La naturalidad de la conversación entre Felipe VI y la princesa Leonor, alejada del protocolo más estricto de la Casa Real, mostró la faceta más genuina de la Familia Real durante uno de los actos más importantes del año, la Fiesta Nacional. Este instante, junto con el estreno de la infanta Sofía en la recepción del Palacio Real, marcó una jornada histórica para la monarquía española.
Justo en medio del desfile militar, con todas las miradas puestas en ellos, el rey Felipe VI se inclinó ligeramente hacia su hija mayor y le preguntó en voz baja: "¿Tú has visto algo?". La princesa Leonor, manteniendo la postura, pero con naturalidad, respondió simplemente: "No". Este breve intercambio se convirtió en uno de los momentos más comentados de la Fiesta Nacional. Aunque la conversación no tenía mayor trascendencia en sí misma, muchos usuarios destacaron precisamente esa naturalidad como una muestra de la cercanía familiar.
El significado de la presencia de Leonor junto al rey Felipe VI en el desfile y el estreno de la infanta Sofía

Para la princesa de Asturias, el desfile por la Fiesta Nacional tenía un significado especial. Actualmente, cursa su tercer año de formación militar en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier, en Murcia. Por eso, este año lució por primera vez el uniforme del Ejército del Aire, completando así su presencia con los tres uniformes de las fuerzas armadas españolas a lo largo de su formación.
Leonor llevaba todas sus condecoraciones, incluyendo el Toisón de Oro, la banda de la Orden de Carlos III y otras distinciones militares. Su participación en el acto refleja su progresiva incorporación a las responsabilidades institucionales y simboliza el relevo generacional. Por otro lado, este año marcó un hito importante para la infanta Sofía. Por primera vez, la hija menor de los reyes participaba en la recepción posterior en el Palacio Real. Su presencia en este acto cobraba relevancia tras cumplir 18 años el pasado mes de abril y después de haberse perdido las dos últimas ediciones del desfile por sus estudios fuera de España.
Aunque en el desfile estuvo separada de su hermana -Leonor acompañaba al rey mientras Sofía lo hacía con la reina Letizia-, durante la recepción en palacio pudieron estar juntas. Los asistentes en el palacio pudieron observar y detallar la complicidad entre ambas hermanas, destacando su relación más allá del protocolo.
Los detalles que marcaron la diferencia en la celebración de la Fiesta Nacional

Varios elementos destacaron en esta edición del Día de la Hispanidad. Por primera vez, la Patrulla Águila no surcó los cielos de Madrid. En su lugar, la recién creada Formación Mirlo realizó la exhibición aérea con aviones Pilatus PC-21, los mismos modelos en los que la princesa Leonor está aprendiendo a pilotar en su academia.
El rey Felipe VI lució el uniforme de gala de capitán general de la Armada, con el fajín rojo que simboliza la jefatura suprema de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, para la recepción en el Palacio Real optó por cambiarse a un traje oscuro, mientras que Leonor mantuvo su uniforme militar.
La reina Letizia sorprendió, como siempre, al elegir por primera vez un vestido de color verde para este acto. Este tono tiene un significado histórico, ya que durante la época republicana los monárquicos lo utilizaban en sus corbatas como muestra de apoyo al rey, asociándolo al acrónimo V.E.R.D.E. ("Viva el Rey de España").
Una reverencia perfecta a la Familia Real

Por su parte, Teresa Urquijo, esposa del alcalde de Madrid, realizó una reverencia perfecta ante los miembros de la Familia Real durante el besamanos. Su elección de un vestido granate con un kimono de brocados fue destacada entre los asistentes a la recepción, donde también brillaron por su elegancia otras autoridades como Isabel Díaz Ayuso o Esther Muñoz.
El desfile del 12 de octubre demostró que la Familia Real española sigue encontrando el equilibrio perfecto entre la solemnidad y la naturalidad de las relaciones familiares. El breve diálogo entre Felipe VI y Leonor, más allá de su contenido, evidenció que incluso en los momentos más protocolarios hay espacio para la complicidad. La progresiva incorporación de la princesa Leonor a sus deberes institucionales y el debut de la infanta Sofía en la recepción Real marcan una nueva etapa para la Corona.