El pasado viernes 3 de octubre, miles de médicos de toda España protagonizaron una nueva jornada de paro y movilización en rechazo al proyecto de Estatuto Marco impulsado por el Ministerio de Sanidad.
Tras una primera huelga en junio, esta segunda convocatoria pretende intensificar la presión sobre el Gobierno para que modifique el texto y atienda demandas específicas del colectivo médico.
HUELGA MÉDICA DESDE EL 3 DE OCTUBRE: PARO, MANIFESTACIONES Y ENFRENTAMIENTOS EN LA SANIDAD ESPAÑOLA
Los facultativos llevan meses oponiéndose a la nueva ley básica que quiere sacar adelante Mónica García para regular las relaciones laborales de todos los profesionales del Sistema Nacional de Salud y exigen un estatuto laboral propio que refleje su formación
Es así que los médicos exigen un estatuto laboral propio que recoja su formación, responsabilidad y condiciones específicas. Señalan que el borrador actual del Estatuto Marco “ha suprimido avances recogidos en versiones anteriores” y lo califican de “insulto”. Entre sus demandas figuran las siguientes:
- Que las guardias se retribuyan correctamente y computen para jubilación.
- Que se incluyan ratios mínimas de personal, descansos adecuados y planes reales de conciliación.
- Reconocimiento profesional diferenciado para los médicos frente a otros colectivos sanitarios.

Ya el lunes anterior, se registró una reunión entre representantes sindicales y el Ministerio, catalogada como “improductiva” por los convocantes por la ausencia de propuestas concretas. Según CESM y SMA, las autoridades ministeriales no habrían mostrado voluntad real de negociación hasta apenas unos días antes del paro.
LAS CONSULTAS MÉDICAS QUEDRON VACÍAS EN LA MAYOR PARTE DE LAS COMUNIDADES
Durante la mañana, el seguimiento en Madrid fue discreto según cifras oficiales: entre el 12% y el 15% del turno, con picos del 50% en algunos hospitales como el Sureste (Arganda) y del 25 % en el 12 de Octubre. Pese a eso, los sindicatos sostienen que en muchas comunidades el respaldo de los médicos superó el 90% y que consultas quedaron vacías.
En regiones como Aragón, el seguimiento fue del 24,86 %, descontando los médicos incluidos en servicios mínimos. Se activaron servicios mínimos que garantizan atención urgente en hospitales y centros de salud, así como las urgencias, cuidados intensivos y otras unidades críticas. Por su parte, consultas externas, pruebas diagnósticas y cirugías programadas corren el riesgo de retrasarse o suspenderse.
SANIDAD DICE RESPETAR EL DERECHO A LA HUELGA
Las manifestaciones recorrieron centros sanitarios y plazas de muchas ciudades, con pancartas como “Nos llaman héroes, somos esclavos” frente al Ministerio de Sanidad en Madrid.
En hospitales emblemáticos de la capital (como la Jiménez Díaz) los efectos visibles del paro fueron limitados, al menos en la mañana. El Ministerio de Sanidad declaró que respeta el derecho a la huelga y reconoce el “malestar” acumulado por años de sobrecarga y precariedad en el sector.

No obstante, rechazó la idea de un Estatuto Marco exclusivo para médicos, argumentando que podría “romper la cohesión y generar desigualdades” entre profesionales sanitarios. Desde Sanidad defienden que la reforma del estatuto hará la sanidad pública “más moderna, más equitativa y más segura” y que los profesionales mejorarán condiciones.
El ministerio también sostiene que aspectos como las ratios, incentivos autonómicos y estructura retributiva dependen de las comunidades autónomas, no del texto estatal, y que el estatuto no debe romper la armonía del sistema sanitario.
MÓNICA GARCÍA AFRONTA SU SEGUNDA HUELGA COMO MINISTRA DE SANIDAD
Frente a los médicos, la ministra Mónica García afronta su segunda huelga como titular de Sanidad en circunstancias de rechazo frontal a su propuesta de regulación. Su gestión queda marcada por la dificultad para conciliar las aspiraciones de quienes apoyaron sus criterios en la oposición con la responsabilidad de gobernar.
Este segundo paro consecutivo coloca al sistema sanitario en una tensión política y profesional decisiva. Para los médicos, el Estatuto Marco propuesto representa una merma de su identidad como colectivo especializado y una amenaza a su estabilidad laboral. La falta de avances palpables en las negociaciones genera desconfianza.