¿Te imaginas que una sola aerolínea decida levantar el vuelo… y con ella desaparezcan cientos de miles de pasajeros? Pues eso mismo está ocurriendo en España. Ryanair, la compañía low cost más grande del país, ha hecho temblar a varios aeropuertos regionales tras sus últimos recortes de rutas y asientos. En solo unos meses, las terminales afectadas han perdido más de 400.000 viajeros, y lo peor, el golpe podría ir a más.
Entre las más perjudicadas están Valladolid y Santiago de Compostela, donde el tráfico aéreo se ha desplomado como nunca antes. En la primera, los aviones despegan prácticamente vacíos desde que Ryanair se marchó en marzo. En la segunda, la caída ronda el 15%, y lo peor está por venir: la aerolínea prevé eliminar un millón de asientos más a partir de noviembre. Pero ¿qué hay detrás de esta fuga masiva? ¿!-- /wp:paragraph -->
Ryanair levanta el vuelo... pero solo en los grandes aeropuertos

Aunque parezca una paradoja, Ryanair no está en crisis. De hecho, sigue creciendo en los aeropuertos más turísticos del país, Madrid, Barcelona, Palma o Málaga baten récords de pasajeros. Sin embargo, la compañía irlandesa ha decidido replegarse de los aeropuertos regionales, alegando que las tasas de Aena son demasiado altas y que “la estructura tarifaria no es competitiva”.
En la práctica, eso se traduce en una auténtica desbandada. Solo entre abril y agosto, los aeropuertos de Santiago, Valladolid, Jerez, Santander, Vigo, Zaragoza y Asturias perdieron más de 300.000 pasajeros, según datos de Aena. Si ampliamos el cálculo hasta septiembre, la cifra ya supera los 428.000 viajeros menos.
El caso más dramático es el de Valladolid, donde el tráfico se ha hundido un 68% tras la marcha de Ryanair. De los más de 96.000 pasajeros que tenía hace un año, ahora apenas quedan 30.000. En Burgos, el desplome llega al 91,9%, con solo 19 viajeros en septiembre (sí, has leído bien: ¡19 pasajeros en todo un mes!).
Mientras tanto, aeropuertos cercanos como León o Salamanca han aprovechado el vacío para crecer: +18,6% y +17,5% respectivamente. Valladolid llegó a tener vuelos regulares a Londres, Bruselas o Milán con Ryanair. Hoy, ni siquiera cuenta con conexiones nacionales estables... aunque Vueling planea volver este mes, lo que podría revertir parcialmente el desastre.
La guerra con Aena y el dardo al ministro Puente

El enfado de Ryanair no se queda en los despachos. La aerolínea ha entrado en plena guerra pública con el ministro de Transportes, Óscar Puente, al que acusa de no responder a su propuesta de crecimiento en los aeropuertos regionales. Según Ryanair, su plan preveía aumentar el tráfico un 249% en Valladolid, pero nunca obtuvo respuesta.
Un dardo que se volvió viral y reavivó la polémica sobre la pérdida de conectividad aérea en las provincias. Mientras el Gobierno defiende que la subida de tasas es necesaria para mantener la infraestructura, desde Dublín responden que esas decisiones “matan el turismo y el empleo regional”.
Según la compañía, todo podría evitarse si Aena aplicara un “régimen de tasas competitivo” para aeropuertos con menos de tres millones de pasajeros al año. Sin embargo, el gestor aeroportuario niega la mayor y asegura que las decisiones de Ryanair “responden únicamente a criterios comerciales”.
Castilla y León, Galicia y Andalucía: las más golpeadas

En esta tormenta aérea, Castilla y León ha sido la más afectada. El aeropuerto de Valladolid acumula una caída anual del 60,7%, y Burgos ha quedado prácticamente vacío. Solo León y Salamanca logran mantener el tipo, sumando en conjunto más de 78.000 pasajeros en lo que va de 2025.
En Galicia, el aeropuerto de Santiago ha perdido 280.000 pasajeros en cinco meses, un 15% menos que en 2024. La retirada de un avión base de Ryanair ha dejado un agujero difícil de cubrir, aunque el tráfico internacional sigue salvando parte de la temporada.
Y en Andalucía, el aeropuerto de Jerez sufre una caída del 8%, con 33.000 viajeros menos. En contraste, Málaga y Sevilla mantienen una tendencia positiva, reforzadas por las rutas turísticas.
Lo preocupante es que la tendencia no parece tener fin. A partir de noviembre, Ryanair eliminará un millón de asientos adicionales. Santiago, Santander, Zaragoza y Asturias serán los próximos en notar el golpe.
La diferencia de capacidad entre verano e invierno es brutal: mientras en la temporada estival se programan 243 millones de asientos, en invierno apenas se alcanzan 134 millones. Y este año, la brecha será aún mayor.
Conectividad en riesgo: cuando volar se convierte en un lujo regional

Los expertos alertan de que esta concentración del tráfico en grandes aeropuertos acentúa la “España vaciada aérea”. Cuantas menos rutas tienen las provincias, menos inversión turística llega, y más complicado se vuelve atraer empresas o eventos.
Ryanair lo sabe. Por eso, en su comunicado más reciente, advirtió: “Si no hay un cambio de política, las oportunidades turísticas se evaporarán y se perderán puestos de trabajo en la España regional”.
Mientras tanto, los usuarios se adaptan como pueden, más desplazamientos en coche o tren para llegar a aeropuertos grandes, precios más altos por la falta de competencia y menos opciones para volar sin escalas.
Ryanair ha revolucionado el transporte aéreo en España, pero su estrategia deja claro que las decisiones empresariales también vuelan con turbulencias políticas. Mientras las grandes ciudades siguen despegando, los aeropuertos pequeños luchan por no desaparecer del mapa.
Quizá sea momento de replantear cómo equilibrar el cielo español, menos tasas, más incentivos y una visión que no deje en tierra a media España. Porque, al fin y al cabo, volar debería ser un derecho... no un privilegio geográfico.