Cada año, millones de conductores en España reciben multas que engrosan las arcas de la DGT, la Dirección General de Tráfico. En 2024, esta institución recaudó más de 539 millones de euros por sanciones de tráfico, una cifra histórica.
Pero ¿qué ocurre con ese dinero? ¿Se invierte en mejorar la seguridad vial o simplemente engrosa presupuestos generales? La DGT asegura que cada euro recaudado tiene un destino claro: aumentar la seguridad y reducir la siniestralidad en las carreteras.
LA DGT ASEGURA QUE CADA EURO RECAUDADO DE LAS MULTAS SON PARA AUMENTAR LA SEGURIDAD EN LAS CARRETERAS
Una de las partidas más importantes es la inversión en tecnología. El dinero de las multas se utiliza para adquirir radares fijos y móviles, cámaras de control de velocidad, paneles de mensaje variable, sistemas de control de peajes y dispositivos de vigilancia conectados a redes de fibra óptica. Estas herramientas no solo sirven para detectar infracciones, sino también para gestionar el tráfico en tiempo real, optimizar la movilidad y prevenir accidentes.
Según fuentes de la DGT, solo en 2024 se instalaron más de 50 nuevos radares y se renovaron equipos anticuados para mejorar la cobertura en carreteras con altos índices de accidentes. El organismo destaca que estas inversiones persiguen un doble objetivo: sancionar conductas peligrosas y disuadir a los conductores de cometer infracciones.

Parte del presupuesto se destina también a programas educativos y campañas de sensibilización. Desde talleres en colegios hasta cursos para conductores profesionales, la DGT impulsa iniciativas para promover una conducción responsable. En los últimos años, se han lanzado campañas sobre el uso del móvil al volante, el exceso de velocidad, el cinturón de seguridad y la conducción bajo los efectos del alcohol o drogas.
LA DGT LLEGÓ A OBTENER CASI 540 MILLONES DE EUROS EN 2024 RECAUDANDO MULTAS
Estas acciones no solo buscan reducir accidentes, sino cambiar comportamientos y actitudes en la carretera. En 2024, más de dos millones de personas participaron en actividades formativas vinculadas a la seguridad vial, financiadas en parte por las multas recaudadas.
Otro destino importante del dinero es la colaboración con la Guardia Civil, especialmente con la Agrupación de Tráfico. Estos fondos permiten financiar equipos, material de trabajo y tecnología específica para el control del tráfico. Además, se destinan recursos a mejorar las condiciones laborales de los agentes, que trabajan en turnos extensos y bajo condiciones adversas.
La Dirección General de Tráfico subraya que esta colaboración es clave para garantizar la vigilancia en carreteras de todo el país, especialmente en tramos con alta siniestralidad. Según cifras oficiales, más del 40% de las sanciones provienen de controles realizados por la Agrupación de Tráfico.

Las sanciones también financian programas de apoyo a víctimas de accidentes de tráfico. Esto incluye subvenciones para rehabilitación física, asistencia psicológica, ayudas económicas a familias afectadas y proyectos de prevención impulsados por asociaciones especializadas.
AEA CRITICA QUE LOS RADARES DE LA DGT ESTÁN COLOCADOS EN ZONAS DE SINIESTRALIAD
La DGT asegura que esta inversión social es esencial para dar respuesta a las consecuencias humanas de los accidentes. Cada año, cientos de personas reciben ayuda directa gracias a estos fondos. La DGT publica informes anuales detallando cómo se distribuye el dinero recaudado. Además, se realizan auditorías internas y externas para garantizar la transparencia y eficiencia en la gestión de los fondos. Estas auditorías aseguran que los recursos se destinen a proyectos que realmente contribuyan a mejorar la seguridad vial.
A pesar de las explicaciones oficiales, no faltan voces críticas. Organizaciones como Automovilistas Europeos Asociados (AEA) han señalado que muchos radares están colocados en tramos con baja siniestralidad, lo que podría indicar un uso recaudatorio más que preventivo. También denuncian la falta de inversión suficiente en carreteras secundarias, donde ocurren gran parte de los accidentes graves.
Expertos apuntan además a la necesidad de mejorar la planificación a largo plazo de estas inversiones. Según algunos informes, parte de los fondos recaudados podrían destinarse a modernizar infraestructuras, mejorar la señalización o ampliar campañas educativas.

Con todo, Tráfico mantiene que estas sanciones no son un fin recaudatorio, sino una herramienta para financiar mejoras en el sistema de tráfico y seguridad vial. Sin embargo, la percepción de los conductores y asociaciones es distinta: muchos consideran que existe una falta de transparencia real en la aplicación de estos fondos.
En cualquier caso, lo cierto es que el volumen de sanciones y el dinero que generan son cada vez mayores. Y eso plantea un reto claro: garantizar que esas cantidades se traduzcan en medidas concretas que reduzcan los accidentes y mejoren la seguridad de todos.