Esa pequeña luz del router que parpadea en rojo no es, como muchos piensan, un simple fallo de internet sin importancia. Podría ser algo mucho más personal y preocupante. El informático Sergio Blas (37) lanza una advertencia clara que nos obliga a mirar ese dispositivo de red con otros ojos, ya que la luz de datos parpadeando frenéticamente cuando nadie la usa es la señal de que un vecino te está robando el WiFi, y es hora de tomar medidas. ¿Te imaginas quién podría estar conectado ahora mismo a tu red?
La mayoría ignoramos el lenguaje silencioso de nuestro aparato de conexión a internet, asumiendo que sus luces son solo para técnicos. Sin embargo, Sergio Blas insiste en que entenderlas es la primera línea de defensa. ¿Y si te dijera que una de esas luces es un chivato?, ya que ese parpadeo rojo intermitente no siempre significa un problema con tu proveedor de servicios, sino la presencia de un intruso en tu red inalámbrica, consumiendo tu ancho de banda y, quién sabe, quizá haciendo mucho más.
EL IDIOMA SECRETO DE LAS LUCES DE TU ROUTER
Esas luces son el cuadro de mandos de tu vida digital. Una luz verde fija de encendido es la normalidad, pero la que nos interesa es la de datos o WLAN. Como explica el informático Sergio Blas, un parpadeo constante y rápido en la luz de datos indica actividad en tu red, y si tú no estás descargando nada ni viendo una película, alguien lo está haciendo por ti. Fíjate bien en ese pequeño led, porque es el guardián de tu conexión WiFi.
Esa actividad anómala es la que delata al ladrón de WiFi. No necesitas ser un experto para darte cuenta de que algo no va bien en tu punto de acceso. El propio Sergio Blas lo resume de forma muy gráfica al afirmar que ver esa luz roja parpadear sin motivo aparente es como oír ruidos en el salón en mitad de la noche. Es una prueba casi irrefutable de que tienes un invitado no deseado en tu red doméstica, un vecino que se aprovecha de tu confianza y de tu factura.
¿QUIÉN ESTÁ CONECTADO A MI RED? PASOS PARA DESCUBRIR AL INTRUSO

El primer paso es acceder al panel de control de tu dispositivo. Solo tienes que escribir la dirección IP del router (normalmente 192.168.1.1) en tu navegador web. Una vez dentro, busca un apartado llamado “Dispositivos conectados” o “Clientes DHCP”. Ahí verás una lista, y cualquier dispositivo que no reconozcas como tuyo es un potencial intruso que está usando tu WiFi. La advertencia de Sergio Blas cobra aquí todo su sentido.
Si la lista de dispositivos te parece un galimatías, hay aplicaciones móviles que hacen el trabajo sucio por ti. Herramientas como F-Secure Router Checker escanean tu red y te muestran de forma clara y sencilla quién está conectado. No te sorprendas si encuentras un móvil o un ordenador que no es de tu casa, ya que descubrir que un vecino te roba el WiFi es más frecuente de lo que la gente cree, según confirma el propio Sergio Blas. Es el momento de pasar a la acción.
BLINDA TU WIFI: LA GUÍA DEFINITIVA PARA QUE NADIE MÁS SE CONECTE
Lo primero y más urgente es cambiar la contraseña de tu red inalámbrica. Olvídate de la que viene por defecto y crea una nueva que sea robusta. Debe combinar mayúsculas, minúsculas, números y símbolos. El experto Sergio Blas es tajante en este punto, pues una contraseña débil es una puerta abierta para que cualquiera pueda colarse en tu red. No se lo pongas fácil, porque la seguridad de tu conexión a internet empieza aquí.
Además de la contraseña, hay otros ajustes que refuerzan la seguridad de tu router. Cambia el nombre de tu red (el SSID) por uno que no te identifique y, si tu dispositivo lo permite, activa el cifrado WPA3, el más seguro hasta la fecha. Como bien nos recuerda la alerta del informático, desactivar la función WPS (Wi-Fi Protected Setup) es otra medida de seguridad fundamental, ya que es una de las vulnerabilidades más explotadas por los cacos de redes.
¿Y SI EL PROBLEMA NO ES UN VECINO? OTRAS CAUSAS DE LA LUZ ROJA

A veces, la luz roja sí indica un problema técnico. Puede ser una avería en la línea de tu proveedor, un fallo del propio router que necesita ser reiniciado o, simplemente, que el cable de fibra óptica está mal conectado. Antes de acusar a todo el vecindario, un simple reinicio del dispositivo soluciona la mayoría de los problemas de conexión más comunes. Desenchúfalo, espera un minuto y vuelve a enchufarlo; es el primer mandamiento de la informática doméstica.
Si tras reiniciar y comprobar los cables la luz roja persiste, y ya has descartado intrusos en tu señal WiFi, es el momento de contactar con tu compañía. Puede que haya una incidencia masiva en tu zona o un problema específico en tu instalación. No dudes en llamarles, ya que el servicio técnico de tu proveedor podrá diagnosticar el estado de tu línea de forma remota y ofrecerte una solución definitiva para que tu conexión vuelva a la normalidad lo antes posible.
LA TRANQUILIDAD DE UNA RED SEGURA Y BAJO CONTROL
En definitiva, esa pequeña luz intermitente en tu dispositivo de red es un centinela silencioso. Aprender a interpretar sus señales, como bien aconseja el informático Sergio Blas, te da el poder de actuar. No se trata de volverse paranoico, sino de ser previsor, porque saber que tu red está limpia de extraños te da una tranquilidad que no tiene precio. Al fin y al cabo, tu conexión a internet es una puerta a tu vida privada.
Por eso, la próxima vez que veas una luz extraña en tu router, no la ignores. Tómate un par de minutos para investigar qué está pasando en tu red inalámbrica. Puede que solo sea un fallo técnico sin importancia o puede que descubras que tu vecino te debe unas cuantas mensualidades de fibra óptica. Esa pequeña luz, esa advertencia, es la diferencia entre una conexión segura y una red abierta a cualquiera.