WhatsApp, YouTube e Instagram le comen la tostada a la televisión en la batalla del consumo mediático

El Estudio Internacional Global Consumer Report 2025 confirma el cambio en los hábitos de consumo de los españoles respecto a WhatsApp o YouTube frente a la televisión.

En apenas una década, el mapa mediático en España ha cambiado radicalmente. La televisión, que durante años fue el gran eje de consumo y la principal fuente de información de los ciudadanos, ha cedido terreno frente a las plataformas digitales.

Según los resultados del Global Consumer Report 2025 de MARCO, WhatsApp y YouTube ya superan a la televisión en frecuencia de uso, consolidándose como los principales canales de consumo mediático entre la ciudadanía española. El estudio, realizado en siete países y con más de 4.500 encuestados, pone de relieve tanto la transformación de los hábitos de comunicación como la creciente exposición a la desinformación.

Y es que en nuestro país, WhatsApp se ha convertido en un canal imprescindible. Con un 13,6 % de uso diario frente al 12,9 % de la televisión, la aplicación de mensajería lidera el consumo mediático al conjugar inmediatez, cercanía y una versatilidad que va más allá de las conversaciones personales. Para millones de usuarios españoles, WhatsApp funciona como una red social encubierta, como un espacio donde se comparten noticias, vídeos, audios y memes que circulan a una velocidad imparable.

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Canales de WhatsApp
Chat oficial de WhatsApp | Fuente: Agencias

La hegemonía de WhatsApp en el ecosistema mediático español refleja un cambio cultural profundo. El consumo informativo se ha fragmentado y trasladado al móvil, donde los contenidos llegan filtrados por los propios contactos, lo que a su vez plantea el dilema de la personalización y el sesgo en la recepción de información.

YouTube y la nueva televisión

Pero si WhatsApp es el canal de conversación, YouTube es ya el de entretenimiento y formación. El informe señala que el 10,8 % de los españoles lo utiliza como medio principal, superando con claridad a Instagram (8,6 %) y acercándose cada vez más a la televisión. El auge de YouTube responde a su capacidad para ofrecer contenidos a la carta, gratuitos y accesibles, con creadores que funcionan como auténticos prescriptores para audiencias jóvenes y adultas.

Esta plataforma, que nació como repositorio de vídeos caseros, se ha convertido en una alternativa real a la televisión convencional. Eso sí, tiene la diferencia de que aquí el espectador no se adapta a una parrilla, sino que es el algoritmo quien adapta la parrilla a cada espectador. Series, documentales, directos de noticias, tutoriales y podcasts en vídeo han hecho de YouTube un espacio híbrido, donde el ocio convive con la información y la educación.

Pese a esta revolución digital, la televisión sigue conservando un rol clave. En España continúa siendo considerada la fuente de información más fiable (6,7 en una escala de confianza de 1 a 10) y mantiene una alta frecuencia de uso, especialmente entre generaciones mayores. Su gran baza es el alcance masivo y la legitimidad que conserva frente a medios emergentes que todavía luchan por consolidar su credibilidad.

Sin embargo, la televisión ha perdido el monopolio del tiempo de pantalla y debe competir por la atención con dispositivos móviles, tablets y ordenadores. La convivencia es inevitable, pero la centralidad de la tele en el salón familiar ya no es incuestionable.

La prensa, los nuevos formatos y las fake news

El estudio confirma también que los diarios digitales han ganado protagonismo en España como fuente informativa, acelerando la transición hacia un modelo mobile-first en el que los usuarios acceden a la actualidad a golpe de notificación. En paralelo, la prensa impresa se ve relegada, con un peso cada vez menor en el día a día de los lectores.

Traducción de mensajes en WhatsApp
Traducción de mensajes en WhatsApp | Fuente: Agencias

Otros canales como Telegram y los podcasts comienzan a consolidarse como opciones complementarias, sobre todo para audiencias más jóvenes o nichos especializados. Son formatos que, aunque minoritarios en comparación con WhatsApp o YouTube, ofrecen un valor diferencial: comunidades cerradas, contenido de profundidad y mayor personalización.

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Más allá del consumo, el Global Consumer Report 2025 también alerta sobre la exposición a la desinformación. En España, un 76,6 % de los encuestados reconoce haber estado expuesto a noticias falsas en los últimos seis meses. El dato es especialmente relevante porque coloca al país, junto con Portugal, en la franja más alta de reconocimiento del fenómeno dentro de Europa.

Otros canales como Telegram y los podcasts empiezan a consolidarse como opciones complementarias en el consumo de información

Mientras en países como Italia, Brasil y México más del 70 % de los usuarios asegura reportar noticias falsas, en España la cifra no alcanza el 40 %. La falta de denuncia activa revela una cultura digital en la que predomina la pasividad ante la desinformación, ya sea por desconfianza en los mecanismos de reporte o por falta de conciencia sobre el impacto que estas noticias tienen en el debate público.

La desinformación plantea un desafío central para medios, marcas e instituciones. "El reto para marcas e instituciones no es solo estar presentes en los canales adecuados, sino garantizar que lo que se comparte contribuya a construir confianza en un entorno cada vez más cuestionado", explica David Martín, Head of Brand and Media Relations en MARCO.

Los expertos insisten en que el futuro de la comunicación no debería depender únicamente de conquistar audiencias en WhatsApp, YouTube o Instagram, sino de ofrecer información rigurosa y transparente en un ecosistema donde la saturación y la manipulación son amenazas constantes.

España en el contexto internacional

El informe, que abarca también a Portugal, Francia, Italia, Alemania, México y Brasil, permite trazar comparaciones interesantes. Mientras que en España y Portugal lideran WhatsApp e Instagram, Francia sigue otorgando mayor peso a la televisión, Alemania mantiene su confianza en medios tradicionales y países como Italia y México muestran un equilibrio híbrido entre digital y televisión.

La tendencia global, sin embargo, es clara: el consumo mediático se desplaza hacia plataformas digitales, aunque la televisión resiste gracias a su papel de referente informativo. La manera en que se construyen las agendas públicas y privadas ya no depende de un único canal, sino de una red compleja donde los ciudadanos transitan constantemente entre chats, vídeos y noticiarios. En el caso concreto de la España de 2025, queda claro que la pantalla más influyente ya no está en el salón, sino en el bolsillo.

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