Apple nuevamente se encuentra en el ojo del huracán, y esta vez por un tema que puede resultar para la compañía “molesto”.¿Hasta qué punto estamos dispuestos a ceder nuestros datos para proteger a los menores en Internet? Apple se enfrenta a un debate candente, sus nuevos sistemas de verificación de edad, obligatorios en estados como Texas, Utah y Luisiana, buscan proteger a los adolescentes, pero muchos expertos y usuarios alertan sobre riesgos de privacidad y pérdida de libertad de acceso.
Aunque estas medidas entrarán en vigor en enero de 2026, la polémica ya está servida. La empresa asegura cumplir la ley sin comprometer la privacidad, pero críticos advierten que recopilar información sensible de los usuarios podría abrir la puerta a la creación de perfiles digitales innecesarios. ¿El resultado? Una tensión entre seguridad infantil y derechos individuales que podría extenderse a Europa próximamente.
Apple vs. la ley de Texas: ¿protección o exceso de control?

La Ley SB2420 obliga a Apple a verificar la edad de los usuarios al crear cuentas y a establecer un consentimiento parental para descargas, compras de apps y transacciones in-app para menores de 18 años. Además, exige eliminar los datos recopilados tras cada verificación y clasificar a los usuarios en cuatro grupos de edad: niños, adolescentes de 13 a 15, de 16 a 17 y adultos.
Tim Cook ha mostrado su oposición a la norma, argumentando que podría vulnerar la privacidad de los usuarios. Incluso se sabe que Apple contactó directamente con el gobernador de Texas para sugerir modificaciones o, de no ser posible, vetar la ley. Y no está sola, Google, Meta, Snapchat y X también critican que la responsabilidad de la verificación recaiga en los desarrolladores y no en las plataformas.
Si tienes hijos que usan dispositivos Apple, revisa las configuraciones de control parental y actualiza las restricciones antes de enero de 2026 para evitar sorpresas.
Europa observa con lupa: la futura app de verificación de edad

La UE está desarrollando una aplicación propia para que los usuarios verifiquen su edad al acceder a contenidos para adultos o juegos de apuestas. La idea es proteger a los menores y ofrecer anonimato, de modo que la web pueda confirmar la edad sin almacenar información personal innecesaria.
Sin embargo, la polémica surge porque, durante el desarrollo, se planteó utilizar APIs de Apple y Google, lo que podría limitar la independencia tecnológica europea y permitir la creación de perfiles de usuario. Esto dejaría fuera a dispositivos alternativos que no cuentan con los servicios de Google o Apple, complicando el acceso a la app, que como sabemos tu utilidad es cada vez más amplia.
La app europea está pensada como modular, lo que significa que los componentes podrán reutilizarse en diferentes proyectos, adaptándose a distintas legislaciones nacionales sin depender de terceros.
Entre privacidad y protección: ¿qué puede hacer el usuario?

Los sistemas de verificación buscan proteger a los menores, pero también nos recuerdan la importancia de revisar nuestros derechos digitales. Apple promete limitar la recopilación de datos, pero la realidad es que cualquier verificación implica un registro de información sensible, lo que otorga al proceso mucha más importancia de la que se cree.
Mientras tanto, España y otros países europeos estudian medidas similares, lo que anticipa un escenario donde cada vez más usuarios deberán compartir datos para acceder a servicios digitales, algo que ya viene ocurriendo, claro que sin tener conocimientos claros de las consecuencias. La clave está en equilibrar seguridad y privacidad, revisar configuraciones de cuenta, educar a los menores sobre su presencia online y usar herramientas de control parental puede marcar la diferencia.
La recomendación es que, no esperes a que la ley entre en vigor, instala controles de privacidad y verifica las apps ahora. Así podrás proteger a tus hijos sin esperar a que terceros gestionen tus datos.
La batalla de Apple en Estados Unidos es solo el principio. Europa observa y podría tomar decisiones similares. La pregunta final para cada usuario es clara: ¿privacidad o protección infantil? La respuesta determinará cómo navegamos por Internet en los próximos años.