Los insectos son vitales para la vida en la Tierra, puesto que, de manera silenciosa, desempeñan roles esenciales en la polinización, la descomposición de materia orgánica, el control de plagas y actuando como base de la cadena alimenticia. Gracias a ellos se garantiza la reproducción de plantas, el reciclaje de nutrientes o la limpieza del medioambiente.
Se trata, por lo tanto, de unos seres vivos fundamentales para el planeta, y lo que muchos no saben es que ahora los insectos están en grave peligro. De hecho, nos encontramos ante un ecosistema clave que está desapareciendo sin que lo notemos y sus consecuencias pueden ser muy dañinas.
LOS INSECTOS SE EXTINGUEN EN SILENCIO

Además de los incendios forestales, que en este verano se volvieron a ensañar con gran parte de España, hay otras causas que favorecen la desaparición de diferentes especies, y aunque gran parte del mundo somos conscientes de muchas de ellas, no es así con otras como los insectos.
A diferencia de lo que sucede con otras especies como el pangolín o el oso polar, los insectos son habitualmente dejados de lado en las campañas de concienciación, pero a pesar de ello se encuentran en un gran peligro, tal y como han podido numerosos estudios que han activado todas las alarmas.
Ya son muchos los estudios que aseguran que hay varias poblaciones de insectos en peligro, pero dado que los registros históricos y la monitorización es escasa para la mayoría de especies, es complicado poder determinar cómo de recientes son estas reducciones y qué factores se encuentran detrás de ellas.
Aunque es frecuente que se dejen un tanto de lado, ahora los expertos están elevando la voz y consideran que es un gran motivo de preocupación, ya que los insectos desempeñan funciones clave para la salud de los ecosistemas, como polinización, descomposición...
Entre todos aquellos que están en riesgo, hay un ecosistema clave que está desapareciendo sin que lo notemos, y este se ha detectado en el archipiélago de Fiji, en Oceanía, donde investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa han realizado un importante hallazgo. Se han encontrado con señales claras de un declive generalizado de especies de hormigas endémicas.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Science, ha hecho uso de métodos genómicos para la reconstrucción de tendencias poblacionales a lo largo de tres siglos, pudiendo así conocer su impacto en la biodiversidad local por los asentamientos coloniales, la llegada de seres humanos y la introducción de especies exóticas.
UN ESTUDIO QUE ALERTA SOBRE LA REDUCCIÓN DE INSECTOS

En este estudio, los investigadores se encargaron de la extracción y secuenciación de material genético de especímenes preservados en colecciones de museos, de manera que fueron procesados miles de ejemplares correspondientes a más de 100 especies de hormigas en Fiji.
A pesar de que sus responsables reconocen la dificultad para poder realizar estimaciones con respecto a los cambios históricos en las poblaciones de insectos, principalmente porque no se han monitoreado a lo largo del tiempo las poblaciones directamente, en esta ocasión se fue más allá.
Para ello, abordaron el problema analizando los genomas de muchas especies al mismo tiempo a partir de especímenes de museo recolectados recientemente. Una vez recopilados los datos, se realizaron modelos de genética de poblaciones.
Gracias a ellos se ha podido comprobar cómo las poblaciones de distintas especies de insectos están creciendo o disminuyendo, lo que permite reconstruir cambios en toda la comunidad.
RESULTADOS ALARMANTES CON LA POBLACIÓN DE INSECTOS

Desde hace años sabemos que los insectos se extinguen hasta ocho veces más rápido que otras especies, y ahora nos encontramos con un estudio que ha desvelado que aproximadamente el 79% de las especies de hormigas endémicas de Fiji muestran signos de disminución poblacional.
Esta clara reducción en su población está relacionada con la llegada de los seres humanos a las islas hace 3.000 años y se ha acelerado notablemente en los últimos tres siglos. Los momentos de mayor declive coinciden con los periodos posteriores a la colonización europea, las modificaciones en el uso del suelo y la apertura al comercio global.
Por otro lado, se ha podido observar cómo las especies de hormigas exóticas introducidas por actividades humanas se han multiplicado en número y extensión en los últimos siglos. Al tratarse de ecosistemas cerrados y aislados, se espera que las islas sientan con mayor rapidez los efectos del impacto del ser humano.
Los investigadores recalcan que las especies endémicas en ecosistemas insulares desarrollan rasgos que les hacen ser sensibles a los cambios ambientales extraordinarios. De esta forma, estos insectos están en desventaja con respecto a las nuevas especies dañinas para ellas.
INVESTIGACIONES FUTURAS SOBRE LOS INSECTOS

Una vez finalizado el estudio, los autores del mismo aseguran que deberán continuar trabajando en próximas líneas de investigación para poder conocer con mayor exactitud cómo se están viendo afectadas las poblaciones de insectos, y no solo las hormigas de Fiji.
De hecho, sus planes pasan por extender los estudios hacia otros insectos y otros archipiélagos, además de complementar los datos genómicos con otros métodos contemporáneos que permitan tener una información más precisa al respecto. Entre estos últimos se incluyen el trampeo, monitoreo acústico y las observaciones ecológicas detalladas.
No hay que olvidar que, como ya hemos mencionado, los insectos son imprescindibles para el medioambiente, ya que desempeñan distintas funciones clave para el planeta. Por lo tanto, los científicos deben tratar de buscar las fórmulas que les permitan contribuir a su protección frente a las diversas amenazas.
Así, se buscará evitar que especies invasoras puedan llegar a provocar daños irreversibles sobre las especies endémicas, si bien en muchos de los casos insisten en que, más allá del control, es realmente complicado poder llegar a erradicarlas.
De hecho, en España nos encontramos con varios casos de insectos invasores preocupantes, como la avispa asiática (Vespa velutina) o el mosquito tigre (Aedes albopictus), si bien hay otras que también lo son, como la avispa mandarina y la chinche asesina, entre otros, que están en expansión en el territorio español.