarga artificialmente las bajas. La saturación y falta de recursos hacen que pacientes y empresas queden atrapados en un limbo.
Invertir en prevención y bienestar laboral es más efectivo que revisar bajas. Programas de salud mental, pausas activas y acompañamiento psicológico reducen el absentismo y mejoran la productividad y estos son estrategias que las empresas no ejecutan en un esfuerzo tal vez, por redecir costos, cuando realmente se trata de ahorrar con la prevención.
La lección es clara, el absentismo laboral en España no es solo un número, es un reflejo de un sistema saturado, de trabajadores con problemas reales de salud y de un pequeño porcentaje que se aprovecha del sistema. La solución no pasa solo por controles más estrictos, sino por prevenir, educar y proteger la salud laboral de todos.