Todo el mundo es consciente de los efectos negativos del tabaco para la salud, puesto que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer (de pulmón, boca, vejiga…), enfermedades respiratorias crónicas y enfisema, así como problemas cardiovasculares e incluso dañar el sistema reproductor, entre otros.
Lo que se desconocen son otras consecuencias ocultas de este hábito poco saludable, y es que un nuevo estudio ha confirmado la herencia epigenética que condena a los hijos de fumadores, sobre los que tiene un efecto muy perjudicial.
EL TABACO AFECTA A LOS DESCENDIENTES

En un momento en el que la hostelería española ha levantado la voz contra el Gobierno por la nueva normativa antitabaco que prohíbe fumar en las terrazas, nos encontramos con un nuevo estudio que ha sido presentado en el Congreso de la Sociedad Europea Respiratoria, celebrado en Ámsterdam, Países Bajos.
En el mismo se dio a conocer un trabajo liderado por el científico Juan Pablo López-Cervantes, en la Universidad de Bergen (Noruega), en el que se concluyó que el envejecimiento biológico se puede acelerar en personas cuyos padres fueron fumadores durante la pubertad. Se habla así de una herencia epigenética que puede condenar a los hijos de personas que consumen tabaco.
En su investigación fueron analizados los efectos del tabaquismo en la adolescencia masculina, lo que sirvió para concluir que el daño provocado por el tabaco se puede transmitir a la siguiente generación. Este hallazgo ha generado gran preocupación por el daño intergeneracional que lleva asociado el consumo de tabaco.
El equipo encargado del estudio utilizó relojes epigenéticos, con los que es posible medir la edad biológica a partir de modificaciones químicas en el ADN. Así se pudo comparar la edad biológica y cronológica de los participantes.
Fruto de ello se pudo comprobar cómo los hijos de padres que comenzaron a fumar con 15 años o incluso menos, tienen una edad biológica de entre 9 meses y un año mayor a su edad real. Al considerar si los participantes habían fumado, la diferencia creció hasta alcanzar el año y 2 meses o año y 3 meses.
EL IMPACTO DEL TABACO EN LA ADOLESCENCIA

El tabaquismo en la adolescencia es un gran problema de salud pública, puesto que puede dar lugar a daños celulares que se transmiten a la descendencia. El objetivo de este estudio sobre el consumo del tabaco fue determinar si el inicio del consumo de tabaco en la pubertad paterna tiene influencia en el envejecimiento biológico de los hijos.
Los autores del estudio trataron de dar con evidencias acerca de los efectos intergeneracionales del tabaco, usando para ello relojes epigenéticos como herramienta de medición. La investigación partió de la hipótesis de que fumar durante la pubertad altera el material epigenético de las células espermáticas. Y es por ello por lo que afectaría a la siguiente generación.
El tabaco tiene un impacto muy negativo entre los adolescentes, afectando tanto a su salud física como mental, con consecuencias graves a largo plazo, como enfermedades pulmonares, cardíacas y cerebrales, además de poder desarrollar una adicción severa al tabaco por la nicotina.
En el cerebro, la nicotina interfiere con el desarrollo, disminuye la materia gris y afecta la atención y el aprendizaje, además de que puede llegar a generar problemas de crecimiento, de piel, de dientes en el propio rendimiento deportivo. Ahora, sabemos que también puede tener efectos perjudiciales para los hijos de padres fumadores.
ASÍ FUE EL ESTUDIO QUE ANALIZÓ LAS CONSECUENCIAS DEL TABACO SOBRE LOS HIJOS

El estudio RHINESSA reunió a un total de 892 participantes de entre 7 y 50 años, con una medida de 28 años. A los sujetos se les recogieron muestras de sangre para analizar los cambios epigenéticos, que son las modificaciones químicas en el ADN que pese a que no provocan alteraciones en la secuencia genética, sí lo hacen en la expresión de los genes.
Con los relojes epigenéticos se pudo calcular la edad biológica de cada persona y compararla con su edad cronológica. Los participantes respondieron cuestionarios detallados sobre sus hábitos de tabaquismo y la de sus padres. Fruto de todo ello, se determinó que quienes tenían progenitores que empezaron a fumar con 15 años o menos presentaban una edad biológica de entre 9 meses y un año mayor a la real.
En cambio, en el caso de los padres que empezaron a consumir tabaco ya siendo adultos, el aumento de la edad biológica de sus hijos fue notablemente inferior. El estudio no detectó un patrón claro de envejecimiento acelerado en el caso de madres fumadoras antes del embarazo.
En cualquier caso, la Sociedad Europea Respiratoria quiso destacar que estos resultados no hacen más que confirmar la hipótesis del daño epigenético provocado por el tabaco en la pubertad de los hombres y cómo se puede transmitir a sus hijos.
EL TABACO PROVOCA DAÑOS QUE PERSISTEN A TRAVÉS DE GENERACIONES

Mientras conocemos los efectos de la nueva normativa antitabaco en España, que ha provocado una enfermiza reacción entre los turistas británicos, nos encontramos con este estudio que confirma que el tabaco provoca daños que persisten a través de generaciones.
De esta forma, más allá de saber que fumar causa enfermedades como asma, EPOC y cáncer, ahora se ha podido saber que el daño puede persistir a través de generaciones. Ante estos resultados, los autores del estudio recomiendan fortalecer las políticas y esfuerzos dirigidos a prevenir el consumo de tabaco en adolescentes, especialmente en varones en la pubertad.
Consideraron que evitar el consumo de tabaco y otros productos con nicotina en adolescentes podría ser beneficioso tanto para la generación actual, como para las futuras, una vez comprobado su efecto sobre los hijos.
No solo han puesto el foco en el tabaco, sino también en el aumento del vapeo entre los jóvenes y la incertidumbre que existen con respecto a las consecuencias que puede tener a largo plazo. Es por ello por lo que instan a la protección de niños y adolescentes al acceso y consumo de productos de nicotina en cualquier forma.